Caminos del Sol. El Tornajo y La Vega (Doña Inés, Lorca)

Agradable paseo que rodea el Cerro del Tornajo, una pequeña montaña vestida de esparto y a la que vale la pena subir, aunque no lo haremos en esta ocasión.

La ruta no tiene balizamiento, así que se hace imprescindible descargar el track (desconozco si se han impreso folleto para poder llevar el trazado en papel). En el cartel de las tres rutas, ubicado en la plaza, frente al Bar Jeromo, encontraréis los códigos QR que enlazan a la información del Ayuntamiento de Lorca.

Salimos de la población por el Camino del Pocico, en territorio despejado y rodeados de almendros. Al fondo vemos el Tornajo, y delante de él un pequeño cerro, el de la Vega, donde destaca la silueta de una caseta en su cumbre sur (a la izquierda desde nuestra posición).

El camino, polvoriento y gris, asciende con suavidad en dirección norte. Quizás las mejores épocas para venir sean en febrero, con la floración del almendro, o ya en primavera, donde verdean los campos de cereal y explotan las flores y colores.

Lo cierto es que hoy, en pleno invierno, el terreno inmediato ha quedado un tanto insulso. Eso sí, las vistas hacia las sierras del oeste, destacando Peña María, son estupendas.

Cuando llegamos a un collado, punto más alto de la ruta, cambiamos de vertiente. Podemos contemplar la cima de La Sagra, completamente nevada. También vemos nieve en la Sierra de las Cabras.

Hacemos una bajada pronunciada hasta una granja de cerdos, desde donde tomamos el Camino de Lorca por la cara norte del Tornajo, paralelos a la Rambla del Prado Jerez. Es un tránsito tranquilo, con buenas panorámicas al frente.

Alcanzamos la Fuente de Don Juan Pedro, donde encontramos a un rebaño de ovejas con su pastor. A partir de aquí los almendros serán sustituidos por olivos, probablemente de la Casa de Santa Teresa, que vemos próxima a nuestro camino.

Aquí ya estamos virando en dirección sur, entre campos cerealistas. No tardamos en girar a la izquierda en busca del Cerro de la Vega, a cuyos pies encontramos las ruinas de una vieja casa. Bordeamos el pequeño cerro dejándolo a nuestra derecha y nos encontramos con Fuente Pocico, habilitada con un par de mesas de picnic.

Poco más adelante saldremos de nuevo al Camino del Pocico, aquél por el que habíamos salido de Doña Inés, y que también utilizaremos para regresar, aunque antes de llegar a la plaza es inevitable pasar por el Estanque de Doña Inés, sin duda el lugar más pintoresco de esta tranquila pedanía de las Tierras Altas de Lorca.