CAÑÓN DEL EBRO (ENTRE PESQUERA DE EBRO-VALDELATEJA) BURGOS

Esta ruta es una de las más clásicas que pueden realizarse en el norte burgalés. El recorrido se desarrolla por el tramo más espectacular de las hoces que el río Ebro traza en su curso alto entre Valdelateja y Pesquera de Ebro. Por el camino, visitaremos el pintoresco pueblo de Cortiguera. El recorrido que nos ocupa, discurre por lo más profundo del desfiladero junto al río y visita además tres pueblos pintorescos: Valdelateja, junto al río Rudrón, Pesquera de Ebro, junto al Ebro y la sorpresa de la ruta, el despoblado, hoy en recuperación, de Cortiguera. El camino comienza en el pueblo de Valdelateja, perteneciente al Valle de Sedano, a 51 km de Alceda.

Valdelateja ocupa lo más profundo de una hondonada junto a un meandro del río Rudrón, poco antes de su desembocadura en el Ebro. Se halla rodeado de elevados cantiles rocosos, entre los cuales destaca la peña de Castrosiero, en cuya cima se ubica la ermita de Santa Centola, una de las más antiguas de la provincia de Burgos. Dado lo angosto de sus calles y escaso sitio para aparcar, hay que dejar el coche en un aparcamiento habilitado al efecto a la entrada de la localidad. Nos preparamos y tras atravesar el río Rudrón por un magnífico puente, atravesamos las callejuela que suben hacia la iglesia. Detrás de ella a mano izquierda tomamos la senda que ya sin pérdida alguna nos llevará al otro extremo del desfiladero en Pesquera de Ebro. Todo el recorrido está perfectamente señalizado. Los primeros kilómetros desde Valdelateja, se realizan siempre siguiendo la margen derecha del Rudrón primero y del Ebro a continuación. El Rudrón desemboca a poca distancia del pueblo, pero la densa vegetación de ribera nos impide ver el punto exacto. En primavera y verano, la vegetación es selvática, por lo que la senda se estrecha en algunos tramos demasiado, por lo que hay que tener cuidado en no perder el equilibrio ya que en algún punto tenemos caída a nuestra izquierda. Transcurridos unos tres kilómetros, cruzamos el puente que se halla junto a la central hidroeléctrica el Porvenir, situado en la otra orilla. En este punto, se nos une por la izquierda la senda que viene del pueblo de Quintanilla-Escalada, emplazado río arriba. Pasada la central, el camino discurre a tramos bajo una envuelta vegetal que amenaza con tragárselo. A mano derecha, el río Ebro, forma alguna pequeña playa en pequeños remansos donde es posible darse un chapuzón en verano, siempre teniendo cuidado con las fuertes corrientes que hay. La ruta continúa sin pérdida alguna por el cañón, atravesando sus tramos más escarpados donde el río se acelera y forma rápidos.

El recorrido es placentero, sin ninguna dificultad y nos cruzamos con caminantes y senderistas ya que es una ruta muy frecuentada, sobre todo en los meses estivales. En las cercanías ya de Pesquera, el desfiladero se ensancha ya que el río describe una gran curva y forma una extensa vega entre choperas. Entramos en Pesquera de Ebro por la calle de la iglesia. Se trata de un interesante pueblo por sus construcciones tradicionales y los múltiples escudos blasonados de los siglos XVII y XVIII que embellecen sus fachadas. También destaca su magnífico puente sobre el Ebro y la ermita de San Antonio, al otro lado del río. En Pesquera debemos atravesar el puente sobre el río Ebro, dejando la ermita de San Antonio a la derecha. Continuamos un pequeño tramo de asfalto hasta el cruce con la carretera que sube al Páramo de Masa (Dobro). Continuamos por ella unos metros para en apenas trescientos metros salirnos del asfalto tomando la senda señalizada que sale a mano derecha. Este camino asciende sin desviación alguna hasta el pueblo de Cortiguera. El pueblo, se emplaza en un pintoresco lugar sobre la ladera de la montaña asomado sobre el río Ebro. El camino asciende hasta él sin excesiva pendiente. El pueblo se hizo famoso por ser escenario de algunas secuencias de la película "El disputado voto del señor Cayo", basada en la obra del mismo nombre del escritor Miguel Delibes.

Cortiguera es un pueblo que llegó a abandonarse casi completamente durante los años setenta y ochenta, acogiendo solo las visitas ocasionales de caminantes y nostálgicos. Por fortuna, en los últimos años está viviendo un período de recuperación y está variando su aspecto notablemente. Destacan también sus fachadas blasonadas, en especial un palacio neoclásico que se encuentra a la salida junto al camino a Valdelateja. Salimos por este camino al final del pueblo y continuamos sin pérdida alguna dejando siempre el cañón a nuestra derecha. La senda es muy agradable ya que caminamos bajo cubierta vegetal en muchos tramos. En algunos puntos, donde el muro vegetal nos lo permite, las vistas sobre el cañón son excepcionales. Una vez recorridos unos tres kilómetros desde Cortiguera, encontramos un desvío señalizado a la derecha que tomamos. Será el que nos baje a Valdelateja. Si continuáramos por la pista que traíamos, llegaríamos al pueblo de Nocedo, en el Valle de Sedano. La senda que tomamos, nos introduce en un pequeño bosque para en apenas quinientos metros dejarnos literalmente sobre el borde rocoso del páramo que cae a pico sobre el meandro abandonado que formó el Rudrón. Valdelateja es visible ya abajo a nuestra derecha. Frente a nosotros, contemplamos la meseta aislada de Siero, en cuya cima plana, que visualizamos a nuestro nivel, se halla la ermita de Santa Centola y Santa Elena, una de las más antiguas de la provincia de Burgos (en un ventanal existe una inscripción del 782). Desde este punto ya solo tenemos que descender por una zigzagueante áspera senda que pegada a la roca, desciende rápidamente a Valdelateja. Si se tiene tiempo y fuerzas, se recomienda ascender a la ermita de Santa Centola. Una fácil senda asciende hasta la cima desde Valdelateja.

Esta localidad es una de las más bellas de la provincia burgalesa. Colgada en una serie de terrazas de toba en la margen izquierda del angosto Cañón del Ebro, se combinan en ella la vista de espectaculares parajes naturales y el sabor popular de sus construcciones.

En Orbaneja del Castillo convivieron durante siglos mozárabes, cristianos y judíos. De la presencia de estos últimos y su famosa aljama tan sólo queda el recuerdo en algunos nombres de calles. Este lugar fue elegido por los Caballeros Templarios para levantar el Convento y Hospital de San Albín, encargado de ofrecer albergue y protección a los peregrinos del Camino de Santiago. Se trataba de una ruta alternativa al denominado camino Francés, que pasaba por San Martín de Elines y Santa María de Cervatos. Asimismo, los Reyes Católicos concedieron a esta distinguida aldea el título de Villa, por lo que sus habitantes quedaron exentos del pago de impuestos.