CARTAGENA A LA AZOHÍA

CARTAGENA A LA AZOHÍA.- LOS JUNCOS, TENTEGORRA, ESCARIHUELAS, PORTÚS, MORRA DEL GARROFERO, LA MUELA, BARRANCO DEL MORTERAL, BOLETES, CANTALAR, CAMINO DE BOLETES, CAMPILLO DE ADENTRO, RAMBLA DE BOCAORIA, AZOHÍA, 2019-02-21, 27,2 Km, 7 Horas, 36 minutos +984 m, -983 m.

Lo que vimos:

https://photos.app.goo.gl/Ytz8ZJaShnSUME7D8

A nuestro aire, sin prisas, oteando la belleza del paisaje, sintiendo el monte, oyendo y saboreando el mar, respirando cielo, ejercitando el cuerpo pero sin llegar a que no permitiera la comunicación ¡Hoy ha sido un día laborioso! Pero no porque hayamos recorrido una de las sendas más exigentes de nuestro clásico programa y, en 7 horas y 36 minutos, anduviéramos 27 kilómetros, desplazándonos desde Cartagena a la Azohía. No, ha sido un día intenso porque, cinco senderistas, hemos compartido la satisfacción de, juntos, disfrutar de aquello que nuestro entorno nos ofrece.

A las 6:30 dejábamos el Cartagonova para que, bendecidos por la espiritualidad de San José, la madrugada nos subiera a Tentetegorra y enfiláramos el camino de las Escarihuelas hacia el poniente. Nos deleitamos con la maravillosa panorámica que el mar del Portús nos ofrecía a horas tan tempranas.

Desde tan magnífica playa, por la Morra del Garrofero, ascendimos, a pesar de ser invierno sudando la gota gorda, al emblemático monte de La Muela. Por el oeste, recorrimos la senda que transcurre de sur a norte del referido monte hasta encontrar la vía que nos transportó hacia el inicio del Barranco del Morteral. En este tramo encontramos a grandes amigos senderistas del club Aguitura, realizando una previa para evaluar el terreno. Ellos nos informaron de que, al parecer, en mitad del sendero del Morteral, había un desprendimiento de rocas, aunque no impedía el paso.

La verdad es que encontramos el sendero como el pasado año, si bien, la vegetación lo achica cada temporada un poco más, acercándote peligrosamente al precipicio. Eso sí, creo que alguien trata de obturar la entrada del sendero con ramas y árboles caídos, no sé con qué fines, pero esta praxis consigue lo contrario a lo que se busca, ya que el caminante tratará de buscar la entrada haciendo senderos alternativos, lo que no es bueno para el monte, véase lo ocurrido en el Mirador del Cabezo Roldán.

Este barranco siempre impresiona; la majestuosidad de sus montañas y el propio trazado es una delicia. Desde arriba vislumbramos Cala Aguilar, mientras bajábamos hasta la inmensa tranquilidad de Boletes y su enigmático cuartel. Ojo, no es un trayecto fácil y no es aconsejable transitarlo por alguien sin experiencia en estos menesteres o sin la compañía de algún experto.

Reiniciamos la marcha siguiendo el GR para atravesar los dos Boletes y posicionarnos en la entrada del Cantalar, para abandonarlo y enganchar el Camino de Boletes que transcurre por encima de la rambla del mismo nombre. Raudos avistamos el viejo cuartel del Campillo de Adentro, situado en las alturas de la Rambla de Bocaoria, la que seguimos hasta desembarcar en el Puerto de la Azohía.

Por el paseo marítimo recorrimos la playa hasta llegar a San Ginés y practicar el culto a la rubia en el restaurante Vistabella. Allí la vianda y una larga y sentida sobremesa mientras esperábamos el bus que nos transportaría a la Trimilenaria. El potaje de garbanzos bueno, a la merluza había que darle una vuelta por la playa de la Chapineta. Terminé en la Taberna del Martillo. Salud.