Castro de Coaña. Villacondide. Porto. Castro de Coaña.

Hoy nuestro objetivo principal es un monumento histórico artístico bastante antiguo; datado en el siglo IV aC, el Castro de Coaña es uno de los hitos monumentales de Asturias. Nuestros antepasados dejaron en estas tierras y las vecinas numerosas huellas de su existencia; el número de castros, o poblados fortificados de la Edad de Hierro, es muy elevado, aunque pocos han sido excavados. De entre todos posiblemente el más conocido y de mayor tamaño es el Castro de Coaña, también conocido como el Castillón de Villacondide o Castelón de Coaña, que fue el primero en ser estudiado (las excavaciones comenzaron aquí hace cerca de 200 años aunque las de Florez, en 1877, fueron las primeras con cierto rigor, pero la posición preeminente del monumento se debe sobre todo a García y Bellido, y la estructura actual del yacimiento debe mucho a Francisco Jordana, ambos a mediados del siglo XX). La ruta que presentamos es realmente una ruta de senderismo, con algunas partes por caminos asfaltados de muy escaso tráfico y excelentes vistas, y con una preciosa parte de sendero boscoso, así que nos concentraremos en el senderismo, y aportaremos alguna información más sobre el Castro en la presentación de las fotografías tomadas durante la visita al mismo, tras completar la ruta senderista.
El inicio de la ruta está en la entrada del centro de recepción de visitantes del Castro de Coaña, donde dejamos el coche aparcado. Hemos llegado aquí, desde Navia, por la AS-12, de la que salimos en el km 15, por la derecha, por un desvío que nos llevaría hacia Aspía y Busnovo, aunque nos detenemos a la entrada del centro de recepción.
Desde ahí comenzamos a caminar en dirección sur por una pista asfaltada que nos lleva por una bonita zona boscosa, pasando por los alrededores de varias casas con perros, hacia las primeras casas de Villacondide, continuando por la misma pista hacia el valle del río Navia. Encontraremos un cruce con la AS-12, y una pista asfaltada que cruza por debajo de la carretera; por ella seguimos y poco más adelante la pista deja de estar asfaltada y el suelo se cubre de cierta vegetación, al tiempo que el entorno pasa a ser el típico de un bosque cantábrico, con abundantes castaños que dejan una cubierta de cáscaras rotas y castañas desechadas sobre el suelo; a esta hora aún temprana el paisaje nos parece muy bonito, y las vistas sobre el valle y la ciudad de Navia, a lo lejos, son muy notables, en buena parte favorecidas por un día despejado y claro, no muy habitual en la zona. El amplio sendero se prolonga hasta las cercanía de Porto, donde está radicada la Central Hidráulica de Ceasa. Aquí giraremos a la izquierda y empezaremos a subir por un camino asfaltado, con bastantes casos de campo alrededor y, de nuevo, bastantes perros, hasta llegar a la parte norte de Villacondide, donde seguiremos por una pista asfaltada que nos devuelve hasta la entrada del Castro.
Todavía es temprano, el comienzo de la visita guiada es a las 11 de la mañana, así que entramos en el castro y hacemos un primer recorrido en solitario. Luego nuestra amable, y muy conocedora del Castro y su historia, nos dará mucha más información, pero la que hemos recogido anteriormente nos permite saber que hay 5 puntos en los que debemos concentrar nuestra exploración:
1. El camino de entrada, empedrado con un sistema de lajas hincadas, una marca característica de los poblados celtas, que recibe el nombre de chapacuña; al principio llamará nuestra atención una gran bañera de piedra, partida en dos grandes trozos durante su manejo en el pasado; al final encontraremos unas dependencias, posibles torres o controles de acceso, con un pozo excavado en la roca.
2, Poco más adelante podremos ver la altura dominante en el poblado, la Acrópolis, junto al barrio norte. A la izquierda hay estructuras de origen romano, construídas sobre otras más antiguas, de la Edad del Hierro. A la derecha, algo elevado, se encuentra el Torreón, que ahora se cree que tuvo funciones de Foro, o sitio de reunión de los pobladores; este es un excelente lugar para tener una buena vista de conjunto del Castro.
3. Cabañas. Las más abundantes son de base circular, algunas con un vestíbulo de entrada que crea una configuración de doble cámara, pero también las hay de forma rectangular o aplanada. Hay que verlas con cierto cuidado pues parece que este año hay abundante presencia de víboras en la zona, al no haberse fumigado, y de vez en cuando algún visitante se lleva un susto; mejor evitar zonas con vegetación espesa.
4. Murallas, una externa, que cierra el barrio norte, y otra interior, que rodea la Acrópolis, donde aún queda bastante espacio por excavar.
5.El recinto sacro, donde se ubicaban las saunas del castro. El vapor se obtenía vertiendo agua sobre un lecho de cantos rodados incandescentes, y una gran pila exterior de granito contenía agua fría para la inmersión del usuario.
Al acabar esa primera visita, volvemos hacia el centro de recepción de visitantes y finalizamos la grabación, aunque poco después volvemos para asistir a una excelente, y bastante larga, presentación por una guía del Castro.
En conjunto un día muy agradable, con excelentes paisajes y una climatología muy favorable, y una parte cultural de enorme interés. Una gran ruta, al nivel de valoración personal que sólo damos habitualmente a las grandes rutas senderistas. Eso sí, recuerde que estamos en una zona de variada fauna, alguna no amistosa, y con abundantes perros que suelen estar bien controlados, pero puede haber excepciones; ir solo y apartarse de los caminos puede no ser muy sensato. El clima cambia rápido aquí, y el suelo está embarrado y resbaladizo en bastantes ocasiones; lleve buen calzado y vestimenta adecuada. Agua y comida en recorridos tan cortos no suelen ser necesarios.