Camino Real (Las Ventas de Valdoré)

Punto de partida: Las Ventas de Valdoré.
Espacio protegido: Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre.
Época recomendada: Todo el año, excepto con nieve.
Elementos de interés: Robledal, vistas desde “El Pajar del Diablo”, calzada romana, localidades por las que pasa el recorrido, ermita de Pereda, sabinar de Crémenes y la ribera del río Esla.
Tipo de camino: Pista de tierra balizada con la PR-LE 36. Debido a la longitud del recorrido es una buena opción fragmentarlo por ejemplo en la ermita de Pereda, pudiendo hacer: Valdoré - Ermita de Pereda o Las Salas - Ermita de Pereda. De Crémenes también parte la senda PR-LE 50, "Puerto de Tejedo".
Servicios: Existen establecimientos que ofrecen alojamiento y restauración en Las Ventas de Valdoré, Crémenes y Las Salas.

Descripción del itinerario.

Antes de la construcción de la carretera actual, a finales del siglo XIX, el Camino Real era la ruta por la que discurría todo el tránsito de viajeros, arrieros y comerciantes de la comarca. Muchos de ellos remontaban el valle del Esla en dirección a Riaño y los pasos de Tarna, Pontón y San Glorio, salidas naturales de la montaña oriental leonesa hacia Asturias y Cantabria.

Las Ventas de Valdoré es un reducido conjunto de edificios situados a un lado de la carretera de Cistierna a Riaño. Justo en este punto, el antiguo Camino Real que recorría el valle se separa del trazado actual de la comarcal para ir ganando altura progresivamente por el interior de un robledal (figuras 1, 2, 3 y 4). De este modo nos aproximamos al paraje de “Los Dependios”, donde el camino, convertido en una pista de carros, pasa al pie de cortados rocosos mientras sobrevuela el cauce del río Esla (figuras 5, 6 y 7).

La subida termina en “El Ventaniello”, un tajo abierto en la peña que da paso a la magnífica vega de Villayandre y Crémenes, aunque sorprendentemente esta primera localidad no sea observable, todo ello cerrado por el majestuoso macizo de Las Pintas (figuras 8, 9, 10, 11, 12, 13 y 14).

El camino desciende ahora por la calzada vadiniense hasta encontrarse con la carretera de Villayandre, a pocos metros del pueblo, que conserva rincones fotogénicos. La senda permite bordear las huertas para continuar avanzando entre chopos y praderías, sin apenas desnivel, hasta las inmediaciones de Crémenes (figuras 41 y 42). En realidad, el pueblo queda al otro lado del río y nuestra ruta utiliza la tranquila carretera de Argovejo para dirigirse en dirección contraria hacia el área recreativa de la ermita de la Virgen de Pereda (figuras 15, 16 y 17). Es un buen lugar para hacer un alto, antes de proseguir la marcha por la pista que nace a la izquierda de la calzada, de nuevo en busca de las risueñas orillas del Esla (figuras 18, 19, 20 y 21).

Poco a poco el valle se va estrechando, dejando cada vez menos sitio a los prados y elevándose las laderas a nuestro lado de forma impetuosa y agreste, en caóticos afloramientos calizos salpicados de un arbolado perenne de sabinas centenarias (figuras 22, 23, 24, 25 y 26).

Afrontamos así el último tramo de recorrido por un fondo de valle estrecho y umbrío, donde nos sigue maravillando el esfuerzo que tuvieron que hacer los romanos para levantar esta calzada (figuras 27, 28, 29 y 30). Tras pasar el refugio para pescadores, llegaremos sin ningún tipo de esfuerzo hasta Las Salas, localidad donde finaliza la ida de nuestro itinerario (figuras 31, 32, 33, 34, 35, 36, 37, 38, 39 y 40).

Impresiones.

El Camino Real es una ruta histórica que comunica la meseta con la montaña, documentada al menos desde el siglo X. Caminar por la calzada vadiniense nos transportará en el tiempo en un espacio natural ideal para la práctica del senderismo en cualquier época del año. La única complicación de esta ruta será su longitud, pudiéndose fraccionar como se comenta al inicio de la descripción.