Camino21 09 Pertusa-Huesca 20211014

Salgo del albergue de Pertusa poco antes del amanecer. Los primeros kilómetros hasta Antillón son por carretera secundaria. El resto de la etapa es principalmente sobre tierra. Antes de subir a Antillón encuentro un par de calcetines de trekking con una pinza rosa; a buen seguro un peregrino los echó en falta unos kilómetros más tarde. Éste es el motivo por el que los peregrinos expertos recomiendan utilizar imperdibles (y no pinzas) si hay que colgar ropa de la mochila para que se acabe de secar durante la caminata.

En Antillón entro en el bar social y sello la credencial. A la salida de Antillón hay un mirador con vistas espectaculares de la Hoya de Huesca y los Pirineos. También muestra por donde pasaré los próximos días.

Los primeros kilómetros del camino tras Antillón están bien señalizados, pero a unos 5 km de Pueyo de Fañanás hay varios cruces sin flechas. El peregrino que acierte el camino verá para su alivio una flecha amarilla cien metros o más después del cruce; al peregrino que no acierte le quedará la incertidumbre de no saber si no ve flechas porque se ha equivocado en el cruce o porque no hay flechas que indiquen el camino. El track que llevo en el móvil ha decidido ir por carretera hasta Pueyo, por lo que no me es de ayuda. Acierto en los dos primeros cruces sin flechas, pero mi fortuna acaba en el tercero. El camino que he cogido termina unos centenares de metros más adelante en unas tierras de cultivo. Para no deshacer el camino ya hecho, utilizo Google Maps para encontrar una senda a través de las tierras que me lleve hasta un camino que está medio kilómetro más allá y que lleva a Pueyo. La senda pasa por tierras ya cosechadas pero abonadas hace pocos días. En otras épocas del año esas tierras olerán mejor pero no es seguro que sean pasables.

Cuando entro en Pueyo de Fañanás están pesando en la báscula un camión trailer cargado de cerdos. Me siento un momento en Pueyo y pasa el camión con los cerdos ya pesados. De Pueyo a Fañanás voy por una carretera que tiene una hilera de nogales cargados de nueces. Cojo algunas y las como al poco de pasar Fañanás.

Cuando faltan 6 km para el final de etapa se vislumbra por primera vez Huesca. Después hay que bajar un desnivel de unos 100 metros por un sendero muy pendiente.

En tres ocasiones durante la etapa he visto a bandadas de perdices emprender el vuelo energéticamente a pocos metros de mí. También me han acompañado mucho rato las moscas que no se separan de mi cara. Me alojo en el hostal Bandrés (25 euros).