Cascada De Augacaída, Castro Y Torre de Marce
near Atán, Galicia (España)
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Itinerary description
En esta ruta visitamos La Cascada de Augacaída y su entorno, en Marce, Pantón, Ribeira Sacra.
Iniciamos al pie de La Iglesia de San Estebo de Atán de la que dicen ser restos de un monasterio alto-medieval de los S. XII-XIII con reformas posteriores. En la orilla izquierda del río Miño presenta una nave rectangular con cubierta de madera a dos aguas. Conserva una importante decoración en canecillos y capiteles, de tipo geométrico, vegetal, algún cuadrúpedo y figura humana, así como marcas de cantero.
Declarada monumento nacional en 1975 su puerta oeste, más amplia que la norte, se compone de tres pares de columnas que sostienen arquivoltas ligeramente apuntadas sobre un tímpano liso pero con inscripciones.
Seguimos camino por una senda entre vegetación variada y algunas ruinas.
Vamos ascendiendo y destacamos ya el cultivo de la vid tan presente en estas tierras en las que El Río Miño se mantiene en el punto de mira del caminante.
Enseguida nos sale al paso la aldea deshabitada de Reiriz. Sus casas abandonadas presentan un aspecto desolado y lleno de nostalgia de tiempos mejores.
Al igual que lo hacen las casas de Seoane y el lavadero de Salgueiros.
Algo mejor suerte parecen correr en Cabo de Vila en donde todavía se ven signos de ocupación habitacional.
Poco después el caminante se interna en un frondoso bosque en donde incluso podemos atisbar algún alcornoque. A la salida nos espera una bonita vista sobre El Padre Miño y los pueblos de la otra orilla, adornada con un cielo azul brillante y el intenso amarillo de las retamas. Que todavía nos acompañarán durante un buen trecho.
Hasta que nos topamos con El Arroyo de Aguianza al que sorteamos por medio de un panel metálico allí colocado. Poco antes de coger el desvío en descenso que nos llevará hasta nuestro principal objetivo.
Que no es otro que La Cascada de Augacaída a la que vamos viendo al tiempo que descendemos.
En este paraje recóndito El Regato de Aguianza se precipita desde una altura de unos 40 m poco antes de entregar sus aguas al Miño.
En un saliente rocoso del terreno se ha habilitado un mirador que viene de perlas para admirar el salto de agua a la perfección.
Ante esta manifestación de La Naturaleza, el senderista se siente minúsculo y al mismo tiempo privilegiado por poder estar allí admirándola en silencio.
Después de la refrescante pausa continuamos la marcha teniendo al río Miño como protagonista. En la orilla opuesta vislumbramos La Iglesia de Santo Estebo de Chouzán trasladada hasta este recóndito lugar debido a la construcción del Embalse de Os Peares.
El terreno se vuelve más rocoso. Pasamos un bosque de alcornoques y nos vamos aproximando cada vez más al Río Miño al que encontramos tranquilo y sosegado bajo un cielo azulado.
Unos pasos ascendentes más y henos aquí que arribamos al emplazamiento del Castro de Marce en un promontorio conocido como Regata do Inferno y elevado sobre el cauce del Miño del cual obtenemos una espectacular panorámica con sus aguas reflejando el celeste del cielo y las tierras de alrededor que contemplamos relajadamente sentados en un oportuno banquito.
Siguiendo nuestro periplo nos encontramos una antigua bodega allí abandonada en medio de la ruta que nos encamina entre alta y fresa arboleda.
Para al poco rato encontrarnos con un estrecho y empedrado camino cercado de viñedos que nos va llevando ascendiendo hasta la localidad de Marce cuya Torre del Reloj oteamos por entre las parras.
Deambula el caminante por entre vestigios de un pasado reciente atenuando los efectos del calor con el líquido elemento de varias fuentes.
Hasta llegar al enclave de La Torre del Reloj levantada en memoria de los vecinos de Marce emigrados en Buenos Aires con fondos aportados por estos mismos emigrantes.
Por cierto que si os fijáis bien en el entorno, además de fincas cultivadas, casas de piedra y La Capilla de San Marcos, podréis ver la antigua Torre de Marce posiblemente torre de homenaje de una Fortificación Medieval con situación estratégica sobre El Valle del Miño y tierras de alrededor.
Debe continuar camino el senderista para cerrar el círculo por entre fuentes del camino, arboleda autóctona y las últimas vistas sobre El Miño. Que, junto con los escondidos rincones, la cascada y todo lo vivido llenaron nuestro corazón de regocijo y de sosiego para largo tiempo.
Reseñar que la ruta sí está señalizada si bien se echan en falta algunas marcas por lo que se recomienda la ayuda del GPS. Los caminos y senderos, en el momento de la realización de esta caminata, se encontraban en buen estado para la práctica del senderismo.
Hay un tramo que se realiza sobre asfalto si bien es bajo la sombra de arbolado con ejemplares de castaños y robles y con poco o ningún tránsito, por lo menos así fue el día que nosotros anduvimos por allí.
Iniciamos al pie de La Iglesia de San Estebo de Atán de la que dicen ser restos de un monasterio alto-medieval de los S. XII-XIII con reformas posteriores. En la orilla izquierda del río Miño presenta una nave rectangular con cubierta de madera a dos aguas. Conserva una importante decoración en canecillos y capiteles, de tipo geométrico, vegetal, algún cuadrúpedo y figura humana, así como marcas de cantero.
