Camiño portugués. Etapa 9. Santa María de Alba ~ Caldas de Reis.

Partimos de Santa María de Alba para realizar esta novena etapa en la que llegaremos a Caldas de Reis. Un trayecto corto y sencillo que sigue el eje de la nacional N-550 avanzando siempre por cómodas pistas y caminos de tierra y también por el inevitable asfalto.
Dejamos atrás la iglesia y rectoral de Santa María de Alba, en esta etapa encontramos varios cruceiros y el de Alba lo vemos nada más comenzar.
Un kilómetro más adelante, tras pasar bajo las vías, entramos en San Caetano de Alba, donde se encuentra la capela del mismo nombre (S.XVIII).
Pasada la capela de San Caetano nos esperan los frondosos bosques de Reirís y Lombo da Maceira. Entramos en el municipio de Barro cruzando un pequeño puente de piedra que cruza el Rego do Pozo Negro. Pronto entramos en San Amaro, perteneciente a la parroquia de San Mamede da Portela y al Concello de Barro.
Atravesamos el puente sobre el río Areal y entre grandes casas de piedra entramos en Valbón. Tres interesantes cruceiros nos salen al paso, uno de ellos junto a la casa de Amonisa; otro exhibe en su fuste una talla de Santiago peregrino mirando hacia el norte, a Compostela. Un tercer cruceiro, el solitario Soutelo, completa la tríada de estas genuinas esculturas que nacieron como cruce de caminos. A partir de aquí es preciso atender a la señalización, pues son continuos los cruces y serpenteos del camino con la carretera N-550, siempre presente, y la nueva vía férrea de la alta velocidad, que ha alterado el paisaje.
El lugar de A Seca (Concello de Barro) y la parroquia de Briallos (Concello de Portas) nos dirigen al término municipal de Caldas de Reis.
Alternando pequeños tramos de senderos, caminos de tierra y pistas asfaltadas llegamos al hermoso núcleo de Tivo, donde afrontamos el último trecho de esta etapa, ya a las puertas de Caldas de Reis.
Pasamos ante la iglesia de Santa María, importante exponente del arte medieval del siglo XII, motivada por el impulso de Santiago en la Corona de Castilla y León por las rutas de las peregrinaciones. De su interior destacan los restos de un retablo gótico, mientras que el exterior aún conserva la estructura románica. Se conserva su ábside.
Entramos en Caldas, la villa termal bañada por los ríos Umia y Bermaña.
Seguimos por la calles de Santa Marta y Ferrería, cruzamos el puente sobre el Umia, que acerca al peregrino a la fuente de aguas termales que dan nombre a la villa desde época romana. Luego seguimos la rúa Real y atravesamos otro puente que lleva el nombre del río que cruza, Bermaña. Consta de tres arcos de medio punto y aún conserva restos del antiguo pavimento. El resto de la calzada y la sillería superior son de época moderna. En uno de sus laterales se conserva un cruceiro, de época medieval. Este puente romano es un símbolo emblemático de Caldas de Reis y antes de ser un punto de paso en el Camino de Santiago, fue parte del Itinerario de Antonino, relacionado con el emperador romano Caracalla.
Seguimos nuestro camino hasta alcanzar la capela de San Roque, en la carretera N-550, lugar escogido para poner punto final a este bonito trayecto.

Una etapa muy fácil, sencilla y bien señalizada. La única complicación podría ser la seguridad, ya que hay varias entradas y salidas a la N-550 y el cruce de carreteras provinciales.
Para quien no conozca el lugar, sin duda merece la pena el desvío de 400 metros para visitar las Fervenzas del río Barosa, dentro del Parque Natural Ría Barosa. El acceso es fácil y se encuentra la señalizado entre A Portela y Briallos, justo donde el camino contacta con la nacional.
Buen Camino!

Info: Camino de Santiago.