CARRALES-SUMIDERO DE LA IGLESIA DEL AGUA DE LOS PERROS-PIEDRA DEL AGUJERO-CABALLO TORRASO

Todo ser humano anhela la desnudez de lo amado para poder recorrer sus protuberancias y recodos sin artificios que enmascaren su esencia, su piel inmaculada despojada de tupido velo vegetal. Esta ruta ha sido un ejercicio de entrega mutua del que poder disfrutar sin ofensa ni pudor la dermis pétrea de esta venerada sierra, acariciarla y recorrerla con la planta nuestros pies, besar su superficie con cada paso, y por supuesto ayudar a recuperar su dignidad después del despojo que sufrio allá por el 2005 en aquel terrible incendio, cuya cicatriz perdurará durante mucho tiempo en esta triste estampa de tierra quemada que a pesar de todo no ha restado ni un ápice de dignidad y grandiosidad a estas montañas. Sin duda hemos podido contemplar algunas de las maravillas naturales más impactantes de este parque natural, como el sorprendente Sumidero de la Iglesia del Agua de los Perros, un auténtico capricho natural. La increíble postal que nos presta el Ojo de Carrales y como colofón del recorrido las imponentes vistas del Caballo Torraso, uno de los mejores miradores naturales que nos brinda el Parque Natural de Cazorla, Segura y las Villas. Las imágenes muestran que no hay agonía en el grito mudo que emite esta sierra sino ganas de reivindicar la belleza que atesora a raudales y que entrega sumisa a sus amantes que deseen gozar la plenitud de su agreste cuerpo, comunión perfecta para cualquier enamorado de la montaña.
Iniciamos esta ruta en la Casa Forestal de Carrales de Abajo, en el p.k. 44 de la Carretera Transversal de las Villas donde encontraremos una amplia zona para aparcar el vehículo junto a un panel indicativo. Avanzamos 200 metros por la carretera en dirección norte (en dirección al Charco de la Pringue o Charco del Aceite que es por donde hemos llegado con nuestros coches) y al llegar a un pequeño arroyo tomamos un viejo camino maderero nos introduce en fuerte pendiente manteniendo dirección norte junto al cauce del arroyo, que acompasa nuestro avance regalándonos pequeñas cascadas que mitigan en parte el esfuerzo inicial. Poco a poco la pendiente va suavizando tras salir del barranco por el que subimos y nos sumergimos en un frondoso pinar tomando nuestro camino ahora dirección este conduciéndonos a la zona devastada por el incendio que arrasó parte de la Sierra de las Villas en 2005. La aparición súbita de esta superficie desolada tras cruzar un bosque tan frondoso crea una sensación bastante impactante a la retina, siendo irremediable el que nos venga a la mente la estampa que mostraría estos agrestes parajes si no hubiese acaecido ese desgraciado incidente. Todo un lienzo de belleza robada que esperemos que no tarde mucho en recuperar el esplendor superlativo de antaño. Avanzamos unos metros a nuestra izquierda hasta encontrarnos con una pista que seguimos en suave descenso hacia el NO introduciéndonos de lleno en La Albarda. Nos desviamos levemente de la pista para disfrutar de las vistas que nos brinda un inesperado mirador natural que nos muestra la grandiosidad de nuestros siguientes objetivos: la impresionante Iglesia del Agua de los Perros, rodeada de cortados y al fondo la Piedra del Agujero u Ojo de Carrales, bello promontorio rocoso oradado por la erosión. Además podemos disfrutar de unas inmensas vistas hacia la comarca de Las Villas y las ruinas bajo la carretera del Cortijo del Agua de los Perros. Retomamos de nuevo la pista unos cuantos metros al ser bastante trabajoso progresar campo a través a causa del barro para después dejarla y dirigirnos hacia el Sumidero de la Iglesia del Agua de los Perros, orificio en la cúpula de la cueva por donde se despeña el Arroyo del mismo nombre. No hace falta definir la espectacularidad de este lugar donde el vértigo se hace presente al asomarnos a este peculiar salto al vacío. Avanzamos ahora junto al Arroyo del Agua de los Perros en ascenso para posteriormente abandonarlo y seguir subiendo sin sendero apreciable y completamos la corta subida a la Piedra del Agujero (1424m), llamada así por el orificio que encontramos bajo ella y al que llegamos tomando un antiguo sendero que sale a la espaldas de las ruinas de una casa que hay junto a la base de la cima y que desciende por la cara norte de esta peña en un antiguo y precioso sendero de mampostería que nos deposita en los cortados en los que ya sin problemas accedemos a asomarnos al Ojo de Carrales o Agujero del Agua de los Perros, caprichosa ventana a la Sierra de las Villas. Si seguimos el sendero terminando de recorrer la base de este farallón rocoso nos llevará a un promontorio que nos hará de fantástico mirador. Volvemos a las ruinas de la casa y descendemos buscando de nuevo la pista que comienza ahora a descender dando vistas al Natao, a la Risca del Guijarrón, el Valle del Guadalquivir al fondo, el Yelmo,… Pasamos junto a las ruinas del Cortijo de la Albarda y próximo a él encontraremos un bello tornajo. Seguimos avanzando por