Cañones y buitreras del Adaja al norte de la presa de Cogotas (20-02-2024)

Recorrido que discurre campo a través y que en varias ocasiones requiere cruzar alambradas en las que no encontramos ninguna puerta.

Comenzamos en el aparcamiento que hay a la derecha antes de cruzar el muro del pantano de Cogotas y nos dirigimos por un sendero que llega en menos de 200 metros hasta un mirador con barandillas encaramado a unas rocas. Desde el mirador giramos a la derecha para adentrarnos en un encinar por donde campo a través iremos buscando lo más despejado para caminar, pasando por algunas antiguas canteras y teniendo que atravesar alambradas en varias ocasiones.

No hay indicaciones aunque en alguna zona si que llegamos a ver algún hito, pero creo que no sirven para mucho, ya que deben de estar muy dispersos y distantes unos de otros. Creo que deben de estar desde hace mucho tiempo y por ahí no creo que pase casi nadie.

Es una ruta corta pero el terreno por donde transcurre tiene cosas interesantes, la ida hasta la zona de las buitreras y el encajonamiento del río Adaja, la hicimos por la parte medio alta del encinar, el regreso lo hicimos bajando hasta el nivel del cauce del río, buscando una bajada que no supusiera gran dificultad.

Las buitreras de esa zona están en las paredes de enfrente, a la otra orilla del río. Se pueden ver bastantes buitres en sus posaderos y también volando sobre nuestras cabezas y por debajo de donde nos apostamos para su observación. El cañón por donde pasa el río en este tramo es bastante pronunciado y resulta sorprendente al compararlo con la parte anterior al embalse de Las Cogotas, que apenas tiene desniveles en su curso.

Después de contemplar el vuelo y las maniobras de despegue y aterrizaje de los susodichos buitres, comenzamos a bajar, con mucho cuidado, por una zona de bastante desnivel pero no de gran dificultad, y una vez que estamos a la orilla del río continuamos por esta unos doscientos cincuenta metros más o menos, a contracorriente, buscando los pasos menos complicados, luego comenzamos una pequeña subida para evitar pasos más enredados y tener el camino, campo a través, algo más despejado.

Pasamos zonas de rocas con mucho musgo, vimos narcisos por muchas partes y los plantones de peonías ya dispuestos a florecer. También vimos algún corzo y jabalíes. De vuelta al aparcamiento pasamos otra vez las alambradas y al cabo de tres horas, con todas las paradas que hicimos sobre todo para observar a los buitres, dimos por acabada la ruta. Esta fue realizada en una tarde.

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