Campo de Cariñena / Paseo por el Convento de Santa Catalina (2)

Nos gustan estos parajes. En su sencillez topográfica y agrícola albergan una gran belleza y demuestran que también la naturaleza modelada por el ser humano es capaz de ofrecer alimento a los sentidos y a las emociones.
En esta ocasión recorreremos también parte de la Val del Convento, pero asomaremos primero el hocico por los parajes vecinos del Marquesado y El Alcañiz. El convento, al contrario que el anterior paseo, lo visitaremos hacia el final de la ruta.
Partimos de la Bodega Tierra de Cubas, a la que llegamos, desde Cariñena, por la carretera de Belchite (A-220), tomando el camino que sale a la derecha al llegar al final de la larga recta que nos saca de la población. Hay un cartel indicador que nos avisa del desvío a la bodega.
Al poco de iniciar el paseo a pie hay un cruce en el que giraremos a la izquierda, cambiando la pista de asfalto por otra de tierra, el Camino de Cariñena, que no dejaremos hasta llegar a otro pavimentado unos dos kilómetros después de la salida. Aquí giraremos a la derecha, con la vista puesta en la Paridera de Pellejero, renovada y elegante, y que rebasaremos por la derecha.
La pista gira a la derecha algo más adelante y una enorme antena que veremos y dejaremos atrás nos indicará que vamos bien. Unas decenas de metros más adelante llegaremos a un cruce y seguiremos de frente, pasando, de nuevo, a un camino de tierra. A la derecha, otra paridera semiabandonada con una cancela para encerrar ganado.
La vista se nos perderá por los viñedos que surfean sobre las ondulaciones del terreno mientras avanzamos sin desvío. La formación en cruz de las vides hace que las plantaciones semejen, en invierno, inmensos camposantos leñosos.
Nuestro camino gira a la derecha junto a otra construcción agrícola que bordearemos para iniciar una bajada pronunciada al Camino del Val. Al llegar a este, lo tomaremos hacia la derecha, pero solo lo recorreremos unos cuantos pasos, porque habremos de girar inmediatamente a la izquierda para iniciar una subida. Reconoceremos este cruce por un pequeño peirón junto al que veremos un letrero de caza. Ambos quedarán a nuestra espalda cuando empecemos a subir.
La cuesta termina en un nuevo camino que tomaremos hacia la derecha, en clara dirección de regreso al punto de partida. Este tramo, que no dejaremos, nos conducirá al convento de Santa Catalina, que alcanzaremos girando a la izquierda, cuando estemos bajo sus restos, por una corta pendiente ascendente.
Visto el núcleo arqueológico, descenderemos por el mismo sitio hasta el camino que nos ha traído, en el que continuaremos unos metros hasta el primer cruce, donde giraremos a la izquierda.
En la siguiente bifurcación seguiremos por la derecha y otro giro a la derecha posterior nos llevará hasta el Camino de Cariñena por donde hemos iniciado el paseo. Lo dejaremos a la derecha para seguir por el asfalto, a la izquierda, hasta el final de la ruta.