Cañón del Río Lobos, Senda de las Gullurías, Ermita Templaria de San Bartolomé y Senda del Río (IBP 44 HKG)

Cañón del Río Lobos, Senda de las Gullurías y vuelta Senda del Río (IBP 44 HKG)
Fecha de realización: 10 de julio de 2020

Track en 3D de la ruta:
Fotos en Google Fotos: Cañón del Río Lobos


FICHA TÉCNICA (resumen IBP index)

Dificultad: fácil
Senderos: PRC-SO 67, PRC-SO-BU 65 y GR 86
Distancia total: 13,41 Km
Señalización: buena
Desn. de subida/bajada acumulado: 176 m
Altitud máxima/mínima: 1116/969 m
Tiempo total: 4:06:55 h
Tiempo en movimiento: 3:30:15 h
Tiempo parado: 0:36:40 h
Velocidad media total: 3,83 km/h

SINOPSIS

El Cañón del Río Lobos es un espacio natural protegido de Castilla y León con un paisaje muy abrupto, esculpido a lo largo del tiempo por las aguas del río Lobos.

Es conocido, sobre todo, por su esotérica ermita templaria de San Bartolomé; por su importante colonia de buitres leonados; y por sus rutas de senderismo.




Cañón del Río Lobos

Uno de los recorridos más populares es la Senda de las Gullurías, ruta circular con punto de partida y llegada en la Casa del Parque de Ucero, que nos permite ver la zona más conocida del Parque Natural desde otra perspectiva, desde lo alto; y dicho sea de paso, con muy poco esfuerzo.

El nombre de la senda hace alusión al Mirador de las Gullurías, el hito principal de este recorrido, donde se disfruta de una gran vista panorámica sobre el Cañón del Río Lobos.




Mirador de las Gullurías

"Por San Matías cantan las gullurías y se igualan las noches y los días", dicen en esta zona refiriéndose a una pequeña ave paseriforme conocida como totovía o alondra totovía.

Este sendero, en sus primeros kilómetros nos permiten conocer la agreste paramera, uno de los principales ecosistemas de este parque natural formado por pedregales, sabinares, jaras y plantas aromáticas, como el espliego, la ajedrea y el tomillo; así como disfrutar de unas bonitas vistas hacia el sur, donde cierran el horizonte las montañas del Sistema Central.




Tramo por la paramera

Posteriormente la senda nos conduce a través de otros hábitats característicos del parque (pinar, cortados...), dándonos una buena idea de su diversidad, descendiendo hasta el lecho del río Lobos y, alcanzando, aguas arriba, la Ermita Templaria de San Bartolomé.

Hay que señalar que el track objeto de este recorrido realiza una pequeña variante respecto del sendero oficial, que consiste en abandonar el sendero de las Gullurías en su tramo final para desembocar en la Ermita de San Bartolomé a través de un tramo elevado, bajo el espectacular mirador del Ojo del Diablo.




Mirador del Ojo del Diablo visto desde el río Lobos

De esta manera obtenemos una vista de la ermita desde un punto elevado, desde el lugar conocido como “el balconcillo”.




Vista de la ermita de San Bartolome

En cualquier caso, tanto si realizamos íntegramente el sendero oficial, como la pequeña variante propuesta, no hay posibilidad de pérdida.

La ermita, de estilo románico tardío con influencias de un incipiente gótico, data del siglo XII. Destaca por su portada de arquivoltas apuntadas, su colección de canecillos con enigmáticas figuras labradas en la piedra, y su notable rosetón con estrella de cinco puntas, hoy adoptado como logotipo del parque natural.




Ermita de San Bartolomé

Aunque no existe unanimidad sobre su origen, muchos consideran a la ermita de San Bartolomé la obra cumbre del simbolismo templario, un lugar mágico, con una gran fuerza telúrica y el centro del mundo para los caballeros de la Orden del Temple, llena de signos esotéricos tan utilizados por los constructores del Medievo.

Junto a la ermita, se encuentran las Cuevas de San Bartolomé, formada por dos cuevas próximas entre sí: la Mayor y la Menor. En ambas cuevas existen representaciones de arte rupestre que datan de la Edad del Bronce.




Cueva Grande que destaca por la enorme oquedad de su entrada

Desde el conjunto de cuevas, siguiendo el sendero aguas arriba, llegamos al Colmenar de los Frailes, un lugar en el que la comunidad religiosa de este paraje disponía de colmenas para la recolección de la miel, que se caracterizaban por estar fabricadas con troncos huecos de árboles, a los que se colocaba una piedra plana en su parte superior, a modo de tapa, y por situarse en zonas elevadas, en los resaltes del cañón.




El Colmenar de los Frailes

La vuelta la realizamos por el lecho del río Lobos, alternando ambos lados, a través de los senderos PRC-SO 67, PRC-SO-BU 65 y GR 86, cuyos trazados se superponen.

Este tramo de la ruta se caracteriza por la existencia de una abundante vegetación de ribera, formada por chopos, sauces y fresnos, así como por numerosas colonias de nenúfares y juncos a lo largo de todo el curso fluvial, que nos brindan imágenes de gran belleza y plasticidad... un deleite para los sentidos.




Nenúfares en una de las numerosa pozas del río Lobos

Una ruta sencilla, apta para gran parte del público, con un paisaje y unas vistas espectaculares.

Ignacio.ds