Camino Lebaniego. 3ª etapa. Cicera - Cabañes.
near Cicera, Cantabria (España)
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Itinerary description
La salida del pueblo la realizamos cruzando el riachuelo de Riega Cicera, por un puente junto a uno de los cuatro molinos de grano que estuvieron activos en esta localidad, citados en el Catastro de Ensenada en el siglo XVIII. Es un comienzo casi en bajada bajo la sombra de hayas con unos troncos colosales. Se pasa junto a un humilladero¹ vacío que queda por la izquierda, sin cruz y sin santo, y rápidamente el camino cambia y debemos afrontar una de las subidas más exigentes de todo el Camino Lebaniego, con un importante desnivel durante aproximadamente 3 kilómetros, hasta cerca de la zona de Arcedón.
Por la derecha, ver foto, tenemos a nuestros pies la profunda garganta de la Agüera Riocicera. Preciosa.
A pesar de ello la senda no resulta pesada si se toma con tranquilidad, disfrutando de un bosque tupido de hayas que no dejan ver el sol, casi hipnótico. Culminada esta subida y ya en la otra vertiente, el hayedo deja paso al robledal, caminando ahora por una pista de hierba que bien parece césped; es la Cuesta Matilla. Pronto viene la bajada hasta Lebeña, dejando por la izquierda el sendero señalizado con flechas rojas sobre la roca que sube al Collado de Arcedón, y que con un importante desnivel obliga a ralentizar la marcha y hay que tomarla también con tranquilidad.
Entrados ya en Lebeña justo en el desvío a Concha la Cova, un recorrido mucho más exigente que el nuestro y que va por los altos del desfiladero de la Hermida, que con 21 km es el más largo de España y tiene unas vistas espectaculares, se encuentra la antigua casa del maestro junto a la escuela que aún conserva su campana de llamada, una información que nos dió un vecino del lugar, así como el nombre de las imponentes paredes que se ven a lo lejos que son frecuentadas por escaladores, Cueto Agero de 1026m de altitud.
La Iglesia de Santa María de Lebeña del año 925 es considerada una de las más bonitas de toda Cantabria. El pórtico le fue añadido en el siglo XVIII y la torre campanario corresponde a la restauración del XIX, cuando en 1897 fue declarada Monumento Nacional. Al lado tiene un pequeño cementerio. Se pueden realizar visitas guiadas que duran unos veinticinco minutos y cuatro euros por persona; había una señora que daba las explicaciones. A mi que me encanta todo esto, me mereció la pena.
Un punto donde se debe prestar mucha atención son los 200m que caminamos por la N-621, principal y único acceso por carretera que comunica el valle de Liébana con el Cantábrico. Posee mucha circulación. NO intentar atajar por aquí para llegar a Castro-Cillorigo y continuar hacia Potes, carece de arcenes, posee mucho tráfico y tiene bastantes tramos en donde el ancho de toda la vía no supera los 5'25m.
En el desvío hacia el barrio de Allende lo cogemos por el camino de hormigón, a la izquierda, que nos garantiza que no encontraremos ningún vehículo a diferencia del asfaltado de la carretera.
A la salida del barrio hay dos opciones: una es seguir subiendo por pista de hormigón que es el camino oficial y la otra por la izquierda es ir cerca del Arroyo Robejo, que según he leído en varias publicaciones es el más bonito. Como siempre los que más saben son los del lugar, a los que pregunté y nos aconsejaron por el río; todo un acierto. Un camino guapísimo, primero se pasa junto a la pequeña Ermita de Santa Eulalia en un paraje bucólico y luego con el sonido del agua, algunos puentes, pozas para el baño, pequeñas cascadas, una vegetación arrolladora, muchos tramos sobre un sendero mullido con mucha hojarasca y como no, alguna cuesta para tomársela con calma. Altamente recomendable.
La primera edificación al entrar en Cabañes es el albergue de Cabañes, que no es público; el público se halla a la salida de la población donde nos sellaron la credencial, junto a la iglesia de San Juan Bautista, punto final de la etapa de hoy.
Sin duda alguna una etapa espectacular, con poquísimo asfalto y mucha tierra. La subida de Cicera a Arcedón conviene tomársela con calma y disfrutar de los hayedos, al igual que la bajada a Lebeña. Como bien nos indicó David, muy amable, locuaz y actual propietario de El Molino de Cicera, una casa indiana de comienzos del siglo XX y que cubre todas las necesidades de los senderistas, no hay en toda ésta etapa un lugar en el que se pueda comprar agua o comida hasta llegar a Cabañes, donde conviene llamar con antelación para reservar o preveer que se va tener plaza y manutención en alguno de los dos albergues; allí no hay bares.
