Campos de Otero, Arroyo San Juan, Acequias Hoyo Puente y Haza Mesa, el Hornillo

Ante el pronóstico meteorológico en las altas cumbres de Sierra Nevada, con rachas de viento que superan los 100 km/h, no nos queda más remedio que realizar una ruta en su media montaña, donde las rachas son menores o incluso estamos protegidos de las mismas. Y desde luego no nos pesa hacerlo, pues la baja y media montaña Nevadense esconde lugares realmente asombrosos, autenticas maravillas naturales y etnográficas. Quien no conozca suficientemente Sierra Nevada podría llevarse la impresión de que se trata de una zona de altas montañas, desiertos líticos y níveos sin apenas cubierta vegetal. Cierto es que a partir de los 2.000 m de altitud comienza a escasear e incluso a desaparecer la vegetación arbórea, pero no menos cierto es que bajo ésta cota esplendidos bosques de castaños, robles melojos, encinas, pinares de repoblación...cubren muchas de las laderas de ésta Sierra. Otro aliciente de las empinadas laderas, sobretodo en la media montaña, es que están surcadas por infinidad de acequias, autenticas joyas de ingeniería , muchas de ellas de origen árabe.
De nuevo tenemos que agradecer a Pedro J. Castro por haber diseñado y guiado ésta maravillosa ruta, que aunque discurriendo muy cerca de la atrocidad de las pistas de ski y las instalaciones turísticas de Prado Llano se puede disfrutar plenamente de la paz y soledad de las montañas.

Comenzamos a caminar junto a la Casa Martínez ,a la que llegamos por la carretera vieja de la Sierra, que sale desde el Dornajo y que se sitúa cerca del punto kilométrico 26, donde sale una pista. Seguimos la pista hacia el SE hasta que pronto se incorpora el PR A-19 a la misma. Atravesamos el Barranco de los Tejos y el paraje de Las Catifas, siguiendo hacia el Este SE. Pasamos el Barranco de las Ánimas y llegamos a la Peña del Perro, atalaya con unas maravillosas vistas, sobretodo de los profundos valles que han labrado los Ríos Maitena, Genil y San Juan y de algunos de los tresmiles de ésta Sierra.
Aquí hay una bifurcación de senderos, a la izquierda bajaríamos hasta Güéjar Sierra, pero nosotros tomamos a la derecha, hacia el Sur, cruzando el Barranco del Rinconcillo, y si hasta aquí nuestro caminar ha sido bastante cómodo, casi sin desnivel, a partir de ahora nos queda una empinada subida a través de un pinar de repoblación.
Hacemos un breve descanso en nuestro ascenso para asomarnos a la Peña de San Juan, otra atalaya con grandiosas vistas, con el impresionante Barranco de San Juan a nuestros pies y donde ya vemos con toda claridad las acequias que transitaremos en breve tiempo. Seguimos ascendiendo hasta llegar al Albergue de San Francisco.
Estamos en los Campos de Otero, donde se inicio la practica del ski en Sierra Nevada. El Albergue fue construido en 1.920 por la Sociedad Sierra Nevada y el lugar fue el escenario de la competiciones de las Semanas Deportivas Sierra Nevada en los años 30.
Aquí termina el sendero PR A-19 y nosotros seguimos por el sendero que sale hacia el SE y que desciende hasta el Arroyo San Juan. Una vez en el Arroyo ,lo cruzamos (aquí empieza la Acequia de Haza Mesa por la que regresaremos) y seguimos cerca de la orilla aguas arriba, para en breves metros llegar a la espectacular Cascada del Arroyo San Juan.
Tras disfrutar de tan bella estampa seguimos caminando por la Acequia de Hoyo Puente que nace en la misma cascada y en dirección más o menos Norte. Ésta acequia va seca y caminamos en muchas ocasiones por su mismo cauce. Al pasar ésta junto al Puntal de las Cazoletas (2.209 m), nos desviamos para ascender a su cercana cumbre y disfrutar de las panorámicas. Seguimos hacia el Este hasta llegar al paraje de las Sabinillas, lugar donde comenzamos a descender de forma vertiginosa y campo a través hacia el Este hasta los Cortijos del Hornillo. Dicho descenso no es peligroso, pero si muy empinado, por terreno suelto de lascas, donde hay que tener cuidado para no resbalar.
Los Cortijos del Hornillo reconvertidos en refugios, es uno de los lugares emblemáticos de Sierra Nevada, entre un fantástico bosque de robles melojos y con unas grandiosas vistas de la Alcazaba y el Mulhacén, se trata sin duda de una lugar mágico.
Comenzamos a ascender, más o menos por donde hemos bajado hasta toparnos con un sendero bastante marcado y que seguimos en dirección NO primero para ir virando al Oeste después. Bordeamos el Puntal de las Cazoletas bajo sus cortados rocosos hasta llegar a la Acequia de Haza Mesa. Ésta Acequia se encuentra en perfecto estado y lleva agua. La seguimos en dirección Sur , a veces por la misma acequia, a veces por senderos auxiliares ante la imposibilidad de hacerlo a su lado. Pasamos por una balsa alimentada por la acequia y llegamos al Arroyo San Juan, cruzando por el mismo lugar que lo habíamos hecho anteriormente (éste arroyo crecido puede presentar dificultades para cruzarlo, aunque un poco más arriba existe un precario puente en no muy buenas condiciones). Hasta el albergue de San Francisco llegamos por el mismo sendero que habíamos tomado anteriormente.
Seguimos la carretera que desde el Albergue va al Collado del Diablo. Aquí tomamos un sendero que va paralelo a la carretera de los Albergues de la Hoya de la Mora y que pasa por el Collado de las Sabinas. En éste Collado tomamos un sendero balizado , tomando dirección Güéjar Sierra, hacia el Norte. El descenso es muy empinado, atravesando un pinar de repoblación llegamos de nuevo a la pista cerca de Casa Martínez. Solo resta regresar por el mismo lugar hasta el inicio de la ruta.