Cascada de los Vados, Peñasco Prieto, Pico Faeda, Alto del Cadabal y Alto de la Peña Negra

Planteamos una bonita y exigente ruta que nos lleva a visitar las tres mayores alturas de la Sierra Cabrera: El Alto de Peña Negra 2030m, El Alto del Cadabal 2013m, y el mítico Pico Faeda 2021m. A modo de gigantes dominan las alturas de esta sierra y desde sus miradores naturales el espectáculo paisajístico que nos dejan ver es digno de admirar. La situación de ambos nos permiten ver valles angostos y muy distintos según nos orientemos en una u otra dirección de las provincias de Zamora, León y a lo lejos Ourense con Peña Trevinca 2127m.

Partimos de la localidad de San Ciprián a la altura de la iglesia y caminamos en dirección Norte a buscar el Arroyo del Baillo. Lo cruzamos a través de un pasil de grandes piedras y con cuidado de no resbalarnos y comenzar ya mojados, nos vamos a buscar el río Trefacio rumbo Este. Cruzamos el río por un precioso puente de piedra que ya nos anticipa la belleza de lo que nos mostrará el lugar donde nos encontramos.

Unos postes con la indicación de Ruta 10, marcada por los responsables de balizar el Parque Natural nos indican que estamos en el camino correcto y cogemos el Camino Carretero que en progresiva ascensión nos va a llevar a nuestro primer gran objetivo: La Catarata de los Vados.

No podemos dejar de pensar en el enorme trabajo que en épocas pasadas desarrollaron las gentes de estos lugares para permitir que “el carro chillón” un pequeño cuatro por cuatro de su época, fabricado con madera de negrillo de la zona, ligero pero resistente, con un potente motor de dos bueyes atados en paralelo, pudieran recorrer el trayecto que seguimos gracias a la calzada elaborada por los moradores de estas tierras a base de una colocación ordenada y minuciosa de grandes bloques de granito.

Mientras seguimos esa autopista tradicional, vemos las roderas en las rocas que el subir y bajar de los carros fueron marcando y que perduran. Un indicador de lo duro y pesada que esa labor tuvo que resultar pero también de la inteligencia y búsqueda de soluciones en una época donde el avance tecnológico era inexistente y la transmisión del conocimiento era fruto de la experiencia pasando de unas generaciones a otras.

Un agradable y progresivo ascenso con el sonido del agua del río Trefacio por el mismo camino que tiempo pasado hicieron muchos “carros chillones” nos lleva a una de las construcciones típicas de muchos lugares de sierra y en este caso al “Curmeneiro de Faldriego”.

Los colmeneros (curmeneiros) son construcciones a base de grandes y altas paredes de piedra que alojan las colmenas de los apicultores para preservarlas de los ataques de animales, del fuego, del frío o del hurto. Se localizan en las laderas de las montañas para recibir los rayos del sol, y en formación de escalera, suelen estar orientadas al sur para favorecer mayor número de horas de sol y garantizar el calor. Próximas a arroyos o ríos para favorecer que las abejas no tengan que recorrer grandes distancias para encontrar agua y en lugares con mucha vegetación con floración. En nuestro caso en medio de una gran extensión de brezo.

A modo de fortificación este “Curmeneiro” (colmenero en sanabrés) nos recibe con una imagen de Santa Gema. No hemos encontrado el origen de esta imagen colocada en las paredes del colmenero, pero si conocemos que esta Santa es la patrona de los estudiantes y se le reza para la cura de los enfermos y encontrar trabajo.

Continuamos por el camino carretero y en pocos metros nos encontramos con la Cascada de los Vados, un lugar maravilloso donde se unen los descensos del Arroyo Valmiano y Arroyo Barcenilla en el lugar conocido como trambasaguas.

El espectáculo de agua y sonido entre las sombras de los abedules y algún Serbal de Cazador hacen que dejemos nuestras mochilas y nos dispongamos a hacer fotos para inmortalizar este momento. Ninguna de las instantáneas refleja de manera cierta lo que estamos viendo. Nos sentamos un rato y tomamos un pequeño almuerzo, hemos madrugado mucho y aunque el esfuerzo realizado hasta ahora no es excesivo, de aquí en adelante vamos a necesitar una dosis adicional de energía.

