Castillos de La Mancha: Chinchilla de Montearagón.
near Chinchilla de Monte Aragón, Castilla-La Mancha (España)
Viewed 2225 times, downloaded 83 times
Trail photos
Itinerary description
La Comunidad de Castilla La Mancha ofrece al visitante un buen número de castillos, en desigual estado de conservación pero casi siempre con una interesante historia acompañante. La mayoría son reflejo de las tensiones entre musulmanes y cristianos en los territorios de frontera durante la Edad Media, aunque no son pocos los que han respondido más a conflictos entre reyes cristianos o entre nobles y reyes. Fuera de la historia particular de cada caso, para el caminante los castillos ofrecen interés como destino intermedio en una ruta urbana o de naturaleza, o bien como visita específica sin otros objetivos. Uno de los castillos que más destaca en la llanura manchega se encuentra en la población de Chinchilla, en sí misma un interesante destino para una visita cultural y a la que hoy dirigimos nuestros pasos.
Chinchilla de Montearagón es una población de La Mancha situada en las cercanías de Albacete, capital de la entonces provincia de Chinchilla, creada en 1822 durante el trienio liberal (y que incluía partes de las provincias de La Mancha, Murcia y Cuenca, además de algo de las actuales Ciudad Real y Jaén), sobre lo que luego sería provincia de Albacete, a partir de 1833. El devenir de los territorios que constituían esta provincia (cuya existencia histórica es desconocida por la mayoría de nuestros conciudadanos) explica en parte ciertas particularidades de algunas ciudades de la época, como la belleza de algunas poblaciones manchegas; baste recordar que la provincia de La Mancha, anterior a la configuración de la provincia de Chinchilla, estaba formada por tres Partidos: el de Villanueva de los Infantes y la Orden de Santiago, el de Alcaraz y el de Almagro y la Orden de Calatrava, cada uno de los cuales ofrece notables conjuntos arquitectónicos en sus capitales, respondiendo sin duda a su importancia social en la época. Los tres son destinos que merece la pena visitar y los tres ofrecen bellos recorridos ciudadanos para el visitante que acceda a ellos.
La ciudad de Chichilla, de trazado medieval, tiene también abundantes monumentos que atraerán sin duda la atención del visitante. Fue construida en la parte alta del Cerro de San Blas, cuya cima ocupa un gran castillo, ubicado en terrenos donde hubo anteriormente asentamientos íberos, romanos y visigóticos. Al oeste del cerro se encuentra una pequeña sierra, con el Cerro San Cristobal, el Alto de la Almazara y el alto de La Mina como lugares destacados, muy agradable para realizar excursiones locales, en las que es posible ver cabras montesas con cierta facilidad; en los alrededores hay varias lagunas endorreicas, entre las que destaca la de Pétrola. Con esos datos es posible construir rutas bastante más largas que la que realizamos hoy, orientada a conocer específicamente la ciudad de Chinchilla y su castillo.
Una tradición atribuye la fundación de Chinchilla, en el siglo VII a.C, a Hércules. Su existencia está probada en época romana, siendo ya entonces un importante cruce de caminos. En el siglo X fue una de las poblaciones más importantes del Reino de Murcia. En 1242 fue conquistada por los ejércitos cristianos de Alfonso X y las Órdenes de Calatrava y Santiago, pasando después al Señorío de Villena, y luego al Infante Don Juan Manuel, que reconstruye el castillo años más tarde. En el siglo XIV Juan II incorpora el Señorío a la Corona de Castilla, iniciando un periodo de guerras que termina con la victoria de Isabel sobre los leales a la Beltraneja, entre los que se contaba el Marqués de Villena, con la definitiva incorporación del señorío a la corona de Castilla en 1480. A partir de entonces comienza una época de progresiva decadencia, mientras crece la importancia de Albacete. El enclave participó en numerosas acciones durante la Guerra de Sucesión, siendo conquistada por los carlistas en 1707. Fue conquistada por los franceses en el siglo XIX, quienes volaron la Torre del Homenaje del castillo durante la Guerra de la Independencia. Recuperó después cierta importancia durante el Trienio Liberal, pero volvió a decaer tras pasar la capitalidad a Albacete.
Nuestra ruta comienza a la entrada del núcleo urbano, en la calle Arenal, donde dejamos aparcado el coche, en la vecindad del Convento de Santo Domingo y la Ermita de la Virgen del Rosario. Desde aquí subimos por la calle Tercia, para girar a la derecha en la Calle Vigen de las Nieves y encontrar al poco una edificación de corte renacentista: Las Tercias. Mas adelante pasaremos por el Auditorio, antes de entrar en la Plaza de la Mancha, donde encontramos el Ayuntamiento, la iglesia parroquial de Santa María y varias edificaciones de época. Subiendo por la calle Obra Pía encontramos varios palacios de interés y la oficina de información, donde nos atienden con gran amabilidad, y se pueden ver varias bombardas. Algo más adelante se encuentran la Plaza de España y los Baños Árabes.
