Castellbell i El Vilar R5-Turó de l'Ermità 100 Cims-Monistrol de Montserrat R5

Deseando que el calor no acabe por derretirnos, programamos para hoy una travesía desde la estación de FGC de Castellbell i El Vilar, a la de Monistroll de Montserrat, visitando los Turons de Comellats y de l'Ermità, este último perteneciente a la lista de 100 Cims. Para no repetirme demasiado, digo ya desde ahora, que durante todo el recorrido asistimos extasiados al maravilloso espectáculo visual que nos regaló el Massís de Montserrat, como atestiguan las fotos. La primera parte del recorrido no es desconocida para nosotros, ya que pasamos por ella en una anterior ocasión, cuando remontamos el Torrent del Abadals. Ruta que combinaba pequeños desafíos para superar los tramos equipados, con un bello paseo por la ribera del Riu Llobregat, hasta Sant Vicenç de Castellet. Remontamos por senderos y pista, hasta la cabecera del torrente, sin acusar demasiado el esfuerzo de la subida, entretenidos como íbamos, compartiendo novedades y confidencias. Sobre todo por parte de mi querido amigo, en su faceta asociacionista, implicado en múltiples proyectos y gestiones, que le ocupan gran parte de su agenda. También sobre sus gestas senderistas, no en vano ha coronado recientemente el Puigmal y los Mallos de Riglos, además de otras cumbres menos conocidas, y también numerosos modestos 100 cims en mi humilde compañía. Alternamos sol y sombra, a ratos aliviados por una suave brisa, y siempre, reconfortados con las vistas. Pasado el Turó de Morrolius, nos paramos en el Coll de la Creu del Capellà, admirando ante nosotros el siguiente objetivo, el Turó de Comellats, reponiendo fuerzas a la sombra. Desde su base, se nos antoja una mole imponente, que sabemos se cobrará el tributo debido por conquistarlo. El sendero, pedregoso y resbaladizo, se empina sin piedad, pero paradójicamente, llegamos a la cumbre en un suspiro. Sabemos que en la montaña, las distancias engañan al ojo humano, y que siendo difíciles de calcular, no dejan de sorprendernos en cada ocasión. Coincidimos en lo alto con dos jóvenes ciclistas, sudorosos y jadeando, que para superar el último repecho, cargan con la bicicleta a cuestas. Tras los saludos de rigor, inquieren por si una fuente salvadora les permitirá remojarse, debemos desencantarlos, añadiendo además, que con la sequía, pocas fuentes tienen agua. Siguiendo un pedregoso sendero, abajo y arriba luego, desembocamos en la pista que nos acerca al 100 cims. Decidimos improvisar, a la vista del track, por un atajo, que acaba al pie de una roca, por la que debemos trepar, con un par de pasos algo aéreos, y uno en que barriga y trasero, se oponen al equilibrio necesario. Dedicamos unos instantes a disfrutar de un merecido vistazo a todo el paisaje, sin saber decidirnos sobre que parte es mas bella. Comentando mi colega, que la neblina que se percibe en el cielo, seguramente es la anunciada nube de polvo y cenizas, procedente de los incendios de Canadá. Descendemos por el otro lado de la roca, con algo menos de riesgo, encaminando nuestros pasos hacia el Torrent de les Coves de Santa Cecilia, amenizando la bajada, sin descuidar las precauciones, descubriendo donde está Sant Jeroni, Santa Cecilia, Sant Benet, la Foradada y la Cadireta. Descendemos un trecho por el torrente para enlazar con el Pr-C-19, hasta el Revolt de la Paella, las Dreceres del Piteu, y llegar al Salt i Gorgs del Torrent de les Escometes, donde un pequeño charco es todo lo que queda de su grandiosidad. Antes de llegar a Monistrol, giramos a la derecha, para superar la vía férrea por encima del túnel. El calor ya aprieta de firme, y tras pasar por la Ermita del Àngel, la Església de Sant Pere y el Aqüeducte del Pla, buscamos donde resguardarnos del sol, nutrirnos e hidratarnos. Aunque habíamos previsto parar en la Fonda Xica, agradables recuerdos de la visita anterior a Can Ibars nos hacen cambiar de planes, para encontarlo cerrado, por abrir de jueves a domingo. No queda mas remedio que retroceder hasta el Bar Peret, donde bajo una sombrilla, tapeamos y saboreamos alguna cerveza fría. Decidimos rematar la gloriosa jornada haciendo la segunda parada de hidratación en Molins de Rei, donde frente a la estación, nos acoge un"hermano" cubano con unos excelentes vasos largos a precio razonable.