Cañamero-Guadalupe

Ruta senderista realizada con el club Cabezarrubia.
Partimos una fría mañana de Cañamero, preciosa localidad de gran tradición por sus vinos.
Descendemos por una senda asfaltada para cruzar el arroyo Barbellido y seguimos el curso del Ruecas para cruzar al margen izquierdo por la presa de la piscina natural.
Al otro lado del rio avistamos la entrada de la cueva de Álvarez. Seguimos ascendiendo hasta llegar a la presa del embalse del Cancho del Fresno.
Por una pista muy cómoda seguimos bordeando el pantano hasta alcanzar el desvío bien señalizado que nos conducirá a Guadalupe.
Dejamos la fuente de la Alevosilla y llegamos a la Cruz de Andrada, donde fue asesinado en el siglo XIX, como consta en la leyenda grabada en ella.
Desde este punto seguimos ascendiendo para pasar un pedregal, conocido como el melonar de los frailes. Estas rocas se deben a la erosión y fragmentación de las cuarcitas apalachenses.
Dejamos a la derecha el collado del Ventosillo y más adelante a la izquierda el collado del Cancho de los Clavos para llegar al Castaño Abuelo, árbol centenario estando catalogado como uno de los ejemplares más longevos de Extremadura.
Continuamos por una pradera y descendemos por una senda bien marcada, dejando a la derecha una senda que lleva al Pico Agudo.
Entre castaños apreciamos a nuestra izquierda el palacio de Mirabel, donde pernoctó Isabel la Católica en su visita a Guadalupe.
Seguimos el camino hasta llegar a la ermita de Santa Catalina, desviándonos de la ruta unos metros para visitarla.
Por una pista muy cómoda dejamos a la derecha el Collado de la Nava y cruzamos el río Guadalupejo.
Caminamos unos metros por la carretera y nos desviamos a la izquierda por una pista asfaltada que nos lleva a la fuente del piojo y nos adentra en la población de Guadalupe.
Nos detenemos en la fuente de los tres caños y más adelante en la Plaza Mayor, para admirar la Basílica y posteriormente visitar su interior.
Esta ruta la realicé hace muchos años con un gran amigo y profesor, Paco Soria, para llevar a sus alumnos del colegio Aldana en una excursión organizada. Vaya desde aquí mi recuerdo y humilde homenaje a esta bella persona e incansable senderista que nos ha dejado hace unos años.