CANTABRIA. Pequeña ruta para ver las Secuoyas de Monte Cabezón dentro del entorno de Monte Corona.
near Valoria, Cantabria (España)
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Trail photos
Itinerary description
Ruta tipo paseo , sencillo, fácil, apto para todo tipo de condiciones físicas , niños y familias en general .
Como bien indica el propio nombre, el Bosque de Secuoyas del Monte Cabezón está muy próximo a la localidad cántabra de Cabezón de la Sal. Concretamente lo tienes a cinco minutos en coche desde el mismo centro del pueblo.
Para llegar la mejor forma es en coche. Pones rumbo a la autovía A-8, la autovía del Cantábrico, y posteriormente tomas la salida 249 en dirección a Cabezón de la Sal. Una vez que nos hemos salido de la autovía, en la rotonda tienes que continuar por la carretera CA-135.
Subiendo en coche por la CA-135 al cabo de cuatro minutos más o menos, verás la entrada al Bosque de Secuoyas a la izquierda. Allí hay un pequeño aparcamiento, pero un poco más adelante verás otro aparcamiento algo más grande para dejar el coche. Nosotros dejamos el coche en el aparcamiento de arriba y bajamos andando por la carretera. En menos de cuatro minutos ya estábamos en la entrada al Bosque de Secuoya
La verdad es que resulta realmente curioso encontrarte con dos hectáreas y media de secuoyas en una zona tan atípica para estas plantaciones como es Cantabria. Las secuoyas es un especie común de la Costa Oeste de EEUU.
Realmente las secuoyas se plantaron en Cantabria por necesidades industriales de la zona alrededor del año 1940, durante la época del franquismo. Se decidieron plantar 848 secuoyas en esta zona dada la rapidez con la que crecen estos árboles y así aprovechar la madera para la industria, de esta forma no sería necesario depender de materias primas exteriores.
Pero resultó , que cuando crecieron ya no les interesó cortarlas y ahí se quedaron plantadas para que las disfrutemos nosotros . ¡Menos mal! Porque actualmente es uno de los parajes más bonitos de Cantabria y el bosque fue declarado Monumento Natural.
El entorno no puede ser más peculiar. Y es que este bosque tiene secuoyas de hasta 40 metros de altura, y un perímetro de unos dos metros. Yo creo que para abrazar algunas secuoyas necesitas al menos tres personas.
Dar un paseo por allí resulta realmente agradable y más con los colores del otoño. Últimamente el bosque ha cogido más fama, pero todavía hay muchos cántabros que aún no lo han pisado y otros tantos que aún ni lo conocen.
Una vez que aparcas el coche en el aparcamiento, justo al lado de la carretera, la entrada al bosque comienza por una pasarela de madera, facilitando así la entrada a minusválidos. La pasarela tiene muy poca pendiente y en apenas unos metros llegas a la profundidad del bosque.
Acabada la pasarela, el bosque de secuoyas queda a la izquierda. Continua por una especie de camino natural, bajando por las "escaleras". Y, sobre todo, ten cuidado de no pasarte las secuoyas que es fácil coger carrerilla. Como te despistes un poco, empieza a cambiar la vegetación en un plis plas y en vez de secuoyas te plantas en un bosque normal y corriente.
El espacio de las secuoyas no es muy grande, es más bien un recinto. Estuvimos aquí sobre una hora u hora y media.
Ya que estábamos por aquí, aprovechamos para continuar el paseo por el bosque que rodea a las secuoyas que con los colores del otoño don maravillosas. Te vas dando cuenta de que vas saliendo del bosque de secuoyas a medida que vas encontrando más claros. Recomendable continuar el paseo por aquí para ver el contraste entre las secuoyas y el resto del bosque.
Como bien indica el propio nombre, el Bosque de Secuoyas del Monte Cabezón está muy próximo a la localidad cántabra de Cabezón de la Sal. Concretamente lo tienes a cinco minutos en coche desde el mismo centro del pueblo.
Para llegar la mejor forma es en coche. Pones rumbo a la autovía A-8, la autovía del Cantábrico, y posteriormente tomas la salida 249 en dirección a Cabezón de la Sal. Una vez que nos hemos salido de la autovía, en la rotonda tienes que continuar por la carretera CA-135.
Subiendo en coche por la CA-135 al cabo de cuatro minutos más o menos, verás la entrada al Bosque de Secuoyas a la izquierda. Allí hay un pequeño aparcamiento, pero un poco más adelante verás otro aparcamiento algo más grande para dejar el coche. Nosotros dejamos el coche en el aparcamiento de arriba y bajamos andando por la carretera. En menos de cuatro minutos ya estábamos en la entrada al Bosque de Secuoya
La verdad es que resulta realmente curioso encontrarte con dos hectáreas y media de secuoyas en una zona tan atípica para estas plantaciones como es Cantabria. Las secuoyas es un especie común de la Costa Oeste de EEUU.
Realmente las secuoyas se plantaron en Cantabria por necesidades industriales de la zona alrededor del año 1940, durante la época del franquismo. Se decidieron plantar 848 secuoyas en esta zona dada la rapidez con la que crecen estos árboles y así aprovechar la madera para la industria, de esta forma no sería necesario depender de materias primas exteriores.
Pero resultó , que cuando crecieron ya no les interesó cortarlas y ahí se quedaron plantadas para que las disfrutemos nosotros . ¡Menos mal! Porque actualmente es uno de los parajes más bonitos de Cantabria y el bosque fue declarado Monumento Natural.
El entorno no puede ser más peculiar. Y es que este bosque tiene secuoyas de hasta 40 metros de altura, y un perímetro de unos dos metros. Yo creo que para abrazar algunas secuoyas necesitas al menos tres personas.
Dar un paseo por allí resulta realmente agradable y más con los colores del otoño. Últimamente el bosque ha cogido más fama, pero todavía hay muchos cántabros que aún no lo han pisado y otros tantos que aún ni lo conocen.
Una vez que aparcas el coche en el aparcamiento, justo al lado de la carretera, la entrada al bosque comienza por una pasarela de madera, facilitando así la entrada a minusválidos. La pasarela tiene muy poca pendiente y en apenas unos metros llegas a la profundidad del bosque.
Acabada la pasarela, el bosque de secuoyas queda a la izquierda. Continua por una especie de camino natural, bajando por las "escaleras". Y, sobre todo, ten cuidado de no pasarte las secuoyas que es fácil coger carrerilla. Como te despistes un poco, empieza a cambiar la vegetación en un plis plas y en vez de secuoyas te plantas en un bosque normal y corriente.
El espacio de las secuoyas no es muy grande, es más bien un recinto. Estuvimos aquí sobre una hora u hora y media.
Ya que estábamos por aquí, aprovechamos para continuar el paseo por el bosque que rodea a las secuoyas que con los colores del otoño don maravillosas. Te vas dando cuenta de que vas saliendo del bosque de secuoyas a medida que vas encontrando más claros. Recomendable continuar el paseo por aquí para ver el contraste entre las secuoyas y el resto del bosque.
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