CAÑADA DE LA MADERA - CORREDERAS - COLLADO DEL CHINDO - PASÁ DEL CUCO - OJUELO - ALBÁRDANOS

(RUTA GRABADA POR EL COMPAÑERO BARTO R, ya que yo no pude grabarla bien por el agua que mojó el táctil del dispositivo).

Puntos de Referencia:

km 2,5.........fuente del vigarral
Km 4,4.........Vértice de las correderas
km 6,6........collado del chindo
km 8,8........Pasá del Cuco
km 10,5......Collado y fuente del Ojuelo
Km 13,1......Acceso a Tranco de los Albardanos

Ruta impresionante por la zona del Cerro de Santa María realizada el día 27 de Abril con el Club Deportivo Montañeros de la Loma. Desgraciadamente, la ruta tuvo que ser modificada en dos de sus hitos a causa de la lluvia, no muy intensa pero lo suficiente para incomodar el tránsito e impedirnos gozar de las impresionantes vistas de la zona.

El inicio se produce sin contratiempos tomando la senda que nos dirige a la Fuente del Tejo para tomar pista en dirección al Poyo del Largo. El acceso a dicho poyo nos pone a tono las piernas y sin descanso arremetemos la potente subida a las correderas directa por el roquedo. Se trata de una subida que no tiene nombre, que yo sepa, pero desde luego es tan dura como bonita.

Tras el descanso en la cima recorremos el borde de las Correderas para coger el camino que nos lleva en descenso hasta la fuente del Chindo y el collado del mismo nombre. Este, a su vez, nos conduce por la zona de las ruinas del cortijo Peraleja hasta el Arroyo de Chíllar y su junta con el del Carrales en la espléndida zona de la Pasá del Cuco. Con esa luz del día nublado, es cierto que el verdor de los bosques luce mucho más, y más en esta zona.

Desde el Collado del Chindo venimos soportando un agua de cierta intensidad que nos tomamos como algo “a lo que veníamos”, y en la zona del cuco seguimos disfrutando de un paisaje exuberante, áspero y bello a partes iguales bajo el agua. De hecho, el mismo paso del Cuco se vuelve peligroso en estas condiciones, pero este es un peaje asumible.

Sin embargo, la persistencia de la lluvia en el trayecto que nos lleva hasta el Hoyo y el cortijo de Casporro, y a continuación hasta el collado del Ojuelo nos empieza a pasar factura. Nos exige una concentración especial para no tropezar ni resbalar que impide el disfrute. En mi caso, la humedad y la imposibilidad de secarme, entorpece la visualización de la ruta y dificulta el seguimiento. Aun así, tras descartar subir al morrón de Santa María y alcanzar el Tranco de los Albardanos con buen ánimo, nos encontramos con una bajada expuestos al viento que nos deja las manos ateridas pese a ir bien equipados de chubasqueros y gorros. La humedad pasa su huella y la ruta se hace penosa, por lo que al llegar a la pista a la altura de Los Linarejos decidimos acortar hacia el inicio eliminando el Tranco de la Vieja. Como no podía ser de otra forma, según la Ley del dichoso Murphy, en cuanto llegamos al coche deja de llover.

Una ruta que ha endurecido considerablemente el tiempo, si bien a toro pasado, la experiencia de la Pasá del cuco y el Arroyo Chíllar bajo el agua ha sido espectacular, bella y emocionante. En resumen, 17,5 km de ruta con más de 1200 metros de desnivel en unas condiciones adversas, pero que finalmente saben bien. La montaña siempre ofrece un lado positivo.