Castaño del Robledo – Galaroza por el sendero de la Ribera del Jabugo

Castaño del Robledo – Galaroza por la Ribera del Jabugo lineal 12 km.

Se trata del clásico sendero de La Ribera del Jabugo, que en este caso hemos realizado lineal para aprovechar la sombra de la ribera al ser un día muy caluroso. Por lo demás, es una ruta muy sencilla y cómoda de caminar apta para toda la familia.

Castaño del Robledo es una pequeña localidad de la provincia de Huelva con tan sólo 222 habitantes y, curiosamente, es el pueblo situado a mayor altitud de toda la provincia, a 738 metros sobre el nivel del mar. El famoso Cerro del Castaño, muy cerca del núcleo urbano, es uno de los puntos más altos después del monte Bonales, en Arroyomolinos de León (1055m.).

Nuestra ruta comienza en un pequeño parking situado junto al paso de cebra que hay en la carretera local HU-8114 (que une las localidades de Fuenteheridos y Castaño del Robledo) que separa el núcleo principal de Castaño de Robledo por la calle Iglesia Nueva, justo a la altura del cartel que indica el nombre de la localidad, de la calle Soledad que conduce al Barrio del Calvario.

Nos adentramos precisamente por la calle Soledad hacia dicho barrio y a su salida nos encontramos con la fuente del mismo nombre. A partir de aquí nuestro sendero comienza a descender paulatinamente, el rumor de las aguas del río Múrtigas nos acompañará casi en todo momento, y el trazado del camino nos ofrecerá bonitas vistas del mismo, a veces desde la altura y otras veces pasando junto a él, dándonos la oportunidad de salirnos del mismo para tomarnos un descanso y refrescar nuestros pies si el tiempo lo permite.

Este sendero es uno de los más atractivos del Parque Natural, ya que presenta una alta diversidad de especies y grandes valores paisajísticos. A lo largo de su recorrido encontraremos árboles propios de cursos de agua como álamos, alisos, sauces, fresnos y saúcos, además de avellanos, castaños y nogales. Próximo a la ribera, a la que nuestro sendero se acerca y aleja de manera intermitente, predomina el alcornocal, entre el que aparece el quejigo y un matorral con madroños, retamas, zarzaparrillas, rosales silvestres, endrinos y otras muchas.

Nuestro camino es muy cómodo y fácil de transitar, y durante nuestro recorrido por la ribera encontraremos varios cruces de camino que nos indican la posibilidad de desviarnos hacia Fuenteheridos o Jabugo. Más adelante, a la altura del waypoint nº 6 encontraremos una baliza con unas cuerdas habilitadas para ayudarnos a bajar hasta un pequeño salto de agua bonito de visitar. Hoy hemos echado en falta dichas cuerdas, no sabemos si las van a sustituir o alguien se las ha llevado. Finalmente desembocamos en un puentecito de madera con un panel informativo al otro lado del mismo, y a partir de aquí nos alejamos de la ribera para adentrarnos por un encajonado y empedrado callejón que desemboca en la carretera N-433, donde habremos de girar a la izquierda para caminar unos metros antes de cruzar y adentrarnos en Galaroza.

Recorreremos el pueblo callejeando en dirección oeste - este y aprovecharemos para tomar un refrigerio en alguno de los bares que se cruzan en nuestro camino y tomarnos un merecido descanso. Antes de abandonar la localidad haremos un pequeño inciso para visitar el Mirador Eras Comunales, pues en este punto obtendremos una bonita panorámica del pueblo y los alrededores desde una zona privilegiada para ello. Si aún queremos alargar la ruta, podemos acercarnos hasta la Ermita de Santa Brígida.

Regresaremos por el mismo camino que hemos traído y, por lo tanto, toca ahora ganar la altura perdida en el trayecto de ida, por lo que ralentizaremos algo nuestro paso, cosa que no nos importa porque vamos absortos en el paisaje y además la frondosidad del bosque nos protege del sol en días calurosos. Finalmente, la ahora empinada pista hormigonada nos conducirá de nuevo a las inmediaciones de la Fuente del Calvario, lo que nos indica que estamos ya muy cerca de la carretera HU-8114, a la que llegaremos poco después a la altura del parking donde dejamos nuestro vehículo y comenzamos nuestra ruta.

Ahora podemos aprovechar para visitar Castaño del Robledo y callejear por sus pintorescas calles, cosa que al ser una localidad tan pequeña no nos llevará demasiado tiempo. No podemos dejar de acercarnos hasta la Iglesia Inacabada, un edificio imponente para un pueblo tan pequeño con una curiosa historia detrás que merece la pena descubrir.

La naturaleza siempre nos reconforta, nos reequilibra y, con su extraordinaria belleza y sencillez, nos recuerda que formamos parte de ella y de su entorno. Por eso, aquí nos sentimos como en casa. La vida es el camino, pero el camino nos da la vida.