la pista disfrutando de las vistas frontales de la Piedra del Enjambre y de la Lancha del Tosero. La pista comienza a ascender y tras llegar a un collado la abandonamos para tomar un camino que nos lleva hacia el oeste para seguir subiendo hasta un collado junto a la cima de La Vilanera. Desde este punto ya estamos metidos de lleno en la zona devastada por el incendio e intentamos progresar por senderillos hacia el sur intentando no perder cota aunque vamos descendiendo suavemente. Cruzamos un camino que obviamos y nos introducimos en una agreste cañada por la que seguimos subiendo entre enormes rocas que a modo de escalones nos permiten llegar a su parte más alta, una auténtica mesa caliza donde recuperar el resuello con sus impresionantes vistas.Comenzamos ahora a descender hacia el sureste sin sendero definido y por un terreno bastante rocoso buscando llegar al cauce del Arroyo Martín, cuyo cauce intermitente encontramos en esta ocasión seco. Tras vadearlo y ya con el Caballo Torraso enfrente decidimos afrontar su subida por su arista norte por lo que subimos a jorro hasta la pista y tras descender unos metros por ésta seguir en fuerte pendiente hacia el este para llegar al sendero de subida al Caballo Torraso. Tras subir por él unos metros nos desviamos a la izquierda por un camino que nos aparece saliéndonos del principal y que nos permite ganar altura a la vez que nos deja junto a la arista norte del Caballo Torraso. Iniciamos la subida por esta siguiendo un senderillo que a veces se difumina y que va aumentando la pendiente del ascenso progresivamente, llegando a utilizar las manos en algún tramo para avanzar aunque no reviste dificultad. Las vistas del Almagreros y de todo el cordel de la Sierra de las Lagunillas sobre el escarpado barranco que forma el arroyo de María nos sirven de excusa para tomar aire de vez en cuando en esta explosiva subida. Tras llegar a unos mojones nos aparece ya la caseta de fogueros del Caballo Torraso (1693m), y ya siguiendo su arista hacia el sur llegamos al vértice geodésico de esta impresionante montaña (1726m). Las vistas desde la cima son increíbles: Hacia el oeste podemos ver la Sierra de las Villas destacando el Cerro de Santa María con su distintiva caseta en la cumbre y más al fondo podemos contemplar las cumbres de Sierra Mágina, además del pueblo de Chiclana de Segura y si hay buena visibilidad podemos incluso apreciar las llanuras de Castilla la Mancha. Hacia el norte podemos ver la Sierra de Segura destacando el Yelmo, el Navalperal, el Peguera,… Hacia el sur podemos contemplar el Blanquillo o Pedro Miguel, como máxima elevación de la Sierra de las Villas, además de El Cubo y Los Hermanillos, más al este veremos el Almagreros y la Sierra de las Lagunillas y al fondo destacando imponente aprecaremos La Sagra, ya en tierras granadinas.
Descendemos por el sendero balizado del Caballo Torraso con balizas indicativas de GR, puesto que este sendero es la Derivación 3 del GR 247 o Sendero de los Bosques del Sur. Es un gustazo descender por esta serpenteante senda con fuertes muros de piedra seca entre pino negral que nos conduce a un camino más amplio que seguimos a la izquierda y que nos conduce a una pista en un collado conocido como la Cruz del Espino, lugar donde encontraremos balizas y panel del GR-247, puesto que por esta pista discurre la Etapa 7 de dicho sendero. Tomamos esta pista a la derecha en descenso hacia el NE, y tras avanzar unos 800 metros por ella la dejamos para introducirnos en la cabecera del Arroyo Martín, junto al que descendemos un tramo para después abandonarlo y seguir subiendo un poco hacia el norte hasta encontrarnos con un camino maderero que nos conduce a la zona más alta del cerro donde encontramos una pequeña pradera. Aquí decidimos obviar el camino que continua hacia el norte bordeando el pinar y optamos por descender introduciéndonos en el bosque hacia el oeste buscando con cuidado la mejor forma de progresar en el descenso puesto que este es bastante pronunciado. Vamos tomando estrechos senderillos bastante difusos pero sin dificultad que nos conducen a una cañada. Una vez en esta se suaviza bastante el descenso, entre bastante vegetación. Llegamos a una intersección donde encontramos un camino bastante más marcado (es el sendero que habitualmente se utiiza para subir al Caballo Torraso). Seguimos descendiendo por este camino y nos encontramos una preciosa fuente-abrevadero con 10 pilas de piedra y 2 tornajos perfectamente alineados, es la Fuente de Carralillos. Seguimos descendiendo ya junto al arroyo apareciendo bastante vegetación ribereña y sorprendiéndonos un enorme nogal en pleno cauce con sus grandes raíces descubiertas e irradiando verdor por los musgos y líquenes que recubren el paraje. Desde este lugar surge un camino que nos conduce al cercano Cortijo de Carralillos. Seguimos descendiendo por el camino que traíamos y un poco más abajo llegamos ya a la zona donde dejamos estacionados los vehículos, poniendo punto y final a esta completa ruta.