Camino Lebaniego y Ruta Jacobea Vadiniense - Etapa 02: Cades-Cicera

Camino Lebaniego y Ruta Jacobea Vadiniense - Etapa 02: Cades - Cicera.

Salimos desde el albergue de Cades hacia la carretera, justo enfrente está la antigua “ferreria de Cades”, hoy convertida en museo y que merece la pena visitar. Doblamos a la derecha y comenzamos la subida, en una mañana muy lluviosa, por lo que apenas se puede contemplar el paisaje. Unos metros más arriba hay un mirador sobre el río Nansa.

La carretera va girando a la derecha para seguir la ladera del monte, ganando altura poco a poco y ahora paralela al cauce del río Lamasón. Cuando llevamos unos 5 kms., pasamos por la aldea de Venta Fresnedo, pocas casas y ningún servicio.

Un km. más adelante, entramos en una zona de muchas curvas, pues es un estrecho valle con el río muy encajonado, con poca visibilidad y debemos ir pegados al borde pues no hay arcén. Es un tramo de unos 2 kms. que debemos ir muy atentos, porque a pesar de ser una carretera local, tiene bastante tráfico.

Al llegar al cruce con la carretera CA-282, giramos a la derecha, hacia Sobrelapeña. Si se quiere encontrar un bar, es preciso ir hacia la izquierda, cruzar el puente y a menos de 1 km. está Quintanilla que dispone de restaurante, para después regresar de nuevo a este punto. Nosotros seguimos a la derecha y pasamos por esta solitaria aldea, que tiene una bonita panorámica de la iglesia de Santa María.

Seguimos por la carretera, en suave ascenso, entrando en la aldea de Lafuente. Lo primero que nos sorprende es encontrar una pequeña y armoniosa iglesia románica dedicada a Santa Juliana, única construcción de este género por estas latitudes. Es una pena que esté cerrada.

Continuamos avanzado para tomar el desvío a la derecha hacia Burió, que resulta ser una empinada rampa de 1 km. hasta llegar a la tercera aldea de este valle. Aquí encontramos una entrañable vecina que con 90 años, está tallando pequeños objetos de madera que intenta vender a los peregrinos. Es un gusto charlar con una persona tan llena de vitalidad y buen humor con esa edad. Otro vecino que arregla un tejado, también se para a contarnos los problemas de la ganadería de la zona. La verdad, son un ejemplo de supervivencia en estos lugares, tan apartados y a la vez tan hermosos.

Dejamos el pueblo subiendo por una pista de hormigón con una fuerte pendiente. En 1,5 kms. superamos más de 150 m. de desnivel, aunque con calma y disfrutando de las vistas del valle. La pista termina en la carretera CA-282, giramos a la derecha, para continuar algo mas de 1 km., atravesando el collado de la Hoz, lo que nos permite ver los verdes prados y los invernales de Obán (cabañas para el ganado). Tras unos metros sorteando vacas por la carretera, la abandonamos tomando una senda de tierra que sale a nuestra izquierda y dejando el asfalto después de 14 kms. de etapa.

Desde aquí iniciamos el descenso que nos lleva a Cicera tras 2 kms. de bajada, este camino coincide con el trazado del PR-S-3, Conforme nos vamos acercando va apareciendo la bonita imagen del pueblo rodeado de montañas. Entramos por la parte alta y lo primero que encontramos es el Albergue, hay también un restaurante, aunque no abre todos los días y una Posada rural. Aquí finalizamos la etapa.

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¡¡ Buen Camino !!

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