Castillos de Monteagudo PR-MU 37 y el cabezo de la Mina.
near Monteagudo, Murcia (España)
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Trail photos
Itinerary description
En el día de hoy nos disponemos a realizar el recorrido del sendero de los Castillos de Monteagudo, el PR-MU 37. En esta ocasión saldremos del recorrido oficial para subir al cercano cabezo de la Mina, una subida no exigente pero con muchas piedras sueltas que dificultan una fácil ascensión, la bajada no entraña dificultad hasta que volvemos al PR que ya todo es llano hasta nuestro destino que es nuestro final.
Castillo de Monteagudo:
El castillo supuso la vanguardia oriental del reino musulmán de Murcia con la vecina taifa de Denia. Por su posición estratégica sobre el valle del Segura, el cerro de Monteagudo es un emplazamiento idóneo para una fortaleza. La edificación data del siglo XI y mantuvo ocupación islámica hasta el siglo XIII, pasando luego a manos cristianas como baluarte fronterizo hasta el siglo XV. Se compone de dos recintos amurallados concéntricos que superan los 5.000 m2 de superficie y está construido con sólidos muros de tapial. Fue prisión del primer rey Taifa de Murcia, el derrocado Ibn Tahir, y residencia de Alfonso X El Sabio en sus estancias en la ciudad de Murcia. El Corazón de Jesús de Monteagudo, conocido popularmente como Cristo de Monteagudo, fue erigido originalmente en 1926 por Anastasio y Nicolás Martínez. Lo más granado de la sociedad murciana contribuyó en la financiación de la obra que se estimaba en 30.000 pesetas. Para recabar las contribuciones se constituyeron cofradías que durante más de un año fue noticia candente en la prensa murciana, a la par que las obras se desarrollaban. En 1936, a pocos meses del inicio de la guerra civil, se derruyó el cristo, que volvió a erigirse en 1951, con 14 metros de altura, también de la mano del escultor Nicolás Martínez Ramón.
El Castillejo:
El Castillejo Qasr Ibn Saad
La almunia fortificada de Qasr Ibn Saad conocida popularmente como Castillejo, fue construida por el Rey Lobo en el siglo XIII. Su nombre en árabe significa "Alcázar del Rey”, y es que son varias las crónicas de la época que relatan sus fastuosos jardines y estancias. Lugar de recreo de la corte, el Castillejo era frecuentado por eruditos y literatos que prestigiaban el reinado de Ibn Mardanish. Tras varios intentos de destrucción, la invasión almohade consiguió asolar el palacio y su entorno en 1167.
Información adicional:
Ibn Mardanish, conocido por los cristianos como El Rey Lobo, fue el último rey Almorávide. Este prefería vivir alejado de la ciudad, pero cerca. Por ello, reformó la fortaleza existente en el cerro de Monteagudo, convirtiéndola en el castillo amurallado, pero, una fortaleza defensiva no se puede considerar un sitio precisamente lujoso para vivir y se construyó el palacio en el que haría la mayor parte de la vida diaria, llamado Qasr Ibn Sa'd, y que hoy conocemos como El Castillejo, para la vida política, un tal Mardanis construyó una tercera fortaleza: El Castillo de Larache, donde alojaría a sus huéspedes. Actualmente, vemos estas tres fortalezas como tres elementos aislados, pero, desde el gran castillo hasta el Larache, todo formaba un único complejo lleno de fuentes, albercas, terrazas repletas de vegetación con las que el Rey quería simular el paraíso en la tierra. Quedan algunos vestigios que lo atestiguan, se pueden ver los restos de los muros de las dos grandes albercas, incluso, en una de las maltrechas torres del Castillejo, podemos ver una estrella de Salomón, de ocho puntas (símbolo islámico del paraíso).
Castillo de Monteagudo:
El castillo supuso la vanguardia oriental del reino musulmán de Murcia con la vecina taifa de Denia. Por su posición estratégica sobre el valle del Segura, el cerro de Monteagudo es un emplazamiento idóneo para una fortaleza. La edificación data del siglo XI y mantuvo ocupación islámica hasta el siglo XIII, pasando luego a manos cristianas como baluarte fronterizo hasta el siglo XV. Se compone de dos recintos amurallados concéntricos que superan los 5.000 m2 de superficie y está construido con sólidos muros de tapial. Fue prisión del primer rey Taifa de Murcia, el derrocado Ibn Tahir, y residencia de Alfonso X El Sabio en sus estancias en la ciudad de Murcia. El Corazón de Jesús de Monteagudo, conocido popularmente como Cristo de Monteagudo, fue erigido originalmente en 1926 por Anastasio y Nicolás Martínez. Lo más granado de la sociedad murciana contribuyó en la financiación de la obra que se estimaba en 30.000 pesetas. Para recabar las contribuciones se constituyeron cofradías que durante más de un año fue noticia candente en la prensa murciana, a la par que las obras se desarrollaban. En 1936, a pocos meses del inicio de la guerra civil, se derruyó el cristo, que volvió a erigirse en 1951, con 14 metros de altura, también de la mano del escultor Nicolás Martínez Ramón.
El Castillejo:
El Castillejo Qasr Ibn Saad
La almunia fortificada de Qasr Ibn Saad conocida popularmente como Castillejo, fue construida por el Rey Lobo en el siglo XIII. Su nombre en árabe significa "Alcázar del Rey”, y es que son varias las crónicas de la época que relatan sus fastuosos jardines y estancias. Lugar de recreo de la corte, el Castillejo era frecuentado por eruditos y literatos que prestigiaban el reinado de Ibn Mardanish. Tras varios intentos de destrucción, la invasión almohade consiguió asolar el palacio y su entorno en 1167.
Información adicional:
Ibn Mardanish, conocido por los cristianos como El Rey Lobo, fue el último rey Almorávide. Este prefería vivir alejado de la ciudad, pero cerca. Por ello, reformó la fortaleza existente en el cerro de Monteagudo, convirtiéndola en el castillo amurallado, pero, una fortaleza defensiva no se puede considerar un sitio precisamente lujoso para vivir y se construyó el palacio en el que haría la mayor parte de la vida diaria, llamado Qasr Ibn Sa'd, y que hoy conocemos como El Castillejo, para la vida política, un tal Mardanis construyó una tercera fortaleza: El Castillo de Larache, donde alojaría a sus huéspedes. Actualmente, vemos estas tres fortalezas como tres elementos aislados, pero, desde el gran castillo hasta el Larache, todo formaba un único complejo lleno de fuentes, albercas, terrazas repletas de vegetación con las que el Rey quería simular el paraíso en la tierra. Quedan algunos vestigios que lo atestiguan, se pueden ver los restos de los muros de las dos grandes albercas, incluso, en una de las maltrechas torres del Castillejo, podemos ver una estrella de Salomón, de ocho puntas (símbolo islámico del paraíso).
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