Caserío y Cortao de las Peñas, Cabezo del Sastre y Cueva Negra (Fortuna)

Dice Pepe Marcos: Domingo de Ramos. Prmer día de primavera. Que mejor celebración para ello que una salidica a la montaña. Por ello, como habitualmente, cinco de los siete nos dirigimos allende la población de Fortuna para, tras aparcar el coche cuasi en sus faldas en el Caserío de las Peñas, dirigirnos a la Sierra del Sastre abordándola desde su cara sur. Por terreno de monte y matorral bajo, y cercano a la carretera hacia Caprés. fuimos ascendiendo sin senda definida y cuasi campo a través, por zonas resbaladizas, poco compactas y con piedra suelta ( con los resbalones de rigor presentes) para, en algo menos de tres kilómetros llegar al Cortao de las Peñas. Tras él, y siguiendo un terreno irregular y carente de pista ni senda, fuimos siguiendo la cresta de la Sierra para, después de seguir ascendiendo en dirección este, llegar a los cerca de seiscientos metros (techo de la salida), al Cabezo del Sastre, desde donde pudimos contemplar, al noroeste, la cercana sierra de la Pila y más lejos la Sierra del Oro y El Almorchón; al este, la Sierra del Corque; al sureste, las Sierras de Callosa y Orihuela; al sur, las Peñicas, la Mina y, más lejanamente, la Sierra de Miravete, Altaona, Columbares, Cresta del Gallo y Sierra de Carrascoy; y al este y en lontananza, Espuña y la Sierra del Oro. Tras la visión de las montañas mencionadas, comenzó el descenso, técnico, nervioso y resbaladizo, que nos llevó hacia rambla y, posteriormente, hacia terrenos de secano y barbecho en la base del Agudico del Corque, donde, giramos dirección sureste para, por terreno algo más definido, acercarnos hacia la Cueva Negra; bonito, aunque descuidado lugar, asiento de inscripciones romanas y mirador de bonitas vistas hacia el sur. Tras un pequeño receso en el mencionado lugar, volvimos, ora por caminos definidos, ora por descensos otra vez nerviosillos hacia rambletas, a nuestro lugar de destino y origen para completar la circular. En total, cerca de 11 kms "sendereados" (por decir algo) en algo menos de cuatro horas. A fuerza de ser sinceros, comentaros que ha sido una de las excursiones "magníficas" que menos senda-pista ha pisado, siendo complejo tanto el ascenso como el descenso de la Sierra, tanto por lo indefinido del terreno como por la "inestabilidad" del mismo. Por tanto, os lo aseguro, ni es una excursión "familiar", ni es apta para personas sin experiencia ni tampoco paciencia en la montaña. Seguimos. Tras terminar nos dirigimos hacia Fortuna, donde varios litricos de Rubia de Espinardo comenzaron a paliar nuestra sed (hoy alta ya que la salida se realizó prácticamente por zona sur de solana y la temperatura al sol superaba con creces los veinte grados). Por último, como habitualmente, comida más que adecuada en el Mochuelo de Guadalupe. Llega la Semana Santa pero, me temo, ello no será óbice para que el domingo que viene volvamos a realizar una nueva excursión.