Caspueñas - Lupiana - a la orilla del río Ungría
near Caspueñas, Castilla-La Mancha (España)
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Itinerary description
Caspueñas - Lupiana o la increíble sensación de venirse arriba
El grupo de senderismo del Colegio de Médicos tenía como primer reto de la temporada una sencilla ruta circular, catalogada como fácil, con destino y llegada en la localidad alcarreña de Caspueñas. La mañana se levantó fresca, pero pronto el termómetro se instaló en temperaturas superiores a los 20º, con un sol radiante y una ligera brisa que refrescaba de rato en rato el ambiente. Tras tomar un café en el bar Francis, dirigimos nuestros pasos hacia el río Ungría, cuyo cauce no nos abandonaría en todo el día. Recorrimos una pista facilona que transcurre entre tierras de labor y las últimas casas del pueblo durante unos 2 km. Entonces, tomamos una senda que asciende poco a poco al alto en el que reside la localidad de Atanzón, primera parada en nuestro camino. Tras detenernos unos minutos en el lavadero, cuyo olor sugiere un estancamiento del agua, subimos a la Iglesia, que preside una bonita plaza. A la izquierda, una curiosa tiendecita luce un cartel que parece sacado de otra época. En aquel momento, nos pareció mentira que la excursión fuera a limitarse a volver a Caspueñas por el otro lado del río. Nos sentimos fuertes y lozanos, capaces de todo, por lo que la idea de modificar la ruta y seguir caminando hasta Lupiana se nos antojó magnífica a la mayoría. Lola hablaba de una distancia 6 kilómetros, el visor de planos del IGN marcaba 9 en línea recta, google indicaba 2 horas de camino... pero a un así nos lanzamos nueva aventura sin tener muy claro a qué nos enfrentábamos. Bajamos de nuevo a la orilla del Ungría y seguimos nuestros pasos, siempre a la derecha del maltrecho río, por una pista salpicada de zarzas, encinas, nogales y hierbas aromáticas. Sorprende la aridez del paisaje y entristece contemplar que algunas cosechas se habían echado a perder por la falta de agua. Tras varios kilómetros más de los esperados, llegamos a Lupiana, donde se respiraba un ambiente festivo a la hora del vermouth dominical. Nos refrescamos en el chiringuito de la plaza y volvimos a Guadalajara.
En total la ruta fue de 16,7 km, una distancia que supuso un desafío para la mayoría de los senderistas, que habían reducido su actividad física durante la temporada estival.
El grupo de senderismo del Colegio de Médicos tenía como primer reto de la temporada una sencilla ruta circular, catalogada como fácil, con destino y llegada en la localidad alcarreña de Caspueñas. La mañana se levantó fresca, pero pronto el termómetro se instaló en temperaturas superiores a los 20º, con un sol radiante y una ligera brisa que refrescaba de rato en rato el ambiente. Tras tomar un café en el bar Francis, dirigimos nuestros pasos hacia el río Ungría, cuyo cauce no nos abandonaría en todo el día. Recorrimos una pista facilona que transcurre entre tierras de labor y las últimas casas del pueblo durante unos 2 km. Entonces, tomamos una senda que asciende poco a poco al alto en el que reside la localidad de Atanzón, primera parada en nuestro camino. Tras detenernos unos minutos en el lavadero, cuyo olor sugiere un estancamiento del agua, subimos a la Iglesia, que preside una bonita plaza. A la izquierda, una curiosa tiendecita luce un cartel que parece sacado de otra época. En aquel momento, nos pareció mentira que la excursión fuera a limitarse a volver a Caspueñas por el otro lado del río. Nos sentimos fuertes y lozanos, capaces de todo, por lo que la idea de modificar la ruta y seguir caminando hasta Lupiana se nos antojó magnífica a la mayoría. Lola hablaba de una distancia 6 kilómetros, el visor de planos del IGN marcaba 9 en línea recta, google indicaba 2 horas de camino... pero a un así nos lanzamos nueva aventura sin tener muy claro a qué nos enfrentábamos. Bajamos de nuevo a la orilla del Ungría y seguimos nuestros pasos, siempre a la derecha del maltrecho río, por una pista salpicada de zarzas, encinas, nogales y hierbas aromáticas. Sorprende la aridez del paisaje y entristece contemplar que algunas cosechas se habían echado a perder por la falta de agua. Tras varios kilómetros más de los esperados, llegamos a Lupiana, donde se respiraba un ambiente festivo a la hora del vermouth dominical. Nos refrescamos en el chiringuito de la plaza y volvimos a Guadalajara.
En total la ruta fue de 16,7 km, una distancia que supuso un desafío para la mayoría de los senderistas, que habían reducido su actividad física durante la temporada estival.
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