Como soy más de campo que las amapolas a los vecinos de Allende que nos indicaron la variante a Cabañes, les saqué a propósito el tema de los osos y lobos, y me dejaron claro que no son bien recibidos por estos lugares; hay todo un proceso muy engorroso para demostrar a la administración pública los ataques al ganado, principal sustento de estas gentes. Algo que puede despistar es la primera bajada para ir a encontrar el Arroyo Robejo, aunque después de ésta todo será subida.
Antes de abandonar el Arroyo Robejo para llegar a Cabañes, hay un cruce señalizado que conduce al área recreativa El Habario, para aquellos que quieran acortar en su ruta a Potes, pasando igualmente por Pendes.
Algo que es común para todo el Camino Lebaniego es su climatología cambiante. Veníamos con las predicciones de la AEMET con más de un 80% de posibilidad de lluvia y solo cayó un sirimiri cinco minutos; el resto nublado y fuerte sol. Conviene ir preparado para todo ello con chubasquero, protección solar y gorra.
Compañera de ruta, Magdalena.
Página consultada:
1.--https://www.abc.es/madrid/20150520/abci-origen-humilladero-madrid-201505191822.html#:~:text=La%20palabra%20%C2%ABhumilladero%C2%BB%20podr%C3%ADa%20aludir,una%20imagen%20o%20una%20cruz
Por la derecha, ver foto, tenemos a nuestros pies la profunda garganta de la Agüera Riocicera. Preciosa.
A pesar de ello la senda no resulta pesada si se toma con tranquilidad, disfrutando de un bosque tupido de hayas que no dejan ver el sol, casi hipnótico. Culminada esta subida y ya en la otra vertiente, el hayedo deja paso al robledal, caminando ahora por una pista de hierba que bien parece césped; es la Cuesta Matilla. Pronto viene la bajada hasta Lebeña, dejando por la izquierda el sendero señalizado con flechas rojas sobre la roca que sube al Collado de Arcedón, y que con un importante desnivel obliga a ralentizar la marcha y hay que tomarla también con tranquilidad.
Entrados ya en Lebeña justo en el desvío a Concha la Cova, un recorrido mucho más exigente que el nuestro y que va por los altos del desfiladero de la Hermida, que con 21 km es el más largo de España y tiene unas vistas espectaculares, se encuentra la antigua casa del maestro junto a la escuela que aún conserva su campana de llamada, una información que nos dió un vecino del lugar, así como el nombre de las imponentes paredes que se ven a lo lejos que son frecuentadas por escaladores, Cueto Agero de 1026m de altitud.
La Iglesia de Santa María de Lebeña del año 925 es considerada una de las más bonitas de toda Cantabria. El pórtico le fue añadido en el siglo XVIII y la torre campanario corresponde a la restauración del XIX, cuando en 1897 fue declarada Monumento Nacional. Al lado tiene un pequeño cementerio. Se pueden realizar visitas guiadas que duran unos veinticinco minutos y cuatro euros por persona; había una señora que daba las explicaciones. A mi que me encanta todo esto, me mereció la pena.
Un punto donde se debe prestar mucha atención son los 200m que caminamos por la N-621, principal y único acceso por carretera que comunica el valle de Liébana con el Cantábrico. Posee mucha circulación. NO intentar atajar por aquí para llegar a Castro-Cillorigo y continuar hacia Potes, carece de arcenes, posee mucho tráfico y tiene bastantes tramos en donde el ancho de toda la vía no supera los 5'25m.
En el desvío hacia el barrio de Allende lo cogemos por el camino de hormigón, a la izquierda, que nos garantiza que no encontraremos ningún vehículo a diferencia del asfaltado de la carretera.
A la salida del barrio hay dos opciones: una es seguir subiendo por pista de hormigón que es el camino oficial y la otra por la izquierda es ir cerca del Arroyo Robejo, que según he leído en varias publicaciones es el más bonito. Como siempre los que más saben son los del lugar, a los que pregunté y nos aconsejaron por el río; todo un acierto. Un camino guapísimo, primero se pasa junto a la pequeña Ermita de Santa Eulalia en un paraje bucólico y luego con el sonido del agua, algunos puentes, pozas para el baño, pequeñas cascadas, una vegetación arrolladora, muchos tramos sobre un sendero mullido con mucha hojarasca y como no, alguna cuesta para tomársela con calma. Altamente recomendable.
