Castillo de Locubín: Río San Juan-Arroyo Guadalcotón-Torre de la Nava
near Castillo de Locubín, Andalucía (España)
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Itinerary description
Me desplazo a Castillo de Locubín, el islámico Hisn al-Uqbin (unos lo traducen por Castillo de la Águilas y otros por Castillo de las Cuevas), en la Sierra Sur de Jaén (muy próximo a la Subbética cordobesa).
Dejando la N-432 por la salida hacia Castillo de Locubín (por la N-432a), aparco tras pasar la primera rotonda, a la entrada del pueblo, muy cerca del Parque Municipal, frente al que está la Ermita de Nuestro Padre Jesús Nazareno (que alberga su talla en madera, atribuida a Martínez Montañés o a su escuela sevillana; también conserva las pinturas originales, de aproximadamente 1700).
Bajo por la calle Reyes Católicos en busca de la Iglesia de San Pedro Apóstol (del siglo XVI); el autor de su portada principal también trabajó en Las catedrales de Granada y Jaén.
Más abajo están los restos de la fortaleza musulmana de La Villeta; conserva parte de su muralla y la torre que miraba hacia su patio de armas, ocupado ahora por la plaza del Carmen, desde donde se tiene una buena panorámica.
Voy dejando el pueblo bajando por las calles de Puerta Real y la empinada Cuesta de la Cruz. Tras cruzar la JA-4306, enfilo la 3302 para pasar sobre el río San Juan por el puente de Triana. Destaca la silueta de la Torre del Batán, de la que, aunque no se conoce la fecha exacta de su construcción, se tiene una primera reseña en 1381, cuando Enrique IIII la regaló a un tal Gonzalo de Medina. Perteneció al Conde de Humanes, que creó aquí un molino de harina y posteriormente de aceite (en el siglo XIX se conservaban dos molinos harineros -uno también aceitero- y un batán). Aquí desemboca el canal de riego tras tres kilómetros de recorrido desde el nacimiento del San Juan y la caída libre del agua propulsaba el molino, aprovechando el desnivel entre el río y el canal del Caz, como se lo conoce. Continúo por un carril asfaltado que acompaña al canal; al otro lado quedan casas con sus huertos de árboles frutales, de entre los que predomina el cerezo (objeto de una fiesta en torno a su recolección).
Llego por este camino a la carretera A-6050 (que comunica Castillo de Locubín con Valdepeñas de Jaén) y la sigo escasos metros a la derecha para continuar por una senda que pasa bajo el puente de la carretera.
A partir de aquí comienza un precioso sendero fluvial entre álamos, fresnos, cañaverales, carrizales, higueras... quedando a los lados del río feraces huertas (formando la "Vega Castillera"), regadas desde las pozas del nacimiento del río mediante el canal (desde el nacimiento salen dos canales, vertiendo el más grande sus aguas al río). El rumor del agua junto con el canto de los pájaros acompañan el caminar, hasta llegar al nacimiento del San Juan, con un caudal muy abundante (medio de 100 l/s) y de aguas tan frías que no permiten la vida de peces; se han formado de manera natural varias pozas poco profundas de agua cristalina, que brota desde el suelo de las pozas formando columnas intermitentes de burbujas que suben hasta la superficie.
Un área recreativa, muy sombreada, con bancos de madera y de piedra, mesas... y hasta un bar, invitan al descanso.
Tras un corto tentempié, continúo por un camino rural asfaltado (vía pecuaria Vereda de Valdepeñas), junto al arroyo Guadalcotón (“Qoton” en árabe haría referencia a una fibra vegetal cultivada para producir algodón o borra). Este arroyo pierde su nombre al conectar con el nacimiento del San Juan, que tiene un mayor caudal (que no se agota nunca); su vega también da lugar a cultivos de frutales destacando nuevamente los cerezos. Habrá que vadearlo varias veces (hasta cinco), aunque hoy su cauce va completamente seco (puede ser dificultoso en épocas
de fuertes lluvias).
El camino, que deja de estar asfaltado, traza una pronunciada curva en herradura (así que hago un recorte por un olivar y luego por monte algo cerrado), antes de bifurcarse junto a las ruinas de un cortijo; hay que seguir el camino de la derecha, que baja hasta el río. Tras cruzarlo por última vez, empiezo el ascenso hasta la Torre de la Nava o del Puerto, primero por el camino que describe una amplia S y luego sigue por el olivar, hacia el Cortjio de la Nava. Antes de llegar a éste, atrocho por el olivar hasta salir a un camino asfaltado, más arriba; nuevamente asciendo por otro olivar y luego campo a través hasta llegar a un carril de tierra, que sigo a la izquierda un corto trecho, antes de afrontar la última subida por vereditas de animales entroncando al fin con una senda bien marcada. Por ella recorro los últimos metros hasta la Torre de la Nava o del Puerto, del siglo XIV, que corona el cerro de la Nava. Aunque esta última subida ha sido la parte más dificultosa de la ruta, merece la pena por las impresionantes vistas de 360 grados que se disfrutan desde aquí: la sierra de Ahíllos, las Subbéticas y hasta Sierra Nevada, Alcalá la Real, Alcaudete, Frailes...
Ya la bajada es cómoda siguiendo la senda que se convierte en un camino entre almendros, delimitado por muros de piedra seca (Camino de la Loma de la Nava), lo que permite seguir admirando las vistas, hasta llegar a la carretera N-432a; unos metros más abajo sale otro camino de tierra que enlaza con la Colada de la Fuente del Parral, por la que llego al pueblo, concluyendo esta bonita y variada ruta.
