Cáñar - Acequia Barjas - Puente Palo - Acequia Almiar - O'celin

Comenzamos a caminar desde Cáñar por el sendero de Los Neveros, el que originariamente utilizaban los ganaderos y las gentes del pueblo, cruzando el carril de la Sierra en varias ocasiones hasta llegar a la acequia Barjas, en ésta ocasión y en otras la he visto siempre seca, caminando por castaños llegamos a una balsa para riego, llena de agua limpia y cristalina. Continuamos el camino, pasamos por una fuente de piedra y poco después abandonamos la acequia para subir de forma acusada por unos bancales hasta el Área Recreativa de Puente Palo. Pasamos el puente de piedra, carrileamos un rato y giramos a la izquierda en la bifurcación, siguiendo otro carril, hasta tomar un desvío a la derecha, llegamos a la acequia Almiar, ésta sí con agua, por la que andaremos deleitándonos con el encanto del bosque de robles melojos, hasta la Balsa Almiar.
Continuamos hasta la Atalaya de Soportujar, donde nos tomamos el bocadillo con vistas, a los pueblos de Pampaneira, Bubión y Capileira, y al fondo del barranco del Poqueira……. el Mulhacén nevado.
Pasamos delante de la caseta forestal desde donde se contemplan unas vistas preciosas del litoral granadino, las sierras de Lújar y de la Contraviesa.
Descendemos hacia el centro Budista O Sel Ling donde nos recibe la diosa Tara Verde, lo atravesamos ( aunque está prohibido, ya que es sólo para huéspedes en régimen de retiro ) hasta encontrar un senderillo y luego parte de carril, por el que llegamos a la Casa Forestal de Soportujar. Ahí tuvimos algún pequeño despiste, pero conseguimos enlazar con el senderillo que nos deja en el cauce del río, lo salvamos con ayuda de algunos troncos, y subimos los últimos repechos por senda bien marcada hasta el pueblo, disfrutando de las vistas fantásticas sobre el barranco de Río Chico.

Nota: 20,5 km según el GPS que siempre son orientativos, así como la descripción y comentarios resultado de mi experiencia y vivencia, sin ningún otro tipo de ánimo, eximiéndose el autor de responsabilidad alguna, ante cualquier percance que pudiera sufrir quién por voluntad propia o inducida la realice. Tomar las medidas de seguridad apropiadas para el itinerario, que dependerán de las condiciones climatológicas, así como la preparación tanto técnica como física, de la persona que la lleve a cabo. Así como también solicitar los permisos que sea necesarios.