Campiña de Jerez. El Torno-Torrecera-El Torno. 2020-12-08
near Alcántara, Andalucía (España)
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Trail photos
Itinerary description
Magnífica ruta, de fácil ejecución, que nos permitirá conocer un interesante y único tramo del río Guadalete. Y además de caminar y disfrutar de un bonito paisaje, observaremos interesantes aspectos humanos, geográficos y económicos.
Salimos de El Torno, preciosa y tranquila población, cuyo origen debemos situarlo en la Reforma Agraria de 1934. Al estar situada sobre un altozano, disfrutaremos de una amplia panorámica de las Vegas de El Torno y de la Harina. Pero observaremos que esta zona de la Campiña es muy singular.
En realidad, admiramos una extensa y fértil llanura, un bosque galería que marca el recorrido del río Guadalete y unas montañas que cierran el conjunto. O sea, nada de un amplísimo paisaje con reiteradas y suaves ondulaciones.
Esas montañas, de izquierda a derecha, el Cerro de la Harina, el del Castillo (el más elevado y con las ruinas de la torre vigía) el de Spínola y el de la Batida (o de los Yesos) actúan de muro, con sus más de ochenta metros de altura, frente al discurrir del curso del río Guadalete. Este hasta aquí, sigue dirección SO, y estos cerros lo obligan a cambiar hacia el NO.
Al salir del pueblo veremos la Fuentecilla, una caudalosa surgencia de aguas. Caminamos por la llana vega de El Torno y observaremos los cultivos de zanahorias, alfalfa, remolacha...o los restos de algodón y girasol. En definitiva, una gran productividad gracias, a un fértil suelo formado por depósitos aluviales y las modernas técnicas de regadío.
Pasamos el caudaloso río Guadalete por un vado de hormigón y , hasta alcanzar la carretera CA-3110, el paisaje a nuestra izquierda presenta cañas, taraje, sauces y un suelo de guijarros. Es la zona de inundaciones del río. Sin embargo a la derecha los fértiles y ordenados campos de cultivo. Pasado el Arroyo Salado de Paterna, visitamos el núcleo alto de Torrecera y luego la barriada de Torrecera Baja.
Para ascender al Cerro del Castillo, es necesario pasar por la propiedad de las Bodegas Entrechuelos. Al estar cerrada lo dejamos para otro día.
A la vuelta, rodeamos el Cerro de la Harina, un perfecto cono recubierto de matorral, pinos y eucaliptos y seguimos por un carril más cercano al rio.
Observaremos unas lagunas formadas en los agujeros de graveras, hoy abandonadas. Y siempre tendremos frente a nosotros el Cerro de la Batida con sus colores rojizo y blanco, y la tupida vegetación del bosque galería, que impide ver el lecho del río.
En definitiva, una sorprendente, agradable y completa ruta.
Salimos de El Torno, preciosa y tranquila población, cuyo origen debemos situarlo en la Reforma Agraria de 1934. Al estar situada sobre un altozano, disfrutaremos de una amplia panorámica de las Vegas de El Torno y de la Harina. Pero observaremos que esta zona de la Campiña es muy singular.
En realidad, admiramos una extensa y fértil llanura, un bosque galería que marca el recorrido del río Guadalete y unas montañas que cierran el conjunto. O sea, nada de un amplísimo paisaje con reiteradas y suaves ondulaciones.
Esas montañas, de izquierda a derecha, el Cerro de la Harina, el del Castillo (el más elevado y con las ruinas de la torre vigía) el de Spínola y el de la Batida (o de los Yesos) actúan de muro, con sus más de ochenta metros de altura, frente al discurrir del curso del río Guadalete. Este hasta aquí, sigue dirección SO, y estos cerros lo obligan a cambiar hacia el NO.
Al salir del pueblo veremos la Fuentecilla, una caudalosa surgencia de aguas. Caminamos por la llana vega de El Torno y observaremos los cultivos de zanahorias, alfalfa, remolacha...o los restos de algodón y girasol. En definitiva, una gran productividad gracias, a un fértil suelo formado por depósitos aluviales y las modernas técnicas de regadío.
Pasamos el caudaloso río Guadalete por un vado de hormigón y , hasta alcanzar la carretera CA-3110, el paisaje a nuestra izquierda presenta cañas, taraje, sauces y un suelo de guijarros. Es la zona de inundaciones del río. Sin embargo a la derecha los fértiles y ordenados campos de cultivo. Pasado el Arroyo Salado de Paterna, visitamos el núcleo alto de Torrecera y luego la barriada de Torrecera Baja.
Para ascender al Cerro del Castillo, es necesario pasar por la propiedad de las Bodegas Entrechuelos. Al estar cerrada lo dejamos para otro día.
A la vuelta, rodeamos el Cerro de la Harina, un perfecto cono recubierto de matorral, pinos y eucaliptos y seguimos por un carril más cercano al rio.
Observaremos unas lagunas formadas en los agujeros de graveras, hoy abandonadas. Y siempre tendremos frente a nosotros el Cerro de la Batida con sus colores rojizo y blanco, y la tupida vegetación del bosque galería, que impide ver el lecho del río.
En definitiva, una sorprendente, agradable y completa ruta.
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