CAMINO OLVIDADO. Etapa 9: Guardo - Cistierna

Una etapa muy larga (por eso lo de difícil) y además se le añaden los dos kilómetros desde el Hotel Montaña Palentina (aunque hay que decir que las condiciones del hotel y el trato bien merecen el desplazamiento). El paisaje de cereal de la etapa anterior cambia por completo, bosques de pinos, robles, hayas y, en algunos lugares, unos prados cuajados de brezos, espinos albares y retamas en flor. Para mí, a pesar de los kilómetros, la mejor etapa hasta ahora.

Salimos de Guardo, después del buen desayuno que nos han puesto en el hotel, por el puente de piedra. A partir de ahí, cada uno llevaba un track diferente, diferencias de por dónde seguir. Al final nos decidimos por el camino oficial aunque parece que se aleja de la dirección de Cistierna. Seguimos las indicaciones más recientes del Camino que nos llevan más al sur y que bordean, por una pista muy ancha, enormes pinares. Así hasta San Pedro.

A partir de allí el paisaje va mejorando de aspecto y tras el paso por varios pueblos, llegamos a Puente Almuhey.

Tomamos un café con un pincho de tortilla y en la panadería y en la tienda de enfrente compramos con qué hacer un bocadillo más tarde (no hay ningún sitio donde comer hasta Cistierna).

Seguimos por la carretera y luego por pistas pasando por la laguna de San Martín y por bonitos pueblos como Renedo o el Otero, los dos de Valdetuéjar, con un paisaje impagable. Aunque para maravilla de paisaje, el que va desde el Santuario de la Virgen de la Velilla para adelante.

El Santuario es un sitio espectacular. Está cerrado aunque se acaba de celebrar una misa por San Isidro Labrador (hemos visto bajar de pronto muchos coches). El sitio es magnífico y allí comemos nuestros bocadillos al lado de la fuente (hay que decir que en todos los pueblos hay fuentes de agua muy fresca).

De allí el sendero y luego la pista que suben hacia la cota más alta es espectacular: castaños y luego robledales y hayedos con árboles enormes. Un paisaje paradisíaco.

Llegamos al alto 1.323 mts. y luego un largo trecho de cresteo por pista y sendero de montaña admirando el paisaje. El descenso, también por sendero y por pistas, con unos pinares de árboles muy altos que parecen secuoyas, y así llegamos a Cistierna.

Ha sido una etapa muy larga pero también muy variada. La más bonita de las que hemos hecho hasta ahora.

Para cenar encontramos una pizzería estupenda en la misma calle que nuestro hotel, el Moderno (es un decir, 40€ la doble y 25€ la individual), la pizzería al lado del Covirán, buenas pizzas de masa fina y un tinto berciano de la casa nada malo. Y buen precio.