Cañada del Espino- Casa Forestal de Carbonales-Fuente Loca y Nogal Centenario-Cortijo Carbonales- PN Sierra de Huétor.

Hoy nos hemos ido a las inmediaciones del Cerro Alto del Calabozo donde corona su Vértice geodésico. Pero hoy hemos dejado el vehículo en la Cañada del Espino. Siguiendo en todo momento por el carril forestal pasando por la Majadilla del Rincón y su corta fuegos. Antes pasando por debajo de la A-92 y por las Ventas del Molinillo. Anejo de Huétor Santillán.

Desde Granada y dirección Guadix por la autovía A-92 tomamos la salida 264, aquí a pocos metros aparcamos. Nos dirigimos hacia abajo por la carretera y a pocos metros cruzamos por debajo de la autovía A92. Ahora vamos por un camino muy cómodo con poco desnivel y sin dejarlo, hasta llegar a los tres KM aproximadamente, aquí tomamos el camino de la izquierda que nos nos llevara al Cortijo Carbonales. La vuelta discurrirá paralelo al barranco Carbonales. Esta ruta es circular y sencilla.

En el comienzo tendremos unas magníficas panorámicas de Sierra Arana, y de izquierda a derecha veremos el Majalijar, Peña de la Cruz (su máxima elevación) Cabeza de Caballo y el Jinestral.

Durante el recorrido, y con respecto a los arboles, veremos encinas, gran variedad de chaparros, quejigos, pinos resineros y silvestres, cedros de atlas y algunos nogales. Los arbustos que hay son enebros, sabinas, majuelos y endrinos.

Pronto llegaremos a la Cañada del Espino y continuaremos por el carril principal hasta llegar a una bifurcación en la que tomaremos el carril de la izquierda. Pista que discurre, a partir de aquí, en suave ascenso, pasando por la Majadilla del Rincón y quedando, a nuestra izquierda, la solana del Cerro de la Mina como mayor referencia, perdiendo ya la visión de la Autovía y de Sierra Arana.

Nos toparemos con varios cortafuegos, y al frente, un tendido eléctrico, pasando bajo el mismo y después girando a la izquierda llegaremos a la Casa Forestal de Carbonales.

Antiguo caserío que formaba parte de la red de Casas Forestales que andaban repartidas por este Parque, tales como El Pozuelo, Bolones, Los Peñoncillos, Las Minas, Carialfaquí, Las Mimbres y Cueva del Gato. Algunas de ellas ya totalmente derribadas. Esta se encuentra muy deteriorada y es utilizada como redil de ganado. Pudimos apreciar algunos elementos, que aún se conservan, y que nos llamaron la atención como el horno o un suelo de baldosas hidráulicas muy bonitas.

Algo más adelante encontramos otras ruinas que corresponden al Cortijo de Carbonales. En ellas observamos las bocas de unas minas de agua, una fuente conocida como el Aljibe de la Haza de la Fuente Loca que está seca, pero el abrevadero si tenia agua, y un nogal centenario de unas proporciones gigantescas. Espectacular Nogal singular.

Seguiremos por la pista que desciende entre numerosos nogales. Estos, más pequeños. Al final de estas amplias llanuras, en la intersección, tomaremos la pista de la derecha, que se adentra en el Barranco de Carbonales, repleto de Cedros del Atlas, una de las mayores masas de cedros de repoblación del parque.

Algo después nos desviaremos por el carril que discurre paralelo al cauce del barranco de Carbonales como hemos mencionado antes. Por toda esta zona se puede apreciar el olor de las aromáticas te impregna el olfato, huele a mejorana, tomillo, romero, jara…

Ya solo hay que seguir la clara pista que nos llevará al coche donde terminará esta corta, pero espectacular ruta. Bonita zona a la que intentaremos volver para alargar esta ruta.

Lo mejor la visita al Santo Manolillo. Manuel Rubio Sánchez, conocido como el "Santo del Molinillo", habitó esta choza hasta principios del siglo XXI, poco tiempo antes de su fallecimiento en marzo de 2001. Su fama de sanador y curandero hizo peregrinar hasta la choza a miles de personas procedentes de toda España.

Manuel Rubio Sánchez, el "Santo del Molinillo", habitó esta choza en las Ventas del Monilillo hasta principios del siglo XXI, en que fue llevado a Almería y después a Cúllar, poco tiempo antes de su fallecimiento. Murió el 7 de marzo de 2001. Su funeral congregó a más de diez mil personas en Huétor Santillán, población a la que pertenece la aldea del Molinillo. Está enterrado en el cementerio de esta localidad.

partir de los años 70, cuando Manuel quedó huérfano, comenzó a atender a enfermos y desahuciados sentado en una piedra a la puerta de la choza. Poco a poco fue creciendo su fama de sanador, curandero, consejero y "santo" hasta el punto de que atendía anualmente a miles de personas procedentes de toda España.

Nunca cobró nada. La gente le daba dinero (que nunca tocó con sus manos) y alimentos. Se formaban enormes colas de personas esperando ser recibidas. A su alrededor se formó un equipo o especie de "servicio" de decenas de personas que ayudaban a organizar todo aquello. Poco a poco fueron levantando unas cuantas casuchas que hacían las veces de cocina, dormitorio, oficina, servicios.

Lo más llamativo para la gente que pasaba por aquella antigua carretera de Andalucía al Levante era la enorme fila de camiones aparcados en la carretera y los miles de kilos de leña en la ladera de la montaña. Se debían a donaciones de agradecidos por alguna curación o favor. Manuel Rubio no pedía nada, a lo sumo sugería que le gustaban los motores y la leña. Todavía hoy, quince años después de su muerte, la leña sigue allí pudriéndose y los vehículos están guardados por sus amigos y seguidores (y pagando el impuesto de circulación al Ayuntamiento de Huétor Santillán).

Cada día son varias decenas de personas las que se acercan al lugar. Unos a dejar todavía alimentos o a llevarse agua de la fuente que hay en su puerta. Los domingos son días de mayor afluencia.

En resumen. Una ruta fácil para todos los públicos.

Salud y montaña y que los yetis sigan protegiendo estos gloriosos e históricos lugares.


TODO LO DESCRITO EN MIS TRACK SON OPINIONES PERSONALES SUBJETIVAS Y NO IMPLICAN NINGUNA GARANTÍA. LA RUTA PROPORCIONADA ES UNA ORIENTACIÓN APROXIMADA Y NUNCA UNA VERDAD ABSOLUTA. ES RESPONSABILIDAD DE CADA UNO TOMAR LAS PRECAUCIONES NECESARIAS Y VALORAR SU CAPACIDAD PARA AFRONTAR LOS RIESGOS DE LA MONTAÑA.

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