CASTELLAR DE MECA (Ayora)
near Alpera, Castilla-La Mancha (España)
Viewed 174 times, downloaded 5 times
Trail photos
Itinerary description
La ruta a la ciudad ibérica del Castellar de Meca es transportarse a otro tiempo. Lo primero que hay que recordar es que este yacimiento se encuentra en propiedad privada y que los días de visita libre son todos los domingos del año, de 09.00 a 14.00 horas.
Para llegar hasta el inicio del recorrido hay que ir por la carretera que une Casas de Madrona (Ayora) y Alpera. El desvío de la carretera se encuentra relativamente cerca de la población de Alpera. Desde allí hay unos 4 kilómetros de camino señalizado que te conduce al aparcamiento habilitado por los propietarios.
Hay que seguir las señales e indicaciones. Hay de varios tipos: de metal pintadas a mano, de madera, otras puestas por el Ayuntamiento de Ayora, y las colocadas a través de Diputación dentro del conjunto de yacimientos ibéricos que forman parte de la "Ruta dels Íbers València". Así que con tanta señal será difícil perderse del camino.
Una vez llegamos a la altura de la Fuente de Meca podemos escoger subir por las escaleras, hacia la derecha, o por el camino Hondo, recto. A nosotros nos gusta subir por el impresionante camino Hondo. Y es que en esta importantísima ciudad ibérica podremos disfrutar principalmente de sus aljibes y depósitos, y de sus caminos. Para poder saber mucho más de la importancia de Meca para la investigación de caminos prerromanos es muy aconsejable la lectura del libro " Los accesos a la ciudad ibérica de Meca mediante sus caminos de ruedas", de Santiago Broncano y María del Mar Alfaro (1997). Y cómo con la destrucción de Meca por parte de los romanos, en el paso del siglo III al II a.C., provocó que quedara deshabitada y que pronto los caminos se llenaran de tierra y sedimentos, hecho que provocó su conservación y poca alteración durante más de dos milenios. ¡Impresionante!
Al entrar por el camino Hondo veremos cómo se iban uniendo otros caminos antes de la puerta principal a la ciudad. Y después de girar la gran curva ya tendremos visión de gran parte de la ciudad. Si seguimos el camino principal llegaremos al depósito más grande de Meca, llamado el Trinquete. Encontraremos otro a la salida antes de llegar a los escalones tallados en la roca (modernos). Los escalones ibéricos son los orificios que están al lado de los escalones, lo justo para poner las puntas de los pies y subir.
Normalmente, antes de abandonar Meca, visitamos la cueva del Rey Moro, siguiendo el trazado tallado de una de sus calles. Hay un paso justo que gira y de pronto de topas con la cueva, que en realidad es un gran abrigo en la cara que mira a los Palancares.
Ruta fácil, con un contenido histórico (o protohistórico) muy interesante e importante, en un espacio medioambiental protegido y con unas vistas privilegiadas.
Para llegar hasta el inicio del recorrido hay que ir por la carretera que une Casas de Madrona (Ayora) y Alpera. El desvío de la carretera se encuentra relativamente cerca de la población de Alpera. Desde allí hay unos 4 kilómetros de camino señalizado que te conduce al aparcamiento habilitado por los propietarios.
Hay que seguir las señales e indicaciones. Hay de varios tipos: de metal pintadas a mano, de madera, otras puestas por el Ayuntamiento de Ayora, y las colocadas a través de Diputación dentro del conjunto de yacimientos ibéricos que forman parte de la "Ruta dels Íbers València". Así que con tanta señal será difícil perderse del camino.
Una vez llegamos a la altura de la Fuente de Meca podemos escoger subir por las escaleras, hacia la derecha, o por el camino Hondo, recto. A nosotros nos gusta subir por el impresionante camino Hondo. Y es que en esta importantísima ciudad ibérica podremos disfrutar principalmente de sus aljibes y depósitos, y de sus caminos. Para poder saber mucho más de la importancia de Meca para la investigación de caminos prerromanos es muy aconsejable la lectura del libro " Los accesos a la ciudad ibérica de Meca mediante sus caminos de ruedas", de Santiago Broncano y María del Mar Alfaro (1997). Y cómo con la destrucción de Meca por parte de los romanos, en el paso del siglo III al II a.C., provocó que quedara deshabitada y que pronto los caminos se llenaran de tierra y sedimentos, hecho que provocó su conservación y poca alteración durante más de dos milenios. ¡Impresionante!
Al entrar por el camino Hondo veremos cómo se iban uniendo otros caminos antes de la puerta principal a la ciudad. Y después de girar la gran curva ya tendremos visión de gran parte de la ciudad. Si seguimos el camino principal llegaremos al depósito más grande de Meca, llamado el Trinquete. Encontraremos otro a la salida antes de llegar a los escalones tallados en la roca (modernos). Los escalones ibéricos son los orificios que están al lado de los escalones, lo justo para poner las puntas de los pies y subir.
Normalmente, antes de abandonar Meca, visitamos la cueva del Rey Moro, siguiendo el trazado tallado de una de sus calles. Hay un paso justo que gira y de pronto de topas con la cueva, que en realidad es un gran abrigo en la cara que mira a los Palancares.
Ruta fácil, con un contenido histórico (o protohistórico) muy interesante e importante, en un espacio medioambiental protegido y con unas vistas privilegiadas.
Waypoints
You can add a comment or review this trail
Comments