CASTILLO DE OREJA: vega del Tajo

Breve caminata para visitar las ruinas del castillo de Oreja y su poblado abandonado, donde pervive una ermita. 4,5 kilómetros de cómodo paseo. La fortaleza, que se encuentra en el municipio toledano de Ontígola y a unos 10 km de Aranjuez, se erige sobre un risco cuya vertiente norte se asoma a la inmensa vega del río Tajo. Las vistas, desde el promontorio, son estupendas.

La fortaleza tiene origen musulmán (siglo IX), construida sobre lo que en su día parece fue un asentamiento romano, llamado Aurelia [hay quienes sostienen que Oreja es la derivación semántica de Aurelia].

Por su ubicación fronteriza, el emplazamiento árabe suponía un importante punto de vigilancia para prevenir el avance de las tropas cristianas en su intento por tomar Toledo. Aunque pasó a manos del rey Alfonso VI de León como dote por su matrimonio con la princesa musulmana Zaida, el monarca leonés (1040 o 1041-1109) perdió la propiedad tras la batalla de Uclés (Cuenca), donde los almorávides infligieron una severa derrota a las tropas cristianas (1108).

No será hasta el año 1139 cuando la plaza retorne, ya definitivamente, a manos cristianas, tras el asedio al que la sometió Alfonso VIII. Se rindió, al parecer, por hambre y sed.

Según se desplazan las marcas fronterizas al sur peninsular por el avance de los reinos cristianos, el castillo va perdiendo importancia geoestratégica.

El 14 de agosto de 1959, los últimos habitantes del poblado de Oreja abandonan el lugar para siempre por las dificultades para la vida cotidiana: falta de luz, agua o servicios médicos.

LLEGAR DESDE ARANJUEZ
Para llegar hasta el castillo desde Aranjuez, se coge la carretera M-305, que va en paralelo al Jardín del Príncipe. La vía se abandona rápidamente a derecha para enfilar por el paseo arbolado o calle de las Aves (una hermosa alameda en su inicio), hasta la Casa de la Monta, donde el río Tajo dibuja un meandro arenoso que, en verano, hace de playa fluvial.

En este punto, el asfalto se transforma en ancha pista de tierra, por la que pueden transitar vehículos sin problema. La vereda se llama Camino de las Aves a Sotomayor (en algunos mapas también se la designa como Camino de Aranjuez a la Barca). Se continúa hasta la Casa del Soto, una hacienda con tejas manchegas dedicada al cultivo de cereales y leguminosas (nombre comercial: Soto de Oreja).

A izquierda, siempre vemos las llanas tierras fértiles de la vega del Tajo. A la derecha, la hilera de riscos, de unos 50 metros de altura, donde un poco más adelante se levantó el castillo. A unos 500 metros de la Casa del Soto, surge una pista a derecha, y 200 metros más allá, otra también a derecha, donde aparcamos aprovechando que hay espacio. Se puede estacionar en cualquiera de las dos intersecciones.

EL PATEO
Caminamos por la pista principal que traíamos unos 150 metros, hasta que a derecha se abre un sendero entre la vegetación (bandera 2 del mapa). Lo tomamos. El caminito remonta un cauce seco, que queda a nuestra izquierda. Tras recorrer unos 350 metros, giramos a izquierda, para atravesar el cauce seco, enfilando un nuevo sendero (bandera 4), que nos lleva curveando hasta el promontorio donde se levanta el castillo (bandera 5).