Canalahonda y Hazas del Respiradero. Desde Lunada por Bustalveinte, El Valle, Brenacobos; Carrío, Pizarras y Veinte. PR-S 74.
near La Concha, Cantabria (España)
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Itinerary description
Circular desde el portillo de Lunada para recorrer un buen tramo del PR-S 74 correspondiente a los senderos del espacio natural de los collados del Asón.
La principal razón es reconocer unos rincones mágicos que son Canalahonda y las Hazas del Respiradero, pero sin llegar al aparcamiento de la Gándara del valle de Soba para evitar el puerto de la Sía.
Desde el puerto de Lunada es más cómodo y la ruta desde ahí no excede el kilometraje.
Comenzamos la jornada desde el aparcamiento que existe poco antes de coronar el puerto de Lunada por la vertiente burgalesa.
Frente a este parking se toma la senda que está justo en frente y se comienza a ascender poco a poco por la ladera que rodea del Picón del Fraile para llegar al collado de Bustalveinte.
De ahí se desciende al espacio natural de los Collados del Asón entre las morrenas del circo glaciar que se formó aquí.
Un sendero bien marcado por debajo de la base militar en la cara norte nos permite llegar a las cabañas en ruinas de Bustalveinte.
Están divididas en dos niveles. El segundo grupo de esas cabañas se encuentran en un hoyón con claros elementos cársticos y de glaciación.
Pasado ya este poblado nos adentramos en un hayedo por un camino abovedado por las verdes ramas de este arbolado que permite ganar la intersección bien señalizada para dirigirnos hacia el Valle.
El sendero es claro y ya sin bosque.
Brezos y algún tramo de hierba nos rodean en esta gran depresión que fue un gran circo glaciar.
Seguimos las balizas del PR-S 74 hasta llegar al Collado de los Lobos.
Lo recorremos cómodamente y antes de descender a Brenalengua, giramos en perpendicular a la izquierda para adentramos en un barranco bien acotado por paredes calcáreas de más de 20 metros.
Se trata de Canalahonda.
También lo llaman el Corralón, ya que los ganaderos de la zona lo utilizan de tenada.
Casi un kilómetro de magia entre hayas y paredes marcadas por la erosión glaciar y meteorológica.
Salimos y descendemos con cuidado por el Senderón hasta la Cabaña de Concinchao.
En este trecho tenemos a nuestros pies el poljé de Brenavinto y al fondo los imponentes farallones de los Campanarios.
Llegamos por fin a la cabaña de Concinchao.
En este lugar coinciden varios senderos del espacio natural de los Collados.
Nosotros regresamos hasta la torca entre hayas desde donde sale la senda en ascenso hacia las Hazas del Respiradero.
Las panorámicas van mejorando debido a la altitud ganada.
El premio a este pequeño tramo es poder acceder a un canal estrecha de gran interés y encanto.
Se trata de las Hazas del Respiradero.
Una grieta de medio kilómetro aproximadamente con el camino encajado entre las paredes calcáreas.
La salida hacia el hayedo de Moncrespo es de película, preciosa.
Continuamos entre hayas hasta llegar a un collado con el perfil en la roca de una cara seria.
Desde esta antesala a Sel de Cuende y Brenacobos se nos presenta el Valle y un anfiteatro de suelo lapiaz inigualable.
A través de una alambrada como portilla se llega a las Brenas de Selvde Cuende con sus cabañas.
Un rincón maravilloso.
Poco más adelante tenemos el Abrevadero de Brenacobo.
Se deja y poco más adelante y bajo las Hazas de esta zona accedemos por un paso escalonado con mucho encanto hasta llegar bajo el Carrio o Carrío según marca el mapa.
Ahí, antes de ascender en vertical topamos con unos pilones de lastras muy arcaicos y poco efectivos.
Subimos a Carrio para comenzar el regreso por el cordal de la sierra la Vaga que divide los valles de Lunada de los Collados y de ahí nos recreamos con las vistas hacia Colina y Porracolina.
Bajamos al collado que lo separa de Pizarras entre un paso estrecho y espectacular para enseguida ascender a esta cima de Pizarras que sí tiene buzón.
De ahí seguimos hacia la Colladía en un cómodo descenso y luego otra vez hacia arriba hasta el Veinte.
Ya sólo nos queda regresar al portillo de Lunada por don comenzamos la ruta.
Una ruta top, de 5 estrellas.
Ideal y recomendable en días estables y claros.
