Cascada de Suertes (reguero Remelloso) y puente del Carballal: Ancares leoneses

Gracias al desbroce realizado recientemente que traza un nuevo sendero (parece ser que desde junio de 2021), la recóndita cascada del pueblo ancareño de Suertes es visitable hasta el pie de caída de agua del primer salto, el superior, de los tres que componen esta chorrera. Se trata de un triple brinco al vacío del reguero Remelloso antes de desembocar en el río de la Vega, afluente a su vez del Cuiña (el Alto de Cuiña es la cumbre más elevada de los Ancares, con 1.992 m).

El primer torrente del Remelloso será el que contemplemos a un palmo de narices en reclinada penitencia, desde abajo y alzando la vista, pues por mucho que asomemos la cabeza por donde luego se escapa la corriente, la frondosidad del entorno impide ver los otros dos tramos desde este punto: apenas se vislumbra el salto inicial del segundo.

Sin embargo, ese segundo y tercer escalón imperceptibles desde la terraza superior de la chorrera sí son visibles desde el camino que llanea por el valle, 70 metros más abajo, aunque no el primero, al menos en verano, cuando la arboleda lo oculta.

La apertura de la nueva senda permite no solo llegar hasta la cascada, sino disfrutar de unas maravillosas vistas del valle que horada el mencionado río de la Vega, una de esas joyas paisajísticas de los Ancares leoneses.

Benditos sean quienes han abierto este novedoso camino entre la espesura de la ladera vertical del bosque, pues su trabajo nos regala un pequeño rincón al que ahora se llega de una manera relativamente cómoda, aunque haya que resoplar pendiente arriba durante unos 20 minutos desde el camino principal del valle una vez cogemos el desvío a la chorrera.

Con la nueva vía, la cascada probablemente empezará a ser visitada más a menudo. Además, por el valle de Suertes discurre el camino natural 'La mirada circular', una ruta de montaña de 71 kilómetros señalizada que enlaza las localidades ancareñas de Balboa (al sur) y Guímara (al norte). Suertes es el penúltimo pueblo del recorrido por el flanco septentrional, antes de concluir el itinerario en Guímara, si empezamos desde Balboa (al sur).

Una vez contemplada la cascada y retornar al camino principal señalizado del valle por el mismo trayecto, en lugar de regresar a Suertes, de donde salimos, prolongamos el pateo por el camino natural de 'La mirada circular' hasta el puente del arroyo del Carballar, donde daremos la vuelta para volver al pueblo. Se trata, pues, de una ruta lineal, con desvío intermedio a derecha para acceder a la cascada.

Desde Suertes a la cascada son 3,5 kilómetros aproximadamente: entre 60 y 75 minutos de marcha a ritmo suave. Al puente del Carballar nos demoramos 45 minutos desde la cascada (unas dos horas desde la salida). Todo el recorrido (9,7 kilómetros) se puede completar en unas tres horas sin grandes paradas.