Cañón del Río Argos (PR MU - 70) en Calasparra

Dice Pepe Marcos: había (más que gana) necesidad de montaña. Por diversos motivos, fundamentalmente por esta cuasi insufrible prórroga canicular que estamos soportando, no habíamos iniciado nuestro “curso” 22-23. Pero esta jornada dominical tenía que ser, ya, el día. Así pues, mi andarina Pilar, Paco y un servidor nos dirigimos a realizar en terrenos municipales de Calasparra, una ruta que se ofrecía interesante: el PR-MU 70 “Cañón del Río Argos”. Siguiendo el buen track https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/pr-mu-70-canon-del-rio-argos-calasparra-109905494 (gracias “Elcaminador”) aparcamos el coche en zona acondicionada de tierra muy cerca de la Iglesia Parroquial de “Santiago Apóstol”, origen del mentado sendero de pequeño recorrido. Subiendo desde ésta en dirección norte y luego este, nos encontramos, en unos quinientos metros, en la base del parcialmente restaurado Castillo de “San Juan”. Saliendo de la travesía “oficial”, decidimos subir un par de cientos de metros más y observar desde sus dos miradores las bonitas vistas que, de Calasparra, su vega y las montañas circundantes desde allí se ofrecían. Tras bajar por la misma zona de subida, retomamos el PR para, salvando verja por la derecha (“cerradora” del tráfico rodado), salir prontamente en dirección éste por la parte alta de una loma cuasi en las faldas muy inferiores de la Sierra del Molino. Estamos cumplimentando el primer y “visual” kilómetro. Tras cinco hectómetros llegamos a un bonito mirador natural, tras el cual comienza un corta pero cuidadosa zona de bajada irregular, pedregosa, aunque ayudada por baranda de madera. Desde este punto, podemos divisar parte del Cañón del Río Argos que posteriormente senderearemos. Rápidamente, desembocamos en una curiosa formación: “Los Tunelillos”; estamos ante una zona horadada artificialmente que permite el paso a través de la montaña facilitando el devenir de este sendero hacia el norte. Tras atravesarlo, comenzamos un descenso por sendero por umbría de poco más de trescientos metros plagado, en esta época otoñal, de variadas setas. Tras ello, salimos al Camino asfaltado del Esparragal, que entronca, poco después, con el GR-127. Durante poco más de kilómetro y medio, nuestro camino discurre de forma distendida hasta que abandonamos por la derecha el asfalto y nuestros pasos, por pista de tierra, buscan en dirección sur la Sierra del Molino. Ascenso contínuo no intenso ni complejo hasta que, por la derecha y después de casi un kilómetro ascendemos por senda que, en un contínuo sube – baja no intenso de cuasi un kilómetro, “faldea” en la cota cuatrocientos, la mentada Sierra. Toca salir, y la senda desciende “cuidadosa” durante muy pocos hectómetros ( viendo ya las paredes norte del Cañón). Llegamos a las ruinas de un antiguo Molino y, desde aquí, ya, nos toca seguir en dirección fundamentalmente sur, la margen derecha del Río Argos en dirección contraria a su flujo natural. Este medio kilómetro es, bajo mi punto de vista, el más bonito de la travesía, con la observación de las verticales paredes y la audición constante del cantarino ruido fluvial. Llegamos al kilómetro siete y ya, tras pasar la Estación Depuradora de A.R. de Calasparra, solo toca seguir en dirección este (con tramo común de PR y GR-7) ascendiendo de forma muy leve, cumplimentando el último kilómetro y llegar a nuestro destino cumplimentando la circular. Sin duda, travesía y PR bien resuelto que se cumplimenta de forma distendida y que catalogamos de moderado (aunque para los senderistas habituales sea fácil) no por el kilometraje ni desnivel positivo (menor de trescientos metros), sino por el par de zonas referidas en las cuales hay que ir con cuidado y, sin duda, pertrechados de buen calzado y bastones. Espero os guste y buena montaña para todos.