CASTILLO ARES-PERUANO-CARDOSO
near Almohaja, Aragón (España)
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Trail photos
Itinerary description
Ruta corta, preciosa y de nula dificultad, que parte del Castillo de los Ares, que actualmente se encuentra en ruinas. Fue la fortaleza más avanzada de las que defendían durante el siglo XII el señorío independiente de Albarracín. Este castillo se encontraba en la frontera entre el reino de Aragón y el señorío de Albarracín. Sorprende ver el magnifico equilibrio que tiene la torre, tras tantos siglos de inclemencia.
El segundo punto destacable es la Escultura del Peruano, bajorrelieve que tiene un estilo neoprecolombino. Representa un tumi cuyo remate es una divinidad inca, posiblemente Inti, dios del sol. A los pies del tumi, un jabalí y un ciervo, fauna autóctona lo observan desde el ángulo inferior derecho y en el izquierdo una serpiente, enrollada a un arbusto, parece salir de su escondite.
Utiliza los colores típicos de la decoración de los tumis, el turquesa, verde y amarillo, de una tonalidad metálica. Lleva turquesas como cubreorejas y en el collar. La parte de abajo representa la hoja semicircular del cuchillo ritual. El mango es el cuerpo de Inti que está con las manos extendidas. En el rostro del dios se observan los ojos almendrados y policromados, siguiendo la iconografía del arte precolombino. Remata la figura una corona semicircular formada por varios semicírculos concéntricos, cada uno con una decoración diferente, alternando motivos florales y geométricos.
El conjunto tiene seis metros de alto por cuatro de ancho. Estas medidas otorgan a la obra de una gran espectacularidad y produce en el visitante gran asombro.
Se retrocede unas decenas de metros sobre nuestros pasos, para adentrarnos en el Barranco Cardoso, de gran belleza y escasos 500 metros de longitud. En su interior y dedicando algo de tiempo, se pueden encontrar petroglifos, muy abundantes por la zona.
Continua la ruta por una pista principal ascendente, donde nos desviaremos por una camino a la izquierda, que nos lleva a un mirador del rodenos que nos rodea y posteriormente regresaremos a la parte posterior del castillo, por una senda poco visible.
Expendido paseo, que no tiene dificultas alguna y que es aconsejable realizar en primavera, ya que disfrutaremos de la vegetación en su estado más verde y colorido.
En invierno hay que tener cuidado con las placas de hielo, que hay en las losas de piedra de rodeno.
Si se accede desde Pozondon, sorprende el contraste de estos barrancos frente a las planicies peladas del entorno
IBP = 26 HKG
El segundo punto destacable es la Escultura del Peruano, bajorrelieve que tiene un estilo neoprecolombino. Representa un tumi cuyo remate es una divinidad inca, posiblemente Inti, dios del sol. A los pies del tumi, un jabalí y un ciervo, fauna autóctona lo observan desde el ángulo inferior derecho y en el izquierdo una serpiente, enrollada a un arbusto, parece salir de su escondite.
Utiliza los colores típicos de la decoración de los tumis, el turquesa, verde y amarillo, de una tonalidad metálica. Lleva turquesas como cubreorejas y en el collar. La parte de abajo representa la hoja semicircular del cuchillo ritual. El mango es el cuerpo de Inti que está con las manos extendidas. En el rostro del dios se observan los ojos almendrados y policromados, siguiendo la iconografía del arte precolombino. Remata la figura una corona semicircular formada por varios semicírculos concéntricos, cada uno con una decoración diferente, alternando motivos florales y geométricos.
El conjunto tiene seis metros de alto por cuatro de ancho. Estas medidas otorgan a la obra de una gran espectacularidad y produce en el visitante gran asombro.
Se retrocede unas decenas de metros sobre nuestros pasos, para adentrarnos en el Barranco Cardoso, de gran belleza y escasos 500 metros de longitud. En su interior y dedicando algo de tiempo, se pueden encontrar petroglifos, muy abundantes por la zona.
Continua la ruta por una pista principal ascendente, donde nos desviaremos por una camino a la izquierda, que nos lleva a un mirador del rodenos que nos rodea y posteriormente regresaremos a la parte posterior del castillo, por una senda poco visible.
Expendido paseo, que no tiene dificultas alguna y que es aconsejable realizar en primavera, ya que disfrutaremos de la vegetación en su estado más verde y colorido.
En invierno hay que tener cuidado con las placas de hielo, que hay en las losas de piedra de rodeno.
Si se accede desde Pozondon, sorprende el contraste de estos barrancos frente a las planicies peladas del entorno
IBP = 26 HKG
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