Casicas del Portal-Encinar de Bajil-Cortijo y Cascadas de Hondares (por Paso Poyato y del Toril)

NOTA IMPORTANTE: LA DIFICULTAD CON LA QUE CATALOGO MIS RUTAS ESTÁ REFERIDA PARA MONTAÑEROS HABITUADOS A CAMINAR, QUE SE DESENVUELVEN CON SOLTURA POR TODOS LOS TERRENOS, NO PARA SENDERISTAS OCASIONALES. SI TIENES POCA EXPERIENCIA, AÑÁDELE UN GRADO MÁS A LA DIFICULTAD DE MIS RUTAS PARA NO LLEVARTE SORPRESAS.

Interesantísima ruta circular (realmente son tres pequeñas rutas circulares que se unen en dos puntos de conexión) inspirada y copiada prácticamente al 100 por 100 en otra ruta de Antonio Ruiz 99, que enlaza varios puntos del noroeste de la Región de Murcia, que sorprenden por su belleza y soledad. Ésta es una zona que hace años (en la época prewikiloc) me la había pateado muy a fondo, pero que ahora tengo totalmente abandonada (en parte por empacho de entonces). En cualquier caso el otro día me encontré la ruta de Antonio y pensé que era una muy buena combinación de puntos de interés en poca distancia y me pareció muy buena idea el entrelazarlos en una ruta muy asequible para todos los públicos.
Tuvimos un poco de mala suerte con el día invernal que nos encontramos. Niebla, frío y todo muy embarrado y encharcado de las lluvias de días anteriores. Si bien la niebla le dio un toque más auténtico y con todo empapado el verdor y en general los colores de la montaña eran si cabe más intensos.
El punto de partida fue las Casicas del Portal, un pequeño caserío a medio camino entre Benizar y el Sabinar, al que se puede llegar por igual por cualquiera de los dos pueblos que comento. Es la entrada noreste al Campo de San Juan.
Nos acercamos primero al precioso y frondoso (y único en Murcia) encinar de Bajil. Es éste único en cuanto no hay otra masa de encinas (y sabinas) de la misma calidad y tamaño en otro sitio de nuestra región. Nos acercamos a las dos interesantes cuevas de los Murciguillos y de la Iglesia, escondidas en esta masa arborea y a muy poca distancia la una de la otra. Su interior, aunque modesto en sus dimensiones, guarda curiosas formaciones kársticas, si bien su uso ganadero las ha dañado bastante. Una vez visitadas éstas continuamos nuestro deambular por este solitario encinar para abandonarlo siguiendo un cómodo camino por el que nos acercamos a otro bellísimo rincón de esta geografía, el Rincón de los Huertos. No llegamos a esta pequeña aldea. En su lugar caminamos entre sus cercanos cultivos para volver al asfalto que habíamos cruzado antes de subir a la muela sobre la que se asienta el encinar. En el collado que hay en medio de las Casicas del Portal y el Rincón de los Huertos nos desviamos a izquierda por un camino por el que bajamos cerca del Collado Quintero (éste está en la primera aldea y Benizar). Aquí nos desviamos por el Camino del Poyato, que aunque está bastante perdido en algunos tramos, tiene una parte empedrada de gran belleza e interés histórico, justo cuando salva las paredes para bajar a la cabecera del Arroyo Hondares, nuestro siguiente objetivo. Las vistas desde lo alto bien merecen la pena. Bajamos hasta las preciosas cascadas que forma el arroyo, pero antes nos acercamos a una grieta en la que se cuela uno de los arroyuelos que conforman este recién nacido Hondares. Antonio Ruiz llama a este bello y escondido paraje "Cueva del Agua", y me parece un nombre muy apropiado. Después nos acercamos a las mencionadas cascadas y subimos (me paso en un primer intento el cruce por lo que tenemos que retroceder un poco y prestar más atención) después visitando la cercana y curiosa grieta (se puede visitar por dentro), para terminar acercándonos al Cortijo de Hondares de Abajo. Después acometemos un corto tramo siguiendo trazas de ganado para comenzar a subir por el semiperdido Camino del Toril. Es una pena que esté tan perdido un paraje de tanta belleza. El Paso del Toril sí que mantiene un poco más la traza y es un punto espectacular que, aparte de ofrecer unas vistas únicas hacia abajo, geológicamente es un paraje de gran valor. Una vez salvado este paso hay que seguir las trazas que el paso del ganado mantiene a duras penas para regresar al punto de partida en las Casicas del Portal. Merece la pena deambular por este pequeño caserío para disfrutar de esta arquitectura popular serrana en vías de extinción.
Sin duda una ruta cultural y paisajísticamente muy recomendable para quien quiera conocer algunas de nuestras joyas escondidas. Muchas gracias Antonio Ruiz 99 por entrelazar estos bellísimos y solitarios parajes!