CANCHAL NEGRO Y RISCO GORDO DESDE EL PUERTO DE TREMEDAL

CONOCEMOS LAS MONTAÑAS DE CASTILLA Y LEÓN.
Nos acercamos a la Sierra de Béjar para seguir una nueva ruta partiendo del puerto del Tremedal.
Salimos del amplio aparcamiento que tenemos en el mismo puerto en dirección SW en unos 5 km. Los primeros 2,5 km caminamos por cómoda pista y los restantes vamos por una pradera pegados a una valla de piedra y alambres. En este primer tramo llama la atención la ausencia total de árboles y arbustos. Toda la vegetación está protagonizada por el piorno que se está "comiendo" los pastizales donde aún observamos un buen número de vacas y algunas yeguas con su potrillos. Levantando la vista podemos contemplar en la lejanía el Circo de Gredos y algunas de sus conocidas grandes cumbres: Almanzor y Galana. También atrae nuestra atención la quebrada Cuerda de los Asperones.
Con cuidado pasamos la valla de alambres y nos orientamos hacia W para acercarnos a la Laguna del Chorrito. Una vez en este lugar tenemos de frente la denominada Sierra del Chorrito donde destaca un pico con una cruz de hierro en su cumbre. Hacemos una breve parada para contemplar el paisaje y reponer fuerzas.
El tramo más duro viene ahora, desde esta laguna hasta el Canchal Negro. Con paciencia vamos ganando altura hasta alcanzar la cumbre mencionada. Estamos en la Cuerda del Calvitero. En la lejanía observamos el Canchal de la Ceja (las lagunas del Trampal no se ven) y el Torreón en la lejanía. A nuestros pies tenemos la estación de esquí de la Covatilla, ahora sin movimiento alguno.
Tomamos la decisión de continuar por el cordal hasta el Risco Gordo, máxima altura de esta parte de la sierra. Continuamos disfrutando de este entorno y de los valles hacia Candelario donde la hierba de los prados tiene ya una tonalidad amarilla más que verde. El agua brilla por su ausencia.
Desde el Risco Gordo iniciamos el camino de regreso hacia el puerto. Nos dirigimos hacia un pequeño collado que nos conduce a la Sierra del Chorrito. Ascendemos a su cima más alta que alberga una cruz de hierro. Este lugar es un buen punto para gozar de este medio natural. Continuamos por el cordal de esta pequeña sierra intentando seguir algunos hitos que vemos entre los altos piornos. Vemos que el caminar se hace muy complicado. La ausencia de ganado ha facilitado el crecimiento de estos matorrales y la desaparición de las sendas. En un momento determinado nos es imposible encontrar sendas, al desviarnos demasiado a nuestra derecha, por lo que nos vemos obligados a luchar contra estos matorrales y continuar, en un corto tramo, abriéndonos paso como podemos hasta conseguir enlazar con otra vía un poco más transitable que nos conduce a los pies de la Peña Negra. No observamos vías claras de ascenso a esta coqueta peña y decidimos rodearla hacia la derecha y seguir el descenso, rodeados de piornos pero por una senda ya transitable.
Logramos alcanzar un cortafuegos y lo seguimos hasta llegar a los pies de la Peña de Garci Sánchez donde lo abandonamos para girar a nuestra derecha y continuar por un ancho camino que dejaremos muy pronto para descender por un sendero transitado por el ganado en medio de otro piornal hasta el fondo del valle por donde corre el Arroyo de las Tejeas que aún puede dar de beber al ganado que pasta en estas praderas, aunque no por mucho tiempo.
Paralelos a este arroyo progresaremos hasta enlazar con la pista de subida.
Un poco cansados por la lucha con el matorral, logramos regresar al puerto.
Ruta de montaña interesante desde el punto de vista paisajístico. Los piornos nos han puesto a prueba en lo referido a nuestra preparación física. Es una pena que estos matorrales estén invadiendo todos los espacios de pastizal por la ausencia de ganado vacuno, ovino y caprino. Creo que en el futuro nos tendremos que acostumbrar a contemplar el progresivo deterioro de nuestros espacios naturales. El abandono institucional es claro y manifiesto.