Cascada del ALJIBE. GUADALAJARA
near El Espinar, Castilla-La Mancha (España)
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Trail photos
Itinerary description
💚💜
Esta cascada de dos saltos, uno de dos metros y otro de diez sobre pizarra, el material que da nombre a los pueblos negros, también llamada arquitectura negra, es el destino de esta excursión.
Para ello saldremos de la pequeña población Espinar por la calle Eras. Ascenderemos por un camino que desemboca en una pradera con rebaño de vacas y algún que otro roble.
Bordearemos la pradera por la izquierda para no meternos entre las vacas que pastan a sus anchas. Si llevamos perros debemos atarlos para no asustarlas, aunque su color negro más bien nos asusta a nosotros ante la duda de si son vacas o toros, jejeje.
Iremos en busca del sendero que sale en ascenso hacia la mitad de la pradera, por lo que tendremos que ir a derechas.
Entre jarales llegaremos a otro desvío que también tomaremos a derechas. Desde aquí ya no tomaremos ningún desvío más, todo recto y a unos metros más adelante empezaremos a descender.
Hace años era una pista que caía en picado hasta el mismísimo arroyo del Soto, ahora es una cómoda pista zigzagueante y más llevadera. Recomiendo hacer esta ruta circular, en el sentido de las agujas del reloj, puesto que la subida por aquí es bastante pronunciada.
Llegados al arroyo del Soto, nos encontramos un puente de madera para cruzarlo, pero eso lo dejaremos para después, ahora giramos a la izquierda y nos encontraremos en la parte alta de la cascada del Aljibe, seguido de un salto de dos metros, una poza y el siguiente salto, de diez metros con su respectiva poza. Este salto no podremos verlo hasta ponernos prácticamente enfrente, subiendo por su margen izquierda podremos deleitarnos con la totalidad de la cascada.
Si con esto aún no hemos tenido bastante, podemos bajar hasta la base, la segunda poza, justo donde sus aguas se amansan para, tras unos pocos metros abajo, desembocar en el Jarama.
Para ello, buscaremos un sendero por la margen en la que estamos, un poco empinado y que en menos de tres minutos pasaremos de un sofocante calor a un frescor muy agradecido bajo este sol de justicia.
Con el paso de los años este lugar ha ido ganando en popularidad y recibe a mucha gente, y eso también le ha quitado una pizca de encanto, ya que somos dados a visitar lugares menos concurridos.
Volvemos sobre nuestros pasos hasta el puente de madera que vimos anteriormente, lo cruzamos y proseguimos por un sendero con marcas de pintura blanca y amarilla.
Caminaremos por el valle del río Jarama ( a nuestra izquierda) hasta llegar a un desvío en el que divisaremos el puente de Matallana, que nos llevaría hasta el pueblo abandonado del mismo nombre. Nosotros no tomaremos este desvío, seguiremos en dirección Roblelacasa.
Llegados a Roblelacasa, atravesaremos el pueblo, llenaremos las cantimploras en la fuente de la Plaza Mayor, pasaremos por delante de la iglesia y giraremos a la derecha para bajar por la calle Iglesia.
Llegados casi al final de las casas, giramos a la izquierda para seguir las marcas de pintura blanca, amarilla y roja. Atravesar una portezuela que volveremos a dejar cerrada a nuestro paso y descenderemos hasta el arroyo del Soto, el mismo que horas atrás veíamos cómo surtía de agua los dos saltos del Aljibe.
Cruzamos el puente sobre el Soto y comenzamos a ascender entre viejos robles y soledades, curioso y bello contraste en comparación a donde venimos.
En poco más arribaremos a Espinar, bordeando por la izquierda una casona blanca, tras la cual divisaremos el lugar desde el que partimos hacia el salto de pizarra.
Esta cascada de dos saltos, uno de dos metros y otro de diez sobre pizarra, el material que da nombre a los pueblos negros, también llamada arquitectura negra, es el destino de esta excursión.
Para ello saldremos de la pequeña población Espinar por la calle Eras. Ascenderemos por un camino que desemboca en una pradera con rebaño de vacas y algún que otro roble.
Bordearemos la pradera por la izquierda para no meternos entre las vacas que pastan a sus anchas. Si llevamos perros debemos atarlos para no asustarlas, aunque su color negro más bien nos asusta a nosotros ante la duda de si son vacas o toros, jejeje.
Iremos en busca del sendero que sale en ascenso hacia la mitad de la pradera, por lo que tendremos que ir a derechas.
Entre jarales llegaremos a otro desvío que también tomaremos a derechas. Desde aquí ya no tomaremos ningún desvío más, todo recto y a unos metros más adelante empezaremos a descender.
Hace años era una pista que caía en picado hasta el mismísimo arroyo del Soto, ahora es una cómoda pista zigzagueante y más llevadera. Recomiendo hacer esta ruta circular, en el sentido de las agujas del reloj, puesto que la subida por aquí es bastante pronunciada.
Llegados al arroyo del Soto, nos encontramos un puente de madera para cruzarlo, pero eso lo dejaremos para después, ahora giramos a la izquierda y nos encontraremos en la parte alta de la cascada del Aljibe, seguido de un salto de dos metros, una poza y el siguiente salto, de diez metros con su respectiva poza. Este salto no podremos verlo hasta ponernos prácticamente enfrente, subiendo por su margen izquierda podremos deleitarnos con la totalidad de la cascada.
Si con esto aún no hemos tenido bastante, podemos bajar hasta la base, la segunda poza, justo donde sus aguas se amansan para, tras unos pocos metros abajo, desembocar en el Jarama.
Para ello, buscaremos un sendero por la margen en la que estamos, un poco empinado y que en menos de tres minutos pasaremos de un sofocante calor a un frescor muy agradecido bajo este sol de justicia.
Con el paso de los años este lugar ha ido ganando en popularidad y recibe a mucha gente, y eso también le ha quitado una pizca de encanto, ya que somos dados a visitar lugares menos concurridos.
Volvemos sobre nuestros pasos hasta el puente de madera que vimos anteriormente, lo cruzamos y proseguimos por un sendero con marcas de pintura blanca y amarilla.
Caminaremos por el valle del río Jarama ( a nuestra izquierda) hasta llegar a un desvío en el que divisaremos el puente de Matallana, que nos llevaría hasta el pueblo abandonado del mismo nombre. Nosotros no tomaremos este desvío, seguiremos en dirección Roblelacasa.
Llegados a Roblelacasa, atravesaremos el pueblo, llenaremos las cantimploras en la fuente de la Plaza Mayor, pasaremos por delante de la iglesia y giraremos a la derecha para bajar por la calle Iglesia.
Llegados casi al final de las casas, giramos a la izquierda para seguir las marcas de pintura blanca, amarilla y roja. Atravesar una portezuela que volveremos a dejar cerrada a nuestro paso y descenderemos hasta el arroyo del Soto, el mismo que horas atrás veíamos cómo surtía de agua los dos saltos del Aljibe.
Cruzamos el puente sobre el Soto y comenzamos a ascender entre viejos robles y soledades, curioso y bello contraste en comparación a donde venimos.
En poco más arribaremos a Espinar, bordeando por la izquierda una casona blanca, tras la cual divisaremos el lugar desde el que partimos hacia el salto de pizarra.
Waypoints
Comments (2)
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Espectacular entorno y genial compañía , con Aventuras Perracas al fin del mundo .
Muy bonito todo, si. Y con buena compañia, el día redondo.