Carazo-Peña Carazo SCarlos Circular

Hacía frío esa mañana de enero en los pueblos de la Sierra de la Demanda. Entre 4 y 7 grados bajo cero según los sitios. En otras palabras, era invierno del todo.

Comenzamos la subida a la Peña Carazo desde el pueblo del mismo nombre, y enseguida comenzaron los calores de la cuesta. De los 1.175 m que está el pueblo a los 1.450 más o menos entramos en calor. Luego subiríamos hasta los 1.500 y nos encontraríamos con el suelo alfombrado de nieve, que por suerte no estaba helada.

Pero vamos por partes. La subida a la enorme mesa del Pico Carazo (Soncarazo) se hace siguiendo la corriente del río Mataviejas (será por el efecto letal de la cuesta en las féminas de la tercera edad, digo yo), y en las fotos se puede ver un puente, una fuentecilla y una bonita cascada. Bueno, el caso es que se nos pasó el frío subiendo.

Arriba, en la meseta, nos dirigimos al lado norte para ver el espectáculo del valle (Ahedo, La Revilla, Barbadillo...) que se extiende hasta donde empiezan los picos altos y nevados de la Sierra de la Demanda. En esas alturas la nieve cubría el suelo, aunque molestaban más las piedras calizas de canto para caminar. Como en esa parte el Pico Carazo termina en risqueras verticales de roca caliza con muchos agujeros y cuevas , al asomarnos espantamos a los buitres que oteaban el horizonte buscando un improbable desayuno. No eran como otras veces un par de ellos o tres, sino verdaderos ejércitos: yo conté volando más de treinta. y posados en el borde de la roca otra docena (las fotos están tomadas de lejos, pero se aprecia el número).

La bajada de la meseta del Pico Carazo al collado de la Rasa era peligrosa por la nieve resbaladiza. Pero bajamos sin percance y nos dirigimos al Pico San Carlos. Allí nos dedicamos a recorrer el lado sur, porque es donde se pueden ver viejos paños de muralla y un par de torres de la fortificación que tiene su origen en un castro celta. Los vigías tendrían un panorama ideal para vigilar... si no morían antes, arrecidos de frío, inmóviles en su atalaya.

La bajada desde el San Carlos fue por la cara norte, pero sin camino porque no hay ninguno trazado. Atravesamos una cerca por entre dos postes donde no había alambre y seguimos bajando hacia el noroeste, de nuevo sin sendas ni otra señal auxiliadora. Las aliagas, como siempre, empeñadas en preservar su lugar en el monte, nos clavaban sus aguijones en las piernas y pantorrillas. En fin, encontramos el camino hacia el sur y tomamos el mismo después de media hora de monte a través.

Queríamos visitar una dehesa cercana, porque allí está el paraje donde Sergio Leone rodó la escena final de "El bueno, el feo y el malo". Construyeron un cementerio de la Guerra de Secesión norteamericana, donde las tumbas se agrupagan en circumferencias alrededor de un círculo inicial de piedra y lo llamaron "Sad Hill". Allí nos encontramos los cuatro caminantes con nuestra juventud en forma de recuerdos cinematográficos, mientras los oidos se nos llenaban de la notas que Ennio Moriconne escribió para acompañarlos. He tomado un fotograma de la película que incluyo entre las fotos.

Supongo que todos veíamos a Elli Wallace correteando por las tumbas, a Clint Eastwood disparando su rifle para cortar la cuerda con la que había medio ahorcado al feo; y al malo Van Cleef muriendo tras el duelo más largo de la historia de las pelis del oeste (15 minutos), que incluye hasta el entierro a tiros en una fosa próxima. Para quien no se acuerde, le dejo a continuación el enlace de youtube con las escenas y a una página blogera con detalles del "cementerio" en el momento del rodaje (1960), que ahora se han empeñado en reconstruir, por si el visitante no había visto la peli:

https://www.youtube.com/watch?v=sXldafIl5DQ

http://elzo-meridianos.blogspot.com.es/2008/05/regreso-sad-hill-el-cementerio-de-el.html


Desde Sad Hill, que ni es triste ni es una colina, nos dirigimos de vuelta al pueblo, por las dehesas regadas por los arroyos que nacen en la ladera sur del Pico Carazo, que desde esa posición se veía altísimo, como una atalaya inalcanzable. Las vacas, al vernos pasar a su lado, parecían apidadarse de los caminantes por los ojos de circunstancia que ponían. Aquí el camino estaba embarrado, pero se podía avanzar con cierta velocidad.

La pista acaba en la carretera, a medio kilómetro del pueblo. La última foto es de tres caballos, de muy buena pinta, pastando en un prado a la entrada. Por cierto, Carazo es un pueblo castellano con historia, aunque aquella mañana fría no hubo nadie por las calles que nos la contara. Dejo una foto, prestada de wikipedia, con la fuente.

Hacía tiempo que no teníamos frío, pero no por la temperatura (3 grados más o menos) sino por el movimiento. Lo que sí hacía era hambre, así que nos fuimos a Barbadillo del Mercado, para ver si nos la curaban. Y vaya si sanamos con las medicinas hechas de judías pintas y rabo de vaca guisado.