Canet de Mar-Castell Jalpi-Creu de Canet 100 Cims-Pedracastell

Nada mas abandonar el artificial frescor del tren, el choque térmico en forma de tremendo bochorno, nos recuerda que tal vez no es lo más prudente programar una ruta que discurre en gran parte por rieras, justamente el dia que anuncian alto riesgo de tormentas. Afortunadamente la conjunción del mar y la serralada, mantienen los negros nubarrones alejados de la cabecera fluvial. Las primeras rampas que nos alejan de la transitada carretera y nos llevan hacia los arrabales de la población, nos hacen pagar el habitual peaje en forma de copioso sudor. Afortunadamente la refrescante pineda nos acoge bajo su palio de tupido ramaje y alivia nuestro esfuerzo. Curioseamos en internet que uso dan al Rocòdrom y no nos sorprende que sea escenario habitual de fiestas y saraos. Si nos admiramos de su buen estado y de comprobar que lo respetan en gran medida, evitando vandalismos innecesarios. Cosa poco habitual cuando hablamos de mobiliario urbano. Ensordecidos al cruzar por encima de la C-32, nos alejamos raudos por la pista y enseguida aparecemos frente al Parc de Can Jalpi. Estamos junto a la gasolinera, a pocos metros del sendero que lleva hasta el Roure de Guernika, pero las entradas a la zona están muy alejadas. Aprovechando que el tráfico nos da una tregua, cruzamos la carretera y de un brinco pasamos al otro lado del quitamiedos, bajando a la riera y de allí al roure. Suponemos que le consuela, a pesar de estar rodeado por una valla, que nutridos grupos de todas las edades curioseen por la zona, descansando, jugando y explorando a su alrededor. Las cantarinas risas de los niños, y las algo mas intencionadas de los jóvenes, se unen a las que soltamos los mas experimentados ante nuestros habituales chascarrilos. Aprovechamos para recuperar fuerzas y partimos después del consabido abrazo de despedida al roure. Espectacular conjunto el que forman el Castell Jalpi y su lago. Embelezados durante largo rato, casi no advertimos a los patos, que habiendo aprendido las costumbres humanas, han acudido en silencio desde todos los rincones, por si cae algo. De nuevo cruzamos la C-61, ahora sin saltos ni carrerillas, internándonos hacia el pinar. A través de pista , senderos y rieras, llegamos a la explanada frente a la creu, aunque girando a la izquierda, visitamos primero el Vèrtex Geodèsic, máxima altura de la ruta de hoy, subiendo por un empinado y resbaladizo sendero. Ya en la Creu de Canet, incluida en la lista de 100 Cims, recreamos la vista con la impresionante panorámica del litoral y nos congratulamos de que la lluvia no solo no nos ha estropeado el dia, sino que nos ha remojado ligeramente, aliviándonos un poco del citado bochorno. Callejeando ya por Canet, procuramos pasar por todos sus lugares emblemáticos, y hacemos una pausa de hidratación en la rambleta próxima al tren. La anécdota la puso el taquillero, que ante la insistencia de varios usuarios respecto a la discrepancia de horarios del panel informativo e internet, sentenció; "A mi que me importa internet... ". Por supuesto el tren llegó a la hora que el pronosticó.