Cañón del Eume - Penas do Crego - Mirador de Teixido (Fragas del Eume)

De las rutas que hemos hechos en las Fragas del Eume ésta es la que presenta más dificultad técnica, por lo cual tampoco tiene nada de aburrida…Comienza en la vieja central hidroeléctrica da Ventureira, ya en desuso, donde dejamos el coche. Primero subimos por un sendero en zigzag por el bosque hasta encontrarnos con el canal que abastecía la central con agua, ya seco y con vegetación. Lo utilizamos, bien sobre su muro, bien en el mismo canal, para dirigirnos hacia el comienzo del cañón del río Eume. Vamos en paralelo al río hasta llegar al muro de hormigón, que parece enorme, del embalse del Eume. Para llegar hay que pasar algunos obstáculos:
lo que llamamos “caminos de cabra” (de hecho, parece que hay cabras por allí, a juzgar por sus deposiciones), senderos estrechos y con caída libre hasta el fondo del cañón. Por ello no recomendamos esta ruta para personas con vértigo pues lo pasarían mal.
Otra dificultad son unos metros que hay que pasar con la ayuda de una cuerda de metal anclada en la roca. Se camina sobre un saliente de piedra estrecho y un poco desnivelado en una pared de piedra. De nuevo tenemos vistas al río al menos 10 metros más abajo, aunque estaremos más centrados en dónde colocar los pies que en admirar el paisaje. Esta hazaña puede ser más difícil con las piedras mojadas, por lo cual es mejor hacer esta ruta con tiempo seco.
En otra ocasión cruzamos una catarata, sin camino claro y agarrándonos a las piedras, y por supuesto mojándonos.
Una vez llegado a la pared del embalse cruzamos un canal con agua con la ayuda de una tabla metálica desnivelada y estrecha.
Después toca la subida por escaleras de hormigón, primero hasta el nivel del embalse y después, trepando por rocas, hasta el nivel del mirador. En el camino se disfrutan de muy buenas vistas sobre el cañón y el embalse.
El resto del camino es fácil: nos dirigimos hacia la aldea de Teixido pasando por pastos con el terreno esponjoso. El último trayecto nos lleva de vuelta a la vieja central por un sendero en desnivel y a veces resbaladizo debido a las ramas y hojas en el suelo.
En resumen, una ruta que merece la pena con tiempo seco y para los iniciados en el senderismo (o incluso montañismo); no la consideramos apta para personas con vértigo, niños pequeños y perros.