Cañon del rio Rudrón

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Hoy nos hemos decidido por visitar otro de los cañones espectaculares de Burgos. Salimos a las nueve de la mañana puntuales desde Burgos con dirección a Hoyos del Tozo. María, Clara, Maribel y Deli fueron mis acompañantes en este día que prometía calor, aunque al ir paralelos al río la temperatura sería menos extrema.
Aparcamos el coche a la salida del pueblo y tomamos el camino del cañón. Todo el camino es una vereda muy fresca con vistas increíbles del río, de las paredes de roca que a la izquierda de nuestro camino se alzan, y con los numerosos buitres que nos acechan desde lo alto y que a nuestro paso alzan el vuelo.
Tras unos kilómetros entre frondosa naturaleza descubrimos uno de los rincones más espectaculares del recorrido: La Fuentona, una surgencia que sale directamente de la roca y que vierte sus aguas al río Rudrón. Con una subidita divertida al estilo cabra montés y un par de kilómetros entre quejigos, llegamos al final del cauce del río. Degustamos unas nectarinas y unos traguitos de agua y retomamos nuestra ruta hacia el pueblo de San Andrés de Montesarados. Si al principio de la ruta pensábamos que ésta iba a ser fresquita, al ir entre árboles, nos dimos cuenta de nuestro error en este punto, ya que los árboles desaparecieron, nos alejamos del río, y la vereda se convertía en pista hacia arriba.
Es en ese pueblo donde encontramos la única fuente del camino, llenamos nuestros “cántaros” y proseguimos ruta dejando atrás el desaparecido pueblo de Ceniceros.
A falta de unos pocos kilómetros la pista seguía sin ofrecer respiro, a excepción de unas pocas fresas silvestres que encontramos, aunque nuestro gps nos decía que ya quedaba menos. Y es que esta parte del recorrido ya se hacía un tanto pesada y calurosa.
Aquí empezamos a buscar alguna sombra donde poder degustar nuestro avituallamiento de bocata de tortilla de patata (deliciosa obra de mi cuñada Maribel) con gazpacho (de mi hija Clara). Avituallamiento que damos cuenta en menos de veinte minutos y que nos hace recobrar fuerzas de nuevo y continuar con la ruta.
Desde este punto y tras una bajada divisamos un arco natural en la roca y que después de una bajada por un pedregal nos lleva directamente a la iglesia del Hoyos del Tozo (pasando por la casa de los bebés), donde nos espera nuestro vehículo y una fuente con el agua más rica y fresca del día.