CAÑAR - CIRCULAR

Este sendero, lo hicimos el pasado día 28/10/2012,. Llegamos a CÁÑAR (Granada), a las 8:45 h., aparcamos e iniciamos la marcha sobre las nueve de la mañana, tomamos camino del Cementerio y continuamos por una vereda preciosa hasta el dique 24, Desde allí, una vez que cruzamos el Río Chico, y debido a un mal entendido, tomamos por una pista entre pinos y un frondoso bosque precioso hacia Puente Palo; al llegar al final de la pista, cambiamos la dirección en busca de la casa forestal de Prado Grande; y allí tomamos el camino que viene desde Soportujar al área Recreativa de Puente Palo; por el que caminamos un kilómetro y medio, y nos desviamos a la derecha por una vereda hasta que avistamos el Centro Budista. Desde este centro de meditación y tras recorrerlo al completo, al llegar a la explanada donde está la imagen de la deidad THORA, tomamos hasta el depósito de Agua y nos adentramos, por la derecha del mismo depósito en el robledal, hasta llegar a la ATALAYA DE SOPORTUJAR, y dejando el barranco del Poqueira a la derecha, continuamos de frente unos setecientos metros, donde nos desviamos a la izquierda por una vereda, señalizada a su comienzo con hitos de senderista (montoncitos de piedras), que nos conduce por otro robledal muy bonito, a través de la acequia del Almiar, hasta el cortijo de Haza LLana, donde lo dejamos a nuestra izquierda y continuamos el carril de acceso al mismo unos cuantos metros hasta que salimos al camino, que nos conduce a Puente Palo y que dejamos antes para llegar al Centro Budista, dónde encontramos varios postes de señalización. Tomamos a Puente Palo y sin dejar el carril llegamos a CAÑAR después de diez kilómetros, que nosotros recortamos en varias ocasiones tomando por las trochas, cosa no aconsejable si no se ve claro. Hay que tener en cuenta que de este camino, nos tenemos que desviar a unos dos kms de Puente Palo, a la izquierda, en un cruce bien señalizado que nos indica todas las direcciones.
El día fue precioso, mientras en Granada estaba nublado y lloviendo copiosamente, nosotros disfrutamos de un divino día soleado de otoño