La principal razón es reconocer unos rincones mágicos que son Canalahonda y las Hazas del Respiradero, pero sin llegar al aparcamiento de la Gándara del valle de Soba para evitar el puerto de la Sía.
Desde el puerto de Lunada es más cómodo y la ruta desde ahí no excede el kilometraje.
Comenzamos la jornada desde el aparcamiento que existe poco antes de coronar el puerto de Lunada por la vertiente burgalesa.
Frente a este parking se toma la senda que está justo en frente y se comienza a ascender poco a poco por la ladera que rodea del Picón del Fraile para llegar al collado de Bustalveinte.
De ahí se desciende al espacio natural de los Collados del Asón entre las morrenas del circo glaciar que se formó aquí.
Un sendero bien marcado por debajo de la base militar en la cara norte nos permite llegar a las cabañas en ruinas de Bustalveinte.
Están divididas en dos niveles. El segundo grupo de esas cabañas se encuentran en un hoyón con claros elementos cársticos y de glaciación.
Pasado ya este poblado nos adentramos en un hayedo por un camino abovedado por las verdes ramas de este arbolado que permite ganar la intersección bien señalizada para dirigirnos hacia el Valle.
El sendero es claro y ya sin bosque.
Brezos y algún tramo de hierba nos rodean en esta gran depresión que fue un gran circo glaciar.
Seguimos las balizas del PR-S 74 hasta llegar al Collado de los Lobos.
Lo recorremos cómodamente y antes de descender a Brenalengua, giramos en perpendicular a la izquierda para adentramos en un barranco bien acotado por paredes calcáreas de más de 20 metros.
Se trata de Canalahonda.
También lo llaman el Corralón, ya que los ganaderos de la zona lo utilizan de tenada.
Casi un kilómetro de magia entre hayas y paredes marcadas por la erosión glaciar y meteorológica.
Salimos y descendemos con cuidado por el Senderón hasta la Cabaña de Concinchao.
En este trecho tenemos a nuestros pies el poljé de Brenavinto y al fondo los imponentes farallones de los Campanarios.
Llegamos por fin a la cabaña de Concinchao.
En este lugar coinciden varios senderos del espacio natural de los Collados.
Nosotros regresamos hasta la torca entre hayas desde donde sale la senda en ascenso hacia las Hazas del Respiradero.
Las panorámicas van mejorando debido a la altitud ganada.
El premio a este pequeño tramo es poder acceder a un canal estrecha de gran interés y encanto.
Se trata de las Hazas del Respiradero.
Una grieta de medio kilómetro aproximadamente con el camino encajado entre las paredes calcáreas.
La salida hacia el hayedo de Moncrespo es de película, preciosa.
Continuamos entre hayas hasta llegar a un collado con el perfil en la roca de una cara seria.
Desde esta antesala a Sel de Cuende y Brenacobos se nos presenta el Valle y un anfiteatro de suelo lapiaz inigualable.
A través de una alambrada como portilla se llega a las Brenas de Selvde Cuende con sus cabañas.
Un rincón maravilloso.
Poco más adelante tenemos el Abrevadero de Brenacobo.
Se deja y poco más adelante y bajo las Hazas de esta zona accedemos por un paso escalonado con mucho encanto hasta llegar bajo el Carrio o Carrío según marca el mapa.
Ahí, antes de ascender en vertical topamos con unos pilones de lastras muy arcaicos y poco efectivos.
Subimos a Carrio para comenzar el regreso por el cordal de la sierra la Vaga que divide los valles de Lunada de los Collados y de ahí nos recreamos con las vistas hacia Colina y Porracolina.
Bajamos al collado que lo separa de Pizarras entre un paso estrecho y espectacular para enseguida ascender a esta cima de Pizarras que sí tiene buzón.
De ahí seguimos hacia la Colladía en un cómodo descenso y luego otra vez hacia arriba hasta el Veinte.
Ya sólo nos queda regresar al portillo de Lunada por don comenzamos la ruta.
Una ruta top, de 5 estrellas.
Ideal y recomendable en días estables y claros.
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Comments (1)
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Information
Easy to follow
Scenery
Moderate
Hice solamente una pequeña parte de la ruta. En parte porque el día estaba un poco pesado y en parte porque me equivoqué varias veces al tomar los senderos y se me echaron encima el tiempo y la fatiga. Las equivocaciones fueron enteramente culpa mía.
Sin embargo el entorno es maravilloso y mereció la pena el intento.
Gracias por compartir.