Canyamel a Torre Cap Vermell y talaia vella

Objetivo visitar la torre de Cap Vermell y el vértice geodésico de la talaia vella.

Canyamel pertenece al municipio de Capdepera y se encuentra a 77km de Palma en el noreste de la isla y se podría definir como un pequeño paraíso tropical. Está enclavado por escarpados acantilados rocosos cubiertos por exuberantes pinos, palmeras y un nutrido surtido de flores de color rosa y naranja. Su playa es un gran lugar para la práctica de deportes acuáticos y también alberga el prestigioso Golf Canyamel.
En el siglo XVIII la tierra fértil que hay en la zona se utilizaba para cultivar caña de azúcar y de ahí deriva su nombre; “Canyamel” es el catalán para “caña”.

INCIDENCIA:
Al bajar de la torre nos dirigimos a la derecha y vimos que el camino iba hacia Cala Rajada, como la intención era volver a Canyamel, quisimos bajar campo a través para no hacerla de ida y vuelta , bajamos un trozo pero estaba muy sucio , subimos y tuvimos que volver prácticamente por el mismo camino de ida.

Desde el aparcamiento que existe en el margen izquierdo del torrente de Sa Farinera, que desemboca en la playa de Canyamel, empezamos a caminar cerca de la orilla del mar. Pasamos sobre un puente de obra y bordeamos un complejo turístico hasta dar con un nido de ametralladora de la Guerra Civil española, bunker en muy buen estado, al que se accede por su parte superior.

Por encima sigue el sendero que nos lleva hasta el Embarcador del Rei, un lugar idílico que no conocía y que me lo apunto para próximo verano.

Continuamos por el senderito que termina en una escalera con escalones de marés y que después de subir los 153 peldaños que tiene nos deja en el aparcamiento de las Cuevas de Artá, también nombradas antes como Cuevas de la Ermita o Cuevas del Ermitaño. Si bien se encuentran en el término municipal de Capdepera, hay que remontarse a antes de 1858 en que este municipio no se había independizado de Artá. Su entrada original era por la escalera construida en 1860.

Tomamos fotos en la entrada y hacemos un cortado para entrar en calor, los escalones nos pareció poco repecho.....

De regreso por la carretera tomaremos una escalera por la derecha para llegar a la calle superior, seguimos por la izquierda y salimos del asfalto por la derecha. El camino está bien definido aparte de existir unos hitos de madera que lo marca.

Al llegar arriba en primer lugar nos dirigimos al vértice geodésico, el camino bastante malo con mucha piedra cortante, mucho cuidado. Nada más llegar las vistas son muy bonitas y en frente teníamos la torre. La Talaia Vella, también conocida como torre d’ en Massot, fue posiblemente la primera que se construyó en la zona. Está situada a 182 m de altura y servía para controlar la llegada de piratas a la isla. Del monumento original apenas se conservan unas piedras que nos permiten distinguir la base circular de la torre.

Antes de iniciar la subida, nos paramos a merendar en una casa en ruinas que parece ser antiguamente se usaba de refugio. La subida está bien marcada entre hitos y puntos azules. Al llegar arriba las vistas son ESPECTACULARES. Construida en 1577, en el año 1794 se tomó la decisión de dotarla de dos cañones pero la obra no se llegó a efectuar. Su forma es tronco-cónica y a ella se accedía a través de una puertecita situada en su parte alta. La Torre Nova des Cap Vermell –la que se restaurará– está a 210 metros de altura. Es de sección circular cónica, es decir, que tiene una base más ancha que el techo. Es de un solo cuerpo y tiene bastante inclinación. Fue construida con mampostería de piedra caliza, trabada con mortero bastardo y revocada exteriormente. Casi todo el enfoscado exterior se ha desprendido con el paso de los años. También se han caído algunas piedras de la torre, del umbral de entrada y de la bóveda de sujeción de la cubierta, poniendo en peligro la estabilidad del torreón, su restauración en 2011 costé 86.000€.

INCIDENCIA:
Al bajar de la torre nos dirigimos a la derecha y vimos que el camino iba hacia Cala Rajada, como la intención era volver a Canyamel, quisimos bajar campo a través para no hacerla de ida y vuelta , bajamos un trozo pero estaba muy sucio , subimos y tuvimos que volver prácticamente por el mismo camino de ida.

Al llegar abajo cogemos la calle de la ermita que nos lleva hasta el coche, para acabar nos paramos en el restaurante El Cruce a comer, donde como siempre "estaba vacío".