Iniciamos nuestro siguiente objetivo que es la llegada al Peñasco Prieto. Comenzamos siguiendo el Arroyo Balmiano en dirección Noroeste para en doscientos metros atravesarlo y comenzar una dura ascensión por una de las sendas tradicionales que aún permanece abierta y limpia para llegar a la zona del Anabayo, a los pies del gran peñasco.

Continuamos y sin pausa y con gran inclinación llegamos al pico. Nos sorprende la vista, desde ese promontorio podemos ver el otro valle, el del Arroyo Cubiellas y a lo lejos las Sierra de Segundera con sus picos nevados. Nosotros, no hemos encontrado nada de nieve aún. Vemos que en la ladera del Faeda si que hay, igual nos toca pisar nieve.

Un bonito rebaño de corzos, que hemos podido grabar en vídeo; salen corriendo al avistar nuestra presencia. Su facilidad para moverse por esta zona, contrasta con nuestra torpeza para hacer lo mismo. El día está despejado y de repente comienza a salir humo a unos dos kilómetro al sur de donde nos encontramos. Pronto aparece un helicóptero y comenzamos a divisar llamas. Un incendio, posiblemente provocado por la fecha en que estamos, ha comenzado. Estamos en febrero y ya empieza la cantinela de todos los años.

Desde aquí nos dirigimos a buscar la cresta del Pico Faeada. Un pronunciado descenso da paso a un ascenso progresivo que pasa por la base del pico y después de atravesar un gran nevero con nieve blanda nos permite alcanzar su cima. Nos abrigamos porque sopla mucho viento y decidimos comer en el vértice geodésico contemplando toda la sierra desde lo alto.

Con energías renovadas desde ahí y por un enorme cortafuegos iniciamos nuestro trayecto para ir a buscar el Alto del Cadabal (2013m.) y desde ahí al lugar más alto de la jornada de hoy el Alto de la Peña Negra (2030m). Su nombre hace honor a su aspecto, un enorme farrallón de roca oscura se alza sobre la nieve que encontramos por estas alturas.
Ascendemos al torreón y buscamos la zona por la que queremos descender, el diseño original de nuestro itinerario discurre por una zona de brezo y matorral muy cerrado que resulta intransitable.

A nuestra derecha en dirección Suroeste vemos un enorme cortafuegos que acaba en una de las sendas tradicionales que vienen en nuestro mapa. Esta opción, aunque es muy exigente pues se trata de una bajada muy pronunciada de casi dos kilómetros de longitud, es la que vamos a coger.

Iniciamos el descenso y nuestros muslos comienzan a notar la exigencia que tienen que hacer nuestros extensores de la rodilla para hacer frente al fuerte desnivel y a la fuerza de la gravedad. La ventaja es que el esfuerzo realizado nos permite avanzar muy rápido por un terreno que sería muy complicado de transitar fuera de pista.

Al llegar abajo del todo en el Arroyo Barcenilla cogemos la senda tradicional que nos hace cruzar el arroyo. En este lugar hemos perdido la senda durante unos diez metros y nos metemos en mitad de brezales muy altos.

En pocos metros encontramos de nuevo la senda, que en bonito y pronunciado descenso, nos va a llevar a la Cascada de los Vados. Marcas del “Ultratrail de Sanabria”, que no han sido retiradas, nos indican que por aquí ha pasado gente antes que nosotros, aunque parezca un espacio virgen, y nos llevan a la Cascada de los Vados.

Retrocedemos sobre nuestros pasos para llegar al punto inicial. Una jornada de aprendizaje continuo al haber pasado por muchos lugares a los que nosotros era la primera vez que accedíamos por este itinerario.

Al llegar al coche, encontramos que se encuentra lleno de ceniza. El incendio ha sido cerca del pueblo y vemos a los bomberos y un buldócer que ha hecho un cortafuegos para acabar con el incendio.

Después del cambio de ropa pertinente, nos hemos dirigido a Puebla de Sanabria en busca de un chocolate caliente. Hoy no nos ha podido acompañar nuestro compañero Antonio Barrero. Para no darle envidia los hados se han puesto a su lado porque el desfile de carnaval nos ha impedido que pudiésemos pasar con el vehículo para acceder al local donde a veces acudimos para acabar nuestras rutas.

Que disfrutéis de la ruta como nosotros lo hemos hecho.