Canchal de la Ceja

Después de un viaje de casi dos horas desde El Espinar, llegamos a la central hidroeléctrica del chorro, nos damos crema solar, porque el día promete, cogemos las mochilas y seguimos la cacera que desciende desde esta central, hacia la de zarbudón, por su margen derecho, cruzamos por un pequeño puente sobre la canal, y empezamos la subida por la propia garganta del trampal.
Vamos subiendo sin dar tregua, disfrutando de las vistas a mano izquierda hacia las paredes de la cuerda de la Ceja, y hacia la derecha de pequeños saltos de agua entre el verdor de los campos.
Poco a poco se va encajonando el camino, y cada vez son más impresionantes las paredes, con múltiples desprendimientos de rocas a sus pies.
Seguimos por el margen derecho del arroyo, por sendas cada vez más incomodas, por las enormes rocas hasta que cruzamos al margen izquierdo justo por debajo de una pequeña cascada, en la que aprovechamos para refrescarnos y hacer frente al fuerte calor que hace.
Un poco más arriba de dicha cascada, hacemos una parada para hidratarnos un poco, darnos de nuevo crema solar, y coger energía para seguir con la subida.
Poco después de esta parada llegamos a la primera de las lagunas del trampal, espectacular rodeada de paredes de piedra.
La bordeamos por su margen izquierda, y un poco después nos desviamos para ver la segunda de las lagunas, en un entorno precioso, y subimos hasta la tercera de las mismas, recreándonos un poco en cada una de ellas.
Seguimos el ascenso observando por el camino las lagartijas con un color verde vivo, características de la zona, y alguna que otro lagarto verdinegro.
Un poco después de la tercera laguna, hay una cuarta colmatada, con mucha humedad, en la que estaban los restos de una vaca, que debió de quedar atrapada, y de donde no consiguió salir.
Desde aquí continuamos el ascenso hasta llegar a la cuerda del Calvitero, donde giramos a mano izquierda, pasando por un enorme hito de piedras, con una espectacular vista hacia la cima de los hermanitos, y seguimos la senda que nos lleva en poco tiempo hasta la cima de la Ceja, techo de Salamanca con sus 2428 metros, y objetivo del día.
Aprovechamos un sitio resguardado del aire que sopla en estas alturas, para comer el bocadillo, con unas vistas memorables, con los embalses de Baños, de Navamuños, y a lo lejos el de Gabriel y Galan,y las poblaciones de Candelario, y Bejar, entre otras.
Después de comer, retomamos la marcha por la cuerda de la Ceja, disfrutando de las vistas hacia el Torreón, Turmal, y más a lo lejos el Corral del Diablo, Portilla Honda, el Juraco, La Covacha, y Azagayas.
Seguimos sin perder mucho desnivel, hasta que giramos en busca de la laguna del Duque, bajando un fuerte desnivel, por terreno muy incomodo, y un poco peligroso por la multitud de agujeros, hasta que llegamos a la senda paralela a la laguna, que nos conduce hasta la represa de la misma, donde en una poza, algunos se dieron un baño, para mitigar el calor, antes de realizar el descenso final junto al tubo que lleva el agua a la central del chorro, donde terminamos la ruta, después de disfrutar de un gran día de montaña, con espectaculares vistas, y habiendo evitado la posible lluvia que amenazó una parte de la jornada.