Declarada monumento nacional en 1975 su puerta oeste, más amplia que la norte, se compone de tres pares de columnas que sostienen arquivoltas ligeramente apuntadas sobre un tímpano liso pero con inscripciones.
Seguimos camino por una senda entre vegetación variada y algunas ruinas.
Vamos ascendiendo y destacamos ya el cultivo de la vid tan presente en estas tierras en las que El Río Miño se mantiene en el punto de mira del caminante.
Enseguida nos sale al paso la aldea deshabitada de Reiriz. Sus casas abandonadas presentan un aspecto desolado y lleno de nostalgia de tiempos mejores.
Al igual que lo hacen las casas de Seoane y el lavadero de Salgueiros.
Algo mejor suerte parecen correr en Cabo de Vila en donde todavía se ven signos de ocupación habitacional.
Poco después el caminante se interna en un frondoso bosque en donde incluso podemos atisbar algún alcornoque. A la salida nos espera una bonita vista sobre El Padre Miño y los pueblos de la otra orilla, adornada con un cielo azul brillante y el intenso amarillo de las retamas. Que todavía nos acompañarán durante un buen trecho.
Hasta que nos topamos con El Arroyo de Aguianza al que sorteamos por medio de un panel metálico allí colocado. Poco antes de coger el desvío en descenso que nos llevará hasta nuestro principal objetivo.
Que no es otro que La Cascada de Augacaída a la que vamos viendo al tiempo que descendemos.
En este paraje recóndito El Regato de Aguianza se precipita desde una altura de unos 40 m poco antes de entregar sus aguas al Miño.
En un saliente rocoso del terreno se ha habilitado un mirador que viene de perlas para admirar el salto de agua a la perfección.
Ante esta manifestación de La Naturaleza, el senderista se siente minúsculo y al mismo tiempo privilegiado por poder estar allí admirándola en silencio.
Después de la refrescante pausa continuamos la marcha teniendo al río Miño como protagonista. En la orilla opuesta vislumbramos La Iglesia de Santo Estebo de Chouzán trasladada hasta este recóndito lugar debido a la construcción del Embalse de Os Peares.
El terreno se vuelve más rocoso. Pasamos un bosque de alcornoques y nos vamos aproximando cada vez más al Río Miño al que encontramos tranquilo y sosegado bajo un cielo azulado.
Unos pasos ascendentes más y henos aquí que arribamos al emplazamiento del Castro de Marce en un promontorio conocido como Regata do Inferno y elevado sobre el cauce del Miño del cual obtenemos una espectacular panorámica con sus aguas reflejando el celeste del cielo y las tierras de alrededor que contemplamos relajadamente sentados en un oportuno banquito.
Siguiendo nuestro periplo nos encontramos una antigua bodega allí abandonada en medio de la ruta que nos encamina entre alta y fresa arboleda.
Para al poco rato encontrarnos con un estrecho y empedrado camino cercado de viñedos que nos va llevando ascendiendo hasta la localidad de Marce cuya Torre del Reloj oteamos por entre las parras.
Deambula el caminante por entre vestigios de un pasado reciente atenuando los efectos del calor con el líquido elemento de varias fuentes.
Hasta llegar al enclave de La Torre del Reloj levantada en memoria de los vecinos de Marce emigrados en Buenos Aires con fondos aportados por estos mismos emigrantes.
Por cierto que si os fijáis bien en el entorno, además de fincas cultivadas, casas de piedra y La Capilla de San Marcos, podréis ver la antigua Torre de Marce posiblemente torre de homenaje de una Fortificación Medieval con situación estratégica sobre El Valle del Miño y tierras de alrededor.
Debe continuar camino el senderista para cerrar el círculo por entre fuentes del camino, arboleda autóctona y las últimas vistas sobre El Miño. Que, junto con los escondidos rincones, la cascada y todo lo vivido llenaron nuestro corazón de regocijo y de sosiego para largo tiempo.
Reseñar que la ruta sí está señalizada si bien se echan en falta algunas marcas por lo que se recomienda la ayuda del GPS. Los caminos y senderos, en el momento de la realización de esta caminata, se encontraban en buen estado para la práctica del senderismo.
Hay un tramo que se realiza sobre asfalto si bien es bajo la sombra de arbolado con ejemplares de castaños y robles y con poco o ningún tránsito, por lo menos así fue el día que nosotros anduvimos por allí.
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Comments (5)
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GRUPO DE ANDAINAS RÍAS BAIXAS
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Information
Easy to follow
Scenery
Easy
Muy recomendable, muy bonita y caminos fáciles
La ruta y la cascada muy bonitas, si. Pero nos hemos llevado una sorpresa muy desagradable al llegar a cima de atan, ya que el sendero está completamente cerrado por la vegetación, haciendo imposible continuar y hemos tenido que dar la vuelta y alargar el recorrido otra hora más. Conveniente de saber en caso de que alguien vaya a realizar la ruta en estas fechas. Por lo demás bien indicada
Es cierto que el sendero está tapado por la vegetación?
Hoy hemos hecho la ruta y el PR que baja de Cim de atan está limpio