Nosotros volvemos atrás, para alcanzar la calle Fernando Núñez Robres, a la izquierda de la portada del Ayuntamiento, para iniciar la llamada Ruta de la Muralla. Unos cientos de metros después llegamos a una plaza extramuros, donde vemos la Puerta de Diablos y Tiradores, una de las antiguas puertas de acceso a la ciudad a través de la potente muralla que la circundaba. Seguimos adelante por la calle Médicos, y encontraremos a nuestra derecha la calle de las Cuevas del Agujero, construcciones típicas que son uno de los máximos reclamos turísticos de Chinchilla. Desde aquí seguimos por el contorno interior de la muralla, viendo la peculiar construcción de calles y viviendas mientras continuamos por la Subida al Castillo. En su inicio dejaremos la calle Juego de Bolos, con una antigua bolera tradicional similar a las que vi tantas veces siendo niño; hacia el final de la subida encontraremos un mirador con una reproducción del monumento funerario de Pozo Moro, que se encuentra en el Museo Nacional de Arqueología. En varias ocasiones encontramos casas-cuevas bien conservadas y en uso.
Siguiendo hacia delante alcanzamos el castillo, al que accedemos desde la calle Camilo José Cela, pasando por las Cuevas de San Julián. El castillo, con sus impresionantes paredes y profundo pozo defensivo, es muy notable. Exteriormente está en buen estado, pero permanece sin uso y mantenimiento desde que dejó de cumplir funciones de penal en los años 50, y está prohibido el acceso a su interior. Su aspecto exterior y las vistas desde los miradores son realmente sobresalientes, dominando una enorme extensión de terreno (la Torre del Homenaje del castillo, antes de ser destruida, fue conocida como el Faro de La Mancha).
Tras tomarnos un tiempo para disfrutar del lugar emprendemos el regreso por la calle San Blas, para alcanzar de nuevo la Plaza de la Mancha, y volver al lugar donde está aparcado nuestro coche, por el mismo camino que hemos utilizado para acceder a la Plaza anteriormente.
En conjunto un bonito paseo, de corta longitud y escasa dificultad, con buen suelo en su mayoría, lleno de lugares de interés y con excelentes vistas a la llanura manchega. Un lugar que merece, sin duda, un puesto de honor en el listado de lugares de mayor interés de La Mancha.
Chinchilla de Montearagón es una población de La Mancha situada en las cercanías de Albacete, capital de la entonces provincia de Chinchilla, creada en 1822 durante el trienio liberal (y que incluía partes de las provincias de La Mancha, Murcia y Cuenca, además de algo de las actuales Ciudad Real y Jaén), sobre lo que luego sería provincia de Albacete, a partir de 1833. El devenir de los territorios que constituían esta provincia (cuya existencia histórica es desconocida por la mayoría de nuestros conciudadanos) explica en parte ciertas particularidades de algunas ciudades de la época, como la belleza de algunas poblaciones manchegas; baste recordar que la provincia de La Mancha, anterior a la configuración de la provincia de Chinchilla, estaba formada por tres Partidos: el de Villanueva de los Infantes y la Orden de Santiago, el de Alcaraz y el de Almagro y la Orden de Calatrava, cada uno de los cuales ofrece notables conjuntos arquitectónicos en sus capitales, respondiendo sin duda a su importancia social en la época. Los tres son destinos que merece la pena visitar y los tres ofrecen bellos recorridos ciudadanos para el visitante que acceda a ellos.
La ciudad de Chichilla, de trazado medieval, tiene también abundantes monumentos que atraerán sin duda la atención del visitante. Fue construida en la parte alta del Cerro de San Blas, cuya cima ocupa un gran castillo, ubicado en terrenos donde hubo anteriormente asentamientos íberos, romanos y visigóticos. Al oeste del cerro se encuentra una pequeña sierra, con el Cerro San Cristobal, el Alto de la Almazara y el alto de La Mina como lugares destacados, muy agradable para realizar excursiones locales, en las que es posible ver cabras montesas con cierta facilidad; en los alrededores hay varias lagunas endorreicas, entre las que destaca la de Pétrola. Con esos datos es posible construir rutas bastante más largas que la que realizamos hoy, orientada a conocer específicamente la ciudad de Chinchilla y su castillo.
