CAMINO NATURAL DEL VALLE DEL LOZOYA DESDE LOZOYA HASTA RASCAFRÍA PASANDO POR PINILLA, ALAMEDA Y OTERUELO

Marcha realizada el sábado 9 de septiembre de 2023

AVISO: Se entiende, que todo aquel que quiera realizar esta misma ruta, asume la responsabilidad que conlleva una actividad no exenta de posibles riesgos o incidentes, en un entorno en el que el sentido común y las circunstancias pueden marcar la diferencia entre pasar un buen día o todo lo contrario.
Hoy nos hemos acercado al Valle del Lozoya para hacer una tercera parte del Camino Natural del mismo. Dicho camino comienza en el Puente del Perdón, construido en el siglo XVIII, y muy cerca del Monasterio del Paular y del arboreto Giner de los Ríos, que junto con las autoridades pertinentes inauguramos hace ya más de veinte años con nuestro grupo de amigos de montaña, y en conmemoración de la marcha (que nosotros también hicimos) pero que el ilustre personaje Giner de los Ríos ya había hecho junto con un grupo de alumnos hace ahora ciento cuarenta años. Se trató de primera travesía documentada de la Sierra de Guadarrama y de la montaña peninsular en general. El citado camino natural una vez llega a la población de Rascafría, continúa hacia Oteruelo, Alameda del Valle, Pinilla del Valle, Lozoya, Garganta de los Montes, El Cuadrón y Buitrago del Lozoya. La longitud de la ruta principal desde El Paular (Rascafría) hasta El Cuadrón es de 31,7 km., aunque si se continúa hasta Buitrago del Lozoya habría que añadir otros 7,2 km. más. Se trata de una bonita, cómoda y fácil ruta para hacerla por etapas, pernoctando en cualquiera de los pueblos por los que se pasa y así conociendo más a cerca de la cultura, el patrimonio, la gastronomía de la zona, pero sobre todo sobre uno de esos enclaves mágicos y sorprendentes como es este Valle del Lozoya al que ya hace miles de años los Neandertales se acercaban desde otros puntos del territorio en sus partidas de caza, como así lo atestigua el yacimiento (visitable, guidado y recomendado) que hay al otro lado del embalse frente a la citada población de Pinilla.

Nosotros partiremos hoy desde la población de Lozoya en dirección contraria a la propuesta y con tendencia a subir ligeramente en vez de bajar, en caso de partir desde la zona de Rascafría. La ruta la iniciamos desde el aparcamiento que hay a la entrada del pueblo, muy cerca del arroyo de la Fuensanta. Con rumbo suroeste y dirigiéndonos hacia el embalse a los cuatrocientos metros dejamos a nuestra izquierda el cementerio, y cien metros más adelante llegamos hasta un cruce en el que ya sí cogeremos el Camino Natural propiamente dicho. El citado rumbo suroeste se mantendrá casi todo el tiempo, así como la compañía de las aguas de un embalse de Pinilla en el que además de cormoranes, somormujos, cigüeñas y gaviotas, también pudimos ver un águila pescadora. Al medio kilómetro dejaremos a nuestra derecha la zona denominada El Haza. Un kilómetro después, también a la derecha dejamos el Prado de los Frailes. Ochocientos metros después pasamos por el arroyo del Zarzal y un kilómetro más tarde se atraviesa una bonita dehesa en la que predominan una buena cantidad de fresnos, algunos de ellos con bastantes años y tan pintorescos como el que aparece en el video.

Seiscientos metros más adelante, y tras haber pasado (como no) por uno más de los siempre presentes cementerios de estas poblaciones, llegamos hasta la entrada de un pueblo en obras, que está experimentando en los últimos años un aumento de los visitantes y la población residente, posiblemente estimulado por el yacimiento arqueológico, la oferta gastronómica, junto al privilegiado enclave en el que se encuentra, justo en la conexión del río Lozoya con la cabecera del citado embalse. También destacar el aparcamiento para autocaravanas y furgonetas tipo “van”, que brinda esta serrana población y que pueden permanecer un máximo de 72 horas.

Cruzamos la población siguiendo el Camino Natural muy cerca del embalse y nada más pasar el arroyo de los Hoyos de Pinilla y por la derecha podemos ver la Cruz del Manadero. Cien metros después ahora por la izquierda vemos el poste informativo que señaliza el camino que se dirige hacia el citado yacimiento arqueológico, que por cierto dirige Juan Luis Arsuaga, quien también codirige el yacimiento de Atapuerca. Cuatrocientos metros después se pasa por la zona de las Charcas, y medio kilómetro más adelante se vuelve a pasar otro más de los arroyos que vierten sus aguas al río Lozoya. En este caso se trata del arroyo Zarzosa. Un kilómetro después y nada más salvar por un puente el arroyo de la Saúca, entramos en la segunda de las poblaciones. Se trata ahora del Alameda del Valle, población bastante más tranquila que la anterior y que tiene como atracción la iglesia parroquial de Santa Marina Virgen y Mártir y los tres enormes chopos que hay junto a ella, en una pequeña área recreativa.

La siguiente población es la más próxima y tranquila a esta que acabamos de dejar. Se trata de Oteruelo del Valle que dista un kilómetro de Alameda, y aunque con mucha menos oferta gastronómica que las anteriores, sin embargo cuenta con la oficina comarcal de los Agentes Forestales. Poco antes de llegar a ella hemos vuelto a cruzar otro afluente más del Lozoya. En este caso es el arroyo de la Zarza, que al igual que los anteriores trae sus aguas de la parte alta de la ladera sur de los Montes Carpetanos.

Seiscientos metros más adelante empezamos a ver las primeras casas de la urbanización Los Grifos, que pertenece al cercano municipio de Rascafría, y que hace tres años se vio inundada y desbordada por el arroyo del Gallinero. En este momento, y a pesar de las importantes tormentas y lluvias de los últimos días parece aguantar, aunque hemos podido ver que el citado arroyo llevaba un buen caudal.

Medio kilómetro después dejamos las últimas casas por la izquierda de dicha urbanización y con el mismo rumbo de toda la ruta nos dirigimos hacia una población de Rascafría, que posiblemente sea la más serrana de todas las anteriores aunque no por ello la más tranquila. Cuando empezamos a ver las primeras casas y llegamos hasta su correspondiente cementerio, consideramos que es el momento de volver sobre nuestros pasos y así evitar que la anunciada tormenta vespertina nos sorprenda lejos del inicio de la ruta.

Ni que decir tiene, que el regreso lo hacemos sobre el mismo recorrido que en la ida, salvo en la parte final en que bordeamos el aparcamiento de Lozoya para entrar al mismo por otro sitio más cercano al embalse.