Cardona Muntanya de Sal

La ruta de hoy nos lleva a Cardona, andaremos por senderos alrededor de la Vall Salina, el afloramiento de sales potásicas en superficie, llamado también diapiro, el inicio lo realizamos desde el parking existente junto al campo de futbol, bajando por un camino señalizado hacia el Parque de la Montaña de Sal, donde actualmente las dependencias de las antiguas minas se han transformado en un museo, entre la espesa niebla que reina hoy en esta localidad se vislumbra la torre castillete que soporta las poleas de extracción de las vagonetas del pozo vertical con 1300 m de profundidad, pasadas las instalaciones del parque por un sendero señalizado con balizas metálicas bordeamos la Gran Bofia, se llaman así a los pozos naturales producidos por acción de otros elementos en los terrenos, al fluir los filones de sal a la superficie aunque es más blanda que las rocas, se filtra entre ellas fracturándolas y abriéndose camino, la montaña de sal de Cardona tiene unos 120 m de altura la veta de Sal Gema puede bajar a los 2 km de profundidad, al final del valle salino están las Novas Terreres, unas serie de terrazas escalonadas construidas con las tierras, ya sin sal, de las extracciones de la mina, entramos a la ciudad por el barrio de la Coromina, una vez cruzado su puente de piedra, entramos en una zona minera abandonada, donde en las paredes de arcilla roja, se pueden ver afloramientos de sal blanca y rosada, terminamos la ruta subiendo por al Cami Nou y pasando por detrás del castillo, último reducto catalán en caer, en manos de los Borbones en la guerra del 1714, camino tranquilo y pensativo, reflexionando, me resulta extraño, siendo estas minas explotadas desde el neolítico, cuando se descubre el negocio de las sales potásicas, se abre el pozo del Duque, estas tierras pertenecían al linaje de Medinaceli, titulo creado por la Corona de Castilla por defender a la patria, esa misma nobleza años más tarde vende las minas a Explosivos Rio Tinto siendo una de las ramas de esta empresa de capital británico, es curioso el dinero no entiende de banderas, ni de pueblos, solo de beneficios. Hemos andado juntos Elena, Rosa S., Juan A. y Julián.