La primera edificación al entrar en Cabañes es el albergue de Cabañes, que no es público; el público se halla a la salida de la población donde nos sellaron la credencial, junto a la iglesia de San Juan Bautista, punto final de la etapa de hoy.
Sin duda alguna una etapa espectacular, con poquísimo asfalto y mucha tierra. La subida de Cicera a Arcedón conviene tomársela con calma y disfrutar de los hayedos, al igual que la bajada a Lebeña. Como bien nos indicó David, muy amable, locuaz y actual propietario de El Molino de Cicera, una casa indiana de comienzos del siglo XX y que cubre todas las necesidades de los senderistas, no hay en toda ésta etapa un lugar en el que se pueda comprar agua o comida hasta llegar a Cabañes, donde conviene llamar con antelación para reservar o preveer que se va tener plaza y manutención en alguno de los dos albergues; allí no hay bares.
Como soy más de campo que las amapolas a los vecinos de Allende que nos indicaron la variante a Cabañes, les saqué a propósito el tema de los osos y lobos, y me dejaron claro que no son bien recibidos por estos lugares; hay todo un proceso muy engorroso para demostrar a la administración pública los ataques al ganado, principal sustento de estas gentes. Algo que puede despistar es la primera bajada para ir a encontrar el Arroyo Robejo, aunque después de ésta todo será subida.
Antes de abandonar el Arroyo Robejo para llegar a Cabañes, hay un cruce señalizado que conduce al área recreativa El Habario, para aquellos que quieran acortar en su ruta a Potes, pasando igualmente por Pendes.
Algo que es común para todo el Camino Lebaniego es su climatología cambiante. Veníamos con las predicciones de la AEMET con más de un 80% de posibilidad de lluvia y solo cayó un sirimiri cinco minutos; el resto nublado y fuerte sol. Conviene ir preparado para todo ello con chubasquero, protección solar y gorra.
Compañera de ruta, Magdalena.
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1.--https://www.abc.es/madrid/20150520/abci-origen-humilladero-madrid-201505191822.html#:~:text=La%20palabra%20%C2%ABhumilladero%C2%BB%20podr%C3%ADa%20aludir,una%20imagen%20o%20una%20cruz
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Information
Easy to follow
Scenery
Easy
Ruta facil super agradable entre arboleda🥰
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Easy to follow
Scenery
Moderate
Vuelta preciosa. Algo difícil de seguir en el hayedo, pero con GPS se acaba encontrando. Desde luego, no intentar con niebla.
Cuando la hice estaba bien marcada con el pasar de los peregrinos, pero a buen seguro que con la caída de las hojas y la escasez de senderistas, hay que estar atentos al track. Gracias por la valoración lopezbrothers. 👌👌👌
Ruta preciosa parece sacada de un cuento, dura, Sí. Esta muy bien marcada al menos en esta fecha en el alto a la ducha tenemos un mirador con espectaculares vistas, la bajada para mi es más durillo, al llegar a Lebeña.
(Por cierto salimos de Cicera sin podar tomar ni un café ya que el bar está cerrado a esas horas, el Albergue no tiene ni cena ni desayuno y un Hostal, El Molino se llama, tampoco te da desayuno, si no estás allí albergado, asique hasta Cicera sin Cafe)
Al llegar a Lebeña encontramos una máquina dispensadora de bebidas donde tomamos unas Coca Colas y en unos bancos a la Sombra en la Iglesia de Santa Maria de Lebeña comimos, la Iglesia estaba cerrada por lo que no pudimos visitar ni sellar.
La subida a Cabañes, nosotros cogimos la de la orilla del rio, ya que un vecino nos dijo que era la mejor opción y sí, una pasada de Subida escuchando el sonido de la naturaleza
Recorrido o ruta súper Recomendable
Totalmente de acuerdo que la bajada a Lebeña es lo más duro. El bar abre tarde, a una hora en que ya se suele llevar muchos kilómetros recorridos. La opción de ir por el río es un acierto seguro y los veinte minutos que eche con los vecinos hablando fueron fantásticos. Gracias por comentar todas tus impresiones Gonzalo cantabro.👌🏻👌🏻👌🏻