Una tradición atribuye la fundación de Chinchilla, en el siglo VII a.C, a Hércules. Su existencia está probada en época romana, siendo ya entonces un importante cruce de caminos. En el siglo X fue una de las poblaciones más importantes del Reino de Murcia. En 1242 fue conquistada por los ejércitos cristianos de Alfonso X y las Órdenes de Calatrava y Santiago, pasando después al Señorío de Villena, y luego al Infante Don Juan Manuel, que reconstruye el castillo años más tarde. En el siglo XIV Juan II incorpora el Señorío a la Corona de Castilla, iniciando un periodo de guerras que termina con la victoria de Isabel sobre los leales a la Beltraneja, entre los que se contaba el Marqués de Villena, con la definitiva incorporación del señorío a la corona de Castilla en 1480. A partir de entonces comienza una época de progresiva decadencia, mientras crece la importancia de Albacete. El enclave participó en numerosas acciones durante la Guerra de Sucesión, siendo conquistada por los carlistas en 1707. Fue conquistada por los franceses en el siglo XIX, quienes volaron la Torre del Homenaje del castillo durante la Guerra de la Independencia. Recuperó después cierta importancia durante el Trienio Liberal, pero volvió a decaer tras pasar la capitalidad a Albacete.
Nuestra ruta comienza a la entrada del núcleo urbano, en la calle Arenal, donde dejamos aparcado el coche, en la vecindad del Convento de Santo Domingo y la Ermita de la Virgen del Rosario. Desde aquí subimos por la calle Tercia, para girar a la derecha en la Calle Vigen de las Nieves y encontrar al poco una edificación de corte renacentista: Las Tercias. Mas adelante pasaremos por el Auditorio, antes de entrar en la Plaza de la Mancha, donde encontramos el Ayuntamiento, la iglesia parroquial de Santa María y varias edificaciones de época. Subiendo por la calle Obra Pía encontramos varios palacios de interés y la oficina de información, donde nos atienden con gran amabilidad, y se pueden ver varias bombardas. Algo más adelante se encuentran la Plaza de España y los Baños Árabes.
Nosotros volvemos atrás, para alcanzar la calle Fernando Núñez Robres, a la izquierda de la portada del Ayuntamiento, para iniciar la llamada Ruta de la Muralla. Unos cientos de metros después llegamos a una plaza extramuros, donde vemos la Puerta de Diablos y Tiradores, una de las antiguas puertas de acceso a la ciudad a través de la potente muralla que la circundaba. Seguimos adelante por la calle Médicos, y encontraremos a nuestra derecha la calle de las Cuevas del Agujero, construcciones típicas que son uno de los máximos reclamos turísticos de Chinchilla. Desde aquí seguimos por el contorno interior de la muralla, viendo la peculiar construcción de calles y viviendas mientras continuamos por la Subida al Castillo. En su inicio dejaremos la calle Juego de Bolos, con una antigua bolera tradicional similar a las que vi tantas veces siendo niño; hacia el final de la subida encontraremos un mirador con una reproducción del monumento funerario de Pozo Moro, que se encuentra en el Museo Nacional de Arqueología. En varias ocasiones encontramos casas-cuevas bien conservadas y en uso.
Siguiendo hacia delante alcanzamos el castillo, al que accedemos desde la calle Camilo José Cela, pasando por las Cuevas de San Julián. El castillo, con sus impresionantes paredes y profundo pozo defensivo, es muy notable. Exteriormente está en buen estado, pero permanece sin uso y mantenimiento desde que dejó de cumplir funciones de penal en los años 50, y está prohibido el acceso a su interior. Su aspecto exterior y las vistas desde los miradores son realmente sobresalientes, dominando una enorme extensión de terreno (la Torre del Homenaje del castillo, antes de ser destruida, fue conocida como el Faro de La Mancha).
Tras tomarnos un tiempo para disfrutar del lugar emprendemos el regreso por la calle San Blas, para alcanzar de nuevo la Plaza de la Mancha, y volver al lugar donde está aparcado nuestro coche, por el mismo camino que hemos utilizado para acceder a la Plaza anteriormente.
En conjunto un bonito paseo, de corta longitud y escasa dificultad, con buen suelo en su mayoría, lleno de lugares de interés y con excelentes vistas a la llanura manchega. Un lugar que merece, sin duda, un puesto de honor en el listado de lugares de mayor interés de La Mancha.
Waypoints
Comments (6)
You can add a comment or review this trail
I have followed this trail View more
Information
Easy to follow
Scenery
Easy
Interesante visita a una población muy bella y desconocida hasta ahora para mi
Ruta muy interesante
I have followed this trail View more
Information
Easy to follow
Scenery
Easy
Excelente ruta
I have followed this trail View more
Information
Easy to follow
Scenery
Easy
Interesante historia y bella población
I have followed this trail verified View more
Information
Easy to follow
Scenery
Easy
Gracias por la información.
Gracias por tu valoración.