Camino natural del Río Barbantiño (Punxín)

La ruta comienza en la aldea de Punxín. Nos acercamos en autobús hasta allí. Hay varios al día pero no muchos. El comienzo de la ruta es junto a una surgencia de aguas mineromedicinales a 23 ºC, canalizadas por una fuente en dos alturas. Eso había leído pero en esta ocasión no había agua. Allí mismo en el río hay unas poldras para comenzar la ruta en el lado izquierdo pero había bastante caudal y falta alguna poldra así que, por miedo a resbalar no ser posible, seguimos el sendero por el margen derecho hasta una pasarela de hormigón que lleva a la otra orilla. El trazado nos lleva al lado del río prácticamente todo el trayecto, estando la mayor parte del tiempo limpio y perfectamente transitable. Incluso en esta ocasión, que llovió mucho, era totalmente factible. Desde Punxín nos acompañó una perrita, que caminó con nosotros durante toda la ruta.

Hay alguna zona con mesas y bancos, junto a varios molinos rehabilitados que poseen todavía las piedras de moler el grano y diversos aparejos. Además, en este punto se encuentran las fervenzas del río Barbantiño, unos saltos de aproximadamente 15 - 20 metros de altura en los que el agua ha erosionado el granito, formando las conocidas ''marmitas de gigante'', profundas formas circulares excavadas en la roca con el paso del tiempo y la fuerza del agua conjugada con fragmentos de otras piedras. Unas pasarelas metálicas te permiten acercarte a las fervenzas y verlas desde arriba.

Posteriormente el sendero adquiere un perfil ascendente, llegando hasta el puente de San Fiz, que data, en teoría, del S. XIII y formaba parte del Camino Real que unía Ourense con Pontevedra, además de formar parte del propio Camino de Santiago.

A partir de este punto, aunque el camino natural sigue unos kilómetros más, queríamos volver por el margen derecho del río pero en un momento dado, en una bifurcación nos equivocamos y acabamos volviendo por el mismo margen del río pero tampoco nos importó mucho pues es un paseo muy bonito y agradable. En otra ocasión habríamos desandado hasta retomar el camino correcto pero llovía bastante y estábamos con el tiempo justo para coger el autobús que nos llevaría a O Carballiño (a 15 minutos en autobús), donde pudimos degustar un pulpo espectacular. Había feria así que estaban las pulpeiras "ambulantes" en algunos restaurantes. Nosotros nos quedamos con el Barreiroa, muy próximo al Balneario y a la estación de autobuses. Por la tarde dimos un paseo por el pueblo e hicimos parte del paseo por el río Arenteiro, muy bonito.