Dejando la N-432 por la salida hacia Castillo de Locubín (por la N-432a), aparco tras pasar la primera rotonda, a la entrada del pueblo, muy cerca del Parque Municipal, frente al que está la Ermita de Nuestro Padre Jesús Nazareno (que alberga su talla en madera, atribuida a Martínez Montañés o a su escuela sevillana; también conserva las pinturas originales, de aproximadamente 1700).
Bajo por la calle Reyes Católicos en busca de la Iglesia de San Pedro Apóstol (del siglo XVI); el autor de su portada principal también trabajó en Las catedrales de Granada y Jaén.
Más abajo están los restos de la fortaleza musulmana de La Villeta; conserva parte de su muralla y la torre que miraba hacia su patio de armas, ocupado ahora por la plaza del Carmen, desde donde se tiene una buena panorámica.
Voy dejando el pueblo bajando por las calles de Puerta Real y la empinada Cuesta de la Cruz. Tras cruzar la JA-4306, enfilo la 3302 para pasar sobre el río San Juan por el puente de Triana. Destaca la silueta de la Torre del Batán, de la que, aunque no se conoce la fecha exacta de su construcción, se tiene una primera reseña en 1381, cuando Enrique IIII la regaló a un tal Gonzalo de Medina. Perteneció al Conde de Humanes, que creó aquí un molino de harina y posteriormente de aceite (en el siglo XIX se conservaban dos molinos harineros -uno también aceitero- y un batán). Aquí desemboca el canal de riego tras tres kilómetros de recorrido desde el nacimiento del San Juan y la caída libre del agua propulsaba el molino, aprovechando el desnivel entre el río y el canal del Caz, como se lo conoce. Continúo por un carril asfaltado que acompaña al canal; al otro lado quedan casas con sus huertos de árboles frutales, de entre los que predomina el cerezo (objeto de una fiesta en torno a su recolección).
Llego por este camino a la carretera A-6050 (que comunica Castillo de Locubín con Valdepeñas de Jaén) y la sigo escasos metros a la derecha para continuar por una senda que pasa bajo el puente de la carretera.
A partir de aquí comienza un precioso sendero fluvial entre álamos, fresnos, cañaverales, carrizales, higueras... quedando a los lados del río feraces huertas (formando la "Vega Castillera"), regadas desde las pozas del nacimiento del río mediante el canal (desde el nacimiento salen dos canales, vertiendo el más grande sus aguas al río). El rumor del agua junto con el canto de los pájaros acompañan el caminar, hasta llegar al nacimiento del San Juan, con un caudal muy abundante (medio de 100 l/s) y de aguas tan frías que no permiten la vida de peces; se han formado de manera natural varias pozas poco profundas de agua cristalina, que brota desde el suelo de las pozas formando columnas intermitentes de burbujas que suben hasta la superficie.
Un área recreativa, muy sombreada, con bancos de madera y de piedra, mesas... y hasta un bar, invitan al descanso.
Tras un corto tentempié, continúo por un camino rural asfaltado (vía pecuaria Vereda de Valdepeñas), junto al arroyo Guadalcotón (“Qoton” en árabe haría referencia a una fibra vegetal cultivada para producir algodón o borra). Este arroyo pierde su nombre al conectar con el nacimiento del San Juan, que tiene un mayor caudal (que no se agota nunca); su vega también da lugar a cultivos de frutales destacando nuevamente los cerezos. Habrá que vadearlo varias veces (hasta cinco), aunque hoy su cauce va completamente seco (puede ser dificultoso en épocas
de fuertes lluvias).
El camino, que deja de estar asfaltado, traza una pronunciada curva en herradura (así que hago un recorte por un olivar y luego por monte algo cerrado), antes de bifurcarse junto a las ruinas de un cortijo; hay que seguir el camino de la derecha, que baja hasta el río. Tras cruzarlo por última vez, empiezo el ascenso hasta la Torre de la Nava o del Puerto, primero por el camino que describe una amplia S y luego sigue por el olivar, hacia el Cortjio de la Nava. Antes de llegar a éste, atrocho por el olivar hasta salir a un camino asfaltado, más arriba; nuevamente asciendo por otro olivar y luego campo a través hasta llegar a un carril de tierra, que sigo a la izquierda un corto trecho, antes de afrontar la última subida por vereditas de animales entroncando al fin con una senda bien marcada. Por ella recorro los últimos metros hasta la Torre de la Nava o del Puerto, del siglo XIV, que corona el cerro de la Nava. Aunque esta última subida ha sido la parte más dificultosa de la ruta, merece la pena por las impresionantes vistas de 360 grados que se disfrutan desde aquí: la sierra de Ahíllos, las Subbéticas y hasta Sierra Nevada, Alcalá la Real, Alcaudete, Frailes...
Ya la bajada es cómoda siguiendo la senda que se convierte en un camino entre almendros, delimitado por muros de piedra seca (Camino de la Loma de la Nava), lo que permite seguir admirando las vistas, hasta llegar a la carretera N-432a; unos metros más abajo sale otro camino de tierra que enlaza con la Colada de la Fuente del Parral, por la que llego al pueblo, concluyendo esta bonita y variada ruta.
Waypoints
Religious site
2,257 ft
Iglesia Parroquial de San Pedro Apóstol (siglo XVI)
Portada con dos columnas dóricas y hornacina con la imagen de San Pedro
Religious site
2,257 ft
Iglesia Parroquial de San Pedro Apóstol (siglo XVI)
Portada lateral, de estilo manierista
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