Candina/Salpico/Ojos de Llanegro (desde Oriñón)
near Oriñón, Cantabria (España)
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Trail photos
Itinerary description
Precioso recorrido que combina playa y montaña en un maravilloso entorno con un marcado carácter alpino en algunos de sus tramos. Trepadas y destrepadas, pasos aéreos, praderas, rocas, soledad, pueblos e incluso baños en fantásticas playas aderezan esta propuesta. Pese a que el comienzo y parte del final transcurran por carreterita, no entraña peligro, ya que el tráfico es muy escaso.
La ruta comienza en el Camping de la Playa de Oriñón, desde donde nos dirigimos a la carreterita que lleva a Sonabia. Giramos a la izquierda y recorremos el trayecto hasta la llegada al túnel, al que entramos. Buscamos la forma menos expuesta de alcanzar la N-634 y será por su puente que cruza la E-70/A-8 por el que entraremos a la zona boscosa, comienzo de la parte solitaria. Estamos metidos en un continuo túnel de vegetación a través del cual no vemos nada y es así hasta que llegamos al collado donde se nos abre el paisaje hacia el Huerto de la Generosa, las hoyas contiguas y la pendiente que nos espera para alcanzar el siguiente valle. Será desde este donde giraremos casi 180 grados para abandonar la senda habitual y dirigirnos hacia las paredes que cuelgan sobre Oriñón. La subida será costosa, debido a la roca caliza afilada y la vegetación baja pero las vistas al llegar merecen la pena. Por ello decidimos continuar por el cordal paralelo a Oriñón hasta el pico más alto de su extremos norte, desde el que acometemos descenso, por terreno de aventura, con destrepadas fuertes entre cabras, hasta llegar al collado desde donde se incorpora la senda principal. Nueva subida fuerte hasta el próximo collado y giro 90 grados a la izquierda para ir al Candina, visitando antes la atalaya que cuelga sobre la Hoya LLandesagú. La subida la hacemos bordeando por el sur y en el este encontramos una pared trepable por la que accedemos a la cima. La bajada, por un mínimamente marcado PR y rumbo, ahora si, directo, al Candina, al que llegamos tras un largo faldeo y un ascenso pronunciado a su arista, seguido de paso por esta. Las vistas son espectaculares y tras un merecido descanso, el fuerte descenso hacia al valle y vuelta a remontar a los Ojos de Llanegro, prodigio de la naturaleza de los que disfrutábamos desde arriba y ahora desde su interior. Las vistas son indescriptibles y las fotos imprescindibles aquí. La subida al Salpico, por la arista directa que vierte al mar, zona agreste y de tránsito más entretenido. Comida, que ya toca, en la cumbre e inicio de la fuerte y larga bajada, que hacemos en compañía de tres montañeras y dos perros que van, como nosotros, a la Playa de Sonabia; Algún destrepe, lapiaz, terreno suelto e incluso un paso aéreo equipado con una maroma para evitar posible sustos y, finalmente, arena de playa en lo alto del camino que nos indica, junto con la maravillosa vista, que estamos sobre la playa ansiada. Algo de decepción con el manantial del que caen escasas gotas, baño en la playa y rumbo a Oriñón, con previa visita a la Ballena, eso si, incompleta, porque la marea alta nos impide llegar al final. Y para terminar, el tramo de carretera, con carril peatonal, que nos devuelve al inicio: la Playa de Oriñón.
La ruta comienza en el Camping de la Playa de Oriñón, desde donde nos dirigimos a la carreterita que lleva a Sonabia. Giramos a la izquierda y recorremos el trayecto hasta la llegada al túnel, al que entramos. Buscamos la forma menos expuesta de alcanzar la N-634 y será por su puente que cruza la E-70/A-8 por el que entraremos a la zona boscosa, comienzo de la parte solitaria. Estamos metidos en un continuo túnel de vegetación a través del cual no vemos nada y es así hasta que llegamos al collado donde se nos abre el paisaje hacia el Huerto de la Generosa, las hoyas contiguas y la pendiente que nos espera para alcanzar el siguiente valle. Será desde este donde giraremos casi 180 grados para abandonar la senda habitual y dirigirnos hacia las paredes que cuelgan sobre Oriñón. La subida será costosa, debido a la roca caliza afilada y la vegetación baja pero las vistas al llegar merecen la pena. Por ello decidimos continuar por el cordal paralelo a Oriñón hasta el pico más alto de su extremos norte, desde el que acometemos descenso, por terreno de aventura, con destrepadas fuertes entre cabras, hasta llegar al collado desde donde se incorpora la senda principal. Nueva subida fuerte hasta el próximo collado y giro 90 grados a la izquierda para ir al Candina, visitando antes la atalaya que cuelga sobre la Hoya LLandesagú. La subida la hacemos bordeando por el sur y en el este encontramos una pared trepable por la que accedemos a la cima. La bajada, por un mínimamente marcado PR y rumbo, ahora si, directo, al Candina, al que llegamos tras un largo faldeo y un ascenso pronunciado a su arista, seguido de paso por esta. Las vistas son espectaculares y tras un merecido descanso, el fuerte descenso hacia al valle y vuelta a remontar a los Ojos de Llanegro, prodigio de la naturaleza de los que disfrutábamos desde arriba y ahora desde su interior. Las vistas son indescriptibles y las fotos imprescindibles aquí. La subida al Salpico, por la arista directa que vierte al mar, zona agreste y de tránsito más entretenido. Comida, que ya toca, en la cumbre e inicio de la fuerte y larga bajada, que hacemos en compañía de tres montañeras y dos perros que van, como nosotros, a la Playa de Sonabia; Algún destrepe, lapiaz, terreno suelto e incluso un paso aéreo equipado con una maroma para evitar posible sustos y, finalmente, arena de playa en lo alto del camino que nos indica, junto con la maravillosa vista, que estamos sobre la playa ansiada. Algo de decepción con el manantial del que caen escasas gotas, baño en la playa y rumbo a Oriñón, con previa visita a la Ballena, eso si, incompleta, porque la marea alta nos impide llegar al final. Y para terminar, el tramo de carretera, con carril peatonal, que nos devuelve al inicio: la Playa